Urge hacer país

28 octubre 2020

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Editorial

El rumor de los tambores anuncia guerra, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se enroca, provocando a 10 gobernadores dispuestos a destruir casi dos siglos de convivencia entre estados.

La razón de fondo es, como casi siempre, una cuestión de pesos y centavos. La política de austeridad y la lucha anticorrupción han terminado por castigar a los estados.

Los gobernadores se quejan de una suerte de centralismo, que aglutina los recursos en la figura presidencial y los reparte a su libre albedrío.

El Presidente asegura que está haciendo una limpia y que los recursos regresarán a la ciudadanía por caminos más directos, pero son pocos los que lo creen.

Recordemos que la Federación es incapaz de producir recursos, la riqueza la producen los municipios y los estados, y cada vez se va más dinero al centro y regresa menos a los estados.

El pleito entre Federación y estados es antiguo, pero nunca habíamos llegado al estado actual, precisamente esa fue la razón de la creación y firma del pacto federal, la búsqueda de la igualdad y la justicia entre estados.

La guerra entre gobernadores y la Presidencia no beneficia a nadie, solo a la polarización, y la muestra de ello es que ahora un grupo de gobernadores de Morena han sido arrastrados a la confrontación, al sumarse al bando del Mandatario.

López Obrador ha alimentado su estrategia con la construcción de enemigos a quien culpar de todos los males de su República que soñó perfecta, pero su guerra imaginada comienza a convertirse en un conflicto real, uno que podría arrastrar a todo el País a una lucha impredecible.