Transparentes

Editorial
26 mayo 2021

En quienes ejercen una responsabilidad pública, el tema de la transparencia ha sido un recurso con el que se busca respaldar una honestidad que por otros medios no se han podido encontrar.

Por ejemplo, cuando los gobiernos prometen transparentar el gasto público, pero cuando lo hacen, lo publican con todos los candados posibles que la Ley les permite para hacer de esa transparencia el acto más opaco.

Y presumen que han dado a conocer, por ejemplo, los contratos para adquirir las vacunas contra el Covid-19, aunque la mayoría de los documentos que se han puesto en versión pública están testados y lo único que se conoce de ellos, además de los nombres de las farmacéuticas y del Gobierno de México, son los rectángulos negros que cubren información sustancial.

Pero asumen que ese acto los hace más honestos que otros, menos corruptos que otros, más transparentes que otros, aunque se valgan de todos los candados que la Ley les permite para contener esa carga de honestidad.

Lo mismo ocurre con los políticos que buscan un nuevo cargo de elección popular. Esos que buscan convencer al electorado de que le entreguen su voto porque ellos sí son diferentes, ellos sí son transparentes, ellos sí son honestos, aunque llegado el momento, buscan cómo no estar obligados a demostrarlo.

Incluso, hay quienes están convencidos de que solo su palabra es suficiente para demostrar que la honestidad, la honradez y la transparencia serán marca de su gestión, pero son incapaces de ser sinceros con el electorado.

El servicio público en México y en Sinaloa requiere de políticos que estén dispuestos a ser claros con sus representados. Tras décadas de ejercerse una política teñida por la corrupción, hoy la vida pública demanda de acciones que transparenten las aspiraciones de quienes contienden y ocupan puestos públicos.

Los políticos están urgidos de ganarse la confianza, y el apoyo de los electores. Y los electores están urgidos de elegir, ahora sí, al político correcto. Que ambos actos, el de pedir el voto y el de votar, sean pues, correspondidos.