Violencia que opaca violencia
La violencia generada por la guerra criminal entre dos facciones del Cártel de Sinaloa no da tregua, está tan presente, es tan imperante, que hace palidecer cualquier otro hecho violento.
Y el problema es que podría estar haciendo minimizar otros crímenes como los feminicidios.
Tan sólo los últimos días en Sinaloa se presentó el caso de una mujer en Mazatlán que fue apuñalada por su pareja, y en el tránsito de ambos en coche, no se sabe si al hospital o a dónde, ambos chocaron contra un tráiler y ella murió. Lo que parecía un choque mortal resultó ser una agresión previa a la mujer.
En Cosalá, la semana pasada, una mujer fue asesinada de varios balazos en la comunidad de La Llama, y los familares señalan como principal sospechoso a su esposo.
También este mes, una joven de 22 años de edad fue hallada asesinada y su cuerpo envuelto en plástico y atado con cinta industral, en la colonia Altos de Bachigualato, en Culiacán.
Tan sólo ayer, en Estación Naranjo, en Sinaloa municipio, una mujer fue herida en el cuello con arma blanca.
Ni se diga las decenas de mujeres reportadas como desaparecidas.
A estos actos se suma el asesinato de una mujer trans en el municipio de Juan José Ríos este fin de semana.
Estos hechos, que se podrían perder entre el cúmulo de actos violentos que enfrentamos a diario, deben ser destacados y combatidos.
En México, según cifras oficiales, se asesina a 11 mujeres al día en promedio.
De enero a mayo de este año se cuentan alrededor de 300 mujeres asesinadas en el País... ¿cuántos de estos casos se investigan realmente como feminicidio?
La violencia generalizada no puede ni debe opacar los actos violentos concretos.
Son vidas las que están en juego.