Violencia política

08 diciembre 2016

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Editorial

A más de seis décadas de que las mujeres conquistaron el derecho al voto, siguen persistiendo a lo largo y ancho del país actos de discriminación y marginación en su contra.

 

Incluso en el campo de la política, en el que se han registrado notables avances, como la conquista de la paridad de género en las nominaciones de candidaturas.

 

Ayer en un interesante panel denominado Violencia Política contra las Mujeres, organizado por el Instituto Electoral del Estado de Sinaloa, afloraron diversas problemáticas que enfrentan. Una de éstas, la violencia política.

 

Acosos, amenazas, “golpeteo” entre las mismas mujeres y hasta despojo de candidaturas por parte de varones, para entregarlas a esposas o familiares, fueron temas ventilados en el foro.

 

Martina Meléndrez, líder femenil del PRD, ilustró la forma en cómo fue despojada de una candidatura a regiduría plurinominal en el año 2013 por parte del entonces líder municipal, Javier Corvera, para colocar en ese espacio a su esposa.

 

Este episodio revivió lo ocurrido en los comicios de este año en diversos partidos. Frente a la obligatoriedad legal de asignar espacios a mujeres, los políticos están impulsando ahora a sus esposas, hermanas, madres y parientes.

 

Ocurrió en el caso del PAN con el Alcalde de Mazatlán Carlos Felton, quien negoció una posición plurinominal para su esposa, Sylvia Treviño, hoy Diputada. Caso similar el de Angélica Díaz, esposa de Héctor Melesio Cuén, líder del Partido Sinaloense.

 

Incluso en el PRI el Alcalde de Badiraguato, Mario Valenzuela, impulsó su relevo en su propia pareja. En el camino se quedaron las cónyuges de líderes de Movimiento Ciudadano y Partido del Trabajo.

 

Estos casos, inscritos en las peores prácticas políticas, cobraron relevancia ayer en la exposición de las propias afectadas: las mujeres.

 

Las participantes, provenientes del PRD, PAS y Nueva Alianza, sobre todo, coincidieron en la necesidad de desterrar ya la simulación, e incluso, legislar e incorporar en los estatutos de los partidos “candados” para evitar se siga corrompiendo el ejercicio de la política.

 

Este tema será, sin duda, uno de los nuevos retos en materia legislativa, para evitar más farsas y siga degradándose con estas acciones nuestra vida pública.