Un boquete
en el paraíso

Editorial
24 septiembre 2021

La 4T ha construido un paraíso en México, por lo menos en su discurso.

Cada uno de los discursos del Presidente Andrés Manuel López Obrador nos repite sin cesar todas las cosas malas que se hacían en el pasado y que ahora no tienen cabida en los nuevos gobiernos de Morena.

Millones de mexicanos que jamás recibieron un peso del Gobierno federal, estatal o municipal hoy reciben puntualmente una ayuda, independientemente de su condición política o ideológica.

La corrupción se ha eliminado por decreto de todas las áreas del Gobierno federal y se nos dice una y otra vez que las nuevas autoridades no pueden mentir, ni robar ni traicionar.

Muchas de los anuncios, aseveraciones y proclamas de los morenistas no se pueden rebatir, algunas ni siquiera se pueden investigar y otras solo el tiempo nos dirá si son verdad o no.

Sin embargo, hay un enorme boquete en la 4T que nadie puede ocultar y hasta los morenistas terminan aceptando, aunque generalmente lo hacen de puertas para adentro y con la voz baja.

Se trata del enorme fracaso del Gobierno federal en el combate en contra de la delincuencia organizada, hoy más saludable que nunca.

Las cifras de asesinatos son tan altas, que la violencia desatada que conocimos durante el sexenio del Presidente Felipe Calderón parece una tarde tranquila ante los números actuales de homicidios.

López Obrador prometió resolver todos nuestros problemas, entre ellos la inseguridad y más allá de la mitad de su administración el problema se ha agravado, y no se ve solución por ningún lado.

El discurso del paraíso morenista puede continuar de manera permanente, pero las cifras de la violencia continuarán siendo un enorme boquete en un País donde la delincuencia organizada continúa devorando territorio.