Ana Rosa Payán es tan participativa que no soportó no ser ella la candidata de su ex partido a la Gubernatura de Yucatán.
17 febrero 2007
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Se defiende titular de la Sedena en caso Tlatlaya
La conocí en la Cámara de Diputados en la 54 Legislatura 1988-91, Ana Rosa Payán nació en Campeche, pequeña de estatura, de modesta apariencia; sin protagonismos estridentes, más bien de las mujeres que pasan desapercibidas, a no ser por su laboriosidad y actitud participativa.Tan participativa que no soportó no ser ella la candidata de su ex partido a la Gubernatura de Yucatán. Aquí veo además de una vigorosa participación o vocación de servicio no sé que grado de ambición y sí muy poca institucionalidad partidista.
Porque no me parece válido y hasta me parece ingratitud abandonar la institución política que le propició el ejercicio de su vocación de servicio, apoyándola como candidata a Diputada federal, a la Presidencia Municipal de Mérida en dos ocasiones, y a la dirección nacional del DIF.
Por otra parte decir que se dio línea para que se votara por su contrincante en la elección interna me parece exagerado, no porque no se haga, sino porque sabemos que los panistas no acatamos las consignas bajo sospecha de la dirigencia.
Y si le ganaron no creo que haya sido porque se dio línea para favorecer a su adversario y sí creo que haya sido porque le hayan hecho mapachadas los que no simpatizaban con ella, que no la dirigencia del partido, como fue en mi caso cuando jugué la elección interna para ser el candidato a Gobernador de Sinaloa, cuando jugué la interna para la candidatura a la Presidencia Municipal y en el año 2000 para la candidatura al Senado, en ningún caso hubo línea pero sí juego sucio.
En ninguna de las tres ocasiones se me ocurrió dejar el partido y mucho menos para contender por otro y menos aún si ese otro nada tiene que ver conmigo ni con mi partido y por si fuera poco es el adversario que estuvo a punto de interrumpir el proceso de transición en el que tanto empeño pusimos los militantes de Acción Nacional.
Aclaro que esto no es motivo de escándalo, ni me estoy rasgando las vestiduras, en nuestra invertebrada clase política hablar de esto ya es lugar común, ha dejado de ser noticia y hay quienes disculpan esta conducta individual, es decir de a la persona que claudica, y sí culpan a los partidos que los ´cachan´ y los hace sus candidatos con la única condición que sean populares, ni si quiera porque puedan ganar sino porque les va a dar los votos necesarios para aumentar sus prerrogativas y recursos económicos que obtendrán del Instituto Federal Electoral aunque el candidato externo sea ajeno, nada tenga que ver con la ideología ni las bases programáticas del partido ´cachador´.
El caso de Ana Rosa Payán es lamentable para el PAN pues entiendo que siempre fue un cuadro con impecable trayectoria, pero es mucho más lamentable para ella precisamente porque habiendo sido lo que fue, por un capricho hijo de su ambición, tira a la basura lo mejor de ella y no pudo cruzar el pantano de nuestra vida pública en la que se haya inmersa nuestra clase política.
Hoy es escarnio de sus mismos compañeros de partido, los de Convergencia, quien al terminar la reunión en la que la nominaron su candidata, sacaron una adivinanza: "¿Qué es rojo por fuera y azul por dentro? ¡Pues nuestra candidata!".
También se sumó al apoyo de la claudicante el Partido del Trabajo que tampoco suma ni prestigios ni votos suficientes para evitar el ridículo, en cambio el PRD habiéndole prometido su apoyo la dejó como las novias de pueblo: "vestida y alborotada" gracias a quien da todavía las órdenes en el PRD aunque más lo hunda, para posteriormente retirárselo ante la avalancha de críticas de ajenos y propios, entre otros Dolores Padierna dijo que: "No se puede combatir la derecha con la derecha".
Me parece que en estos momentos tan difíciles para el PAN después de la cuestionada legitimidad del proceso electoral debido a la actitud mendaz de AMLO y sus secuaces, Ana Rosa Payán se preste al vodevil electorero que escenifican con ella como la protagonista, los adversarios de su ex partido.
A toda esta actitud le llamo oportunismo, deslealtad, claudicación y concupiscencia por el poder, es decir, perderlo todo a cambio de nada que valga.
Viene al caso citar un párrafo del mensaje que leyó Felipe Calderón en su intervención en el Foro Mundial de Davos , luego de mencionar el desastre ecológico en el que está el mundo inmerso y que pone de ejemplo para definir el destino humano al decir: "El tema es si estamos dispuestos a definir nuestro presente viendo hacia el futuro o si lo haremos viendo hacia el pasado".
"De la misma forma en que hemos usado la ecología como ejemplo, podemos encontrar en cada uno de los ámbitos del ser humano un ejemplo similar. Así podemos hablar de cómo hemos acabado con nuestros principios y hemos buscado hacer a un lado nuestros valores.... En el ámbito de la política, algunos quieren regresar al poder concentrado en unos cuantos que pasan por encima y usan a otros tantos".
rinber@prodigy.net.mx