¿Y la estrategia?

Editorial
28 junio 2022

Si algo ha dejado en claro los hechos de violencia en México de hace unos días, que se han ido sumando a otros en semanas, meses y años recientes, es que la estrategia de seguridad no ha dado tranquilidad a la población.

Sí, es verdad que hay zonas donde la incidencia delictiva muestra cifras menores a las que se tenían en años anteriores, pero, ¿cuánto tiempo logrará mantenerse?

Las zonas donde hay menos cantidad de hechos violentos, que en realidad siguen ocurriendo, se debe más a otras condiciones propias de la delincuencia organizada que a las acciones que el Gobierno federal haya emprendido.

La síntesis de la política de seguridad en “abrazos, no balazos” no ha permitido restablecer la paz en México y la ampliación de programas sociales a zonas donde antes, hay que destacarlo, no llegaban, no ha sido suficiente para la pacificación del País.

Una de las bases de que todos se apeguen a la legalidad, a lo que dictan las leyes, es la procuración de que prevalezca el Estado de Derecho, y en ello, se involucra todo el Estado Mexicano.

La responsabilidad, sin duda, de garantizar que todo México sea seguro, recae en el Ejecutivo federal y hasta ahora, las cosas no han funcionado. Pero el sistema de seguridad arrastra consigo también leyes débiles, que deberán revisar en el Congreso de la Unión y además, un sistema de aplicación de la ley con un rezago, que corresponde al Poder Judicial.

Hacer estos planteamientos, de que la urgencia de revisar y adecuar las estrategias de seguridad en México está más allá de filias y fobias hacia quien hoy gobierna en el País. Obedece a la urgencia de que la tranquilidad regrese a cada rincón de esta Patria. Y no se está haciendo.

Son muchas las voces que plantean al Gobierno la necesidad de revisar lo que ha funcionado, y lo que no. Atender ese llamado y actuar no significa ceder, sino atender una realidad que se descompone a lo largo y ancho del País. Y los mexicanos lo único que esperan es que, sobre el crimen organizado, se imponga en el Estado Mexicano.