Carta al Gobernador

06 marzo 2009

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Cristina Zambrano

Sr. Gobernador:

Me pareció verlo acongojado, con el ánimo vencido, Los hombros desmayados, la mirada extraviada en el fondo del teatro queretano, hundido en la primera fila de la derrota, sudando pena ajena y escuchando sin aprobar a Beatriz Paredes, quien se esforzaba sin convicción para desarticular Los vínculos históricos del PRI con el crimen organizado. Debo pensar que el mensaje subliminal de la imagen fue casual y que el camarógrafo de Televisa lo incluyó a usted en la toma sin marrullería como punto fortuito de referencia temática: Narco=Sinaloa.
Usted sabe que nuestro estado está ligado a Las drogas desde Los años 20 y 30 del siglo pasado con la llegada de Los chinos y el opio y de manera oficial a partir de la Segunda Guerra Mundial, con el convenio México-Estados Unidos para sembrar mariguana y amapola en la convergencia serrana de Los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango. Padecemos este achaque have más de 80 años, casualmente Los que cumplió su partido.
Seguramente conoce el telegrama que "Las organizaciones revolucionarias" enviaron "extra urgente" al Presidente del Congreso de la Unión con motivo del proditorio asesinato del coronel Rodolfo T. Loaiza, en el que se hablaba ya de "crimen organizado":

Culiacán, Sin;, 21 de febrero de 1944.

Presidente H. Congreso de la Unión._ México, D. F.

"Las organizaciones revolucionarias que suscriben, ante usted elevan respetuosamente su enérgica protesta por el nefando crimen de que fue víctima el señor Coronel Rodolfo T. Loaiza, Gobernador Constitucional del Estado de Sinaloa, en el Puerto de Mazatlán en la madrugada de hoy. La trágica muerte de nuestro gobernante señala el desbordamiento del crimen organizado en la región Sur del Estado...". Firmaron el documento, entre otros, Leopoldo Sánchez Celis, secretario general de la Federación de Organizaciones Populares; José Ildefonso Valenzuela, por la Federación de Trabajadores de Sinaloa; y Juan Macedo López, por la Sección XV del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza.
Luis Spota escribió sobre el tema: "...Loaiza recibió 80 mil pesos que Le obsequiaron Los traficantes de opio de Badiraguato para asegurarse impunidad y poder recoger libremente la cosecha de adormidera a principio de año; el Gobernador aceptó el dinero sin comprometerse a nada; luego solicitó Los servicios de alguna policía capitalina para que arrasara Los plantíos, cosa que se hizo... Los traficantes burlados planearon la venganza, que se ejecutó brutalmente una noche de Carnaval".
El periodista Armando Torres Rivas, enviado de Excélsior, publicó el 14 de septiembre de 1947: "la capital sinaloense es base de operaciones de Los contrabandistas de opio, y el Gobernador Pablo Macías Valenzuela -sustituto de Loaiza- es señalado por mucha gente como uno de Los cabecillas de la banda de traficantes en drogas". El reportero Eduardo Téllez V; enviado de El Universal, complementó: "políticos de altura, influyentes y hasta aparentes comerciantes e industriales están mezclados en el condenable tráficoExtraoficialmente se sabe que el Gobernador Macías es dueño de cuatro avionetas en que se ha contrabandeado opio, hasta se dice que él personalmente se encarga de entregar la droga enlatada en un lugar de la Baja California".
Sr. Gobernador, usted conoció a don Manuel Lazcano Ochoa, procurador de Sinaloa en Los gobiernos de Macías Valenzuela, Sánchez Celis y Labastida Ochoa. Escribió don Manuel en su libro Una vida en la vida Sinaloense: "el asunto del tráfico de drogas en Sinaloa ya impactaba desde Los años treinta: políticos, comerciantes, empresarios, policías, campesinos, todo el mundo sabía que se sembraba amapola; se sabía quiénes eran Los productores y el Jefe de la Policía era el que iba y controlaba el por ciento que les tocaba, a cambio del disimulo, el apoyo o lo que se quiera. De tal suerte que el Jefe de la Judicial era un personaje con poder, porque tenía importantes ingresos de dinero. Además, el cargo entrañaba y significaba mucha relación con el Gobernador... Algunos agricultores y familias, algunas conocidas, bien relacionadas y con posibilidades económicas de Badiraguato, Culiacán, Guamúchil y Mocorito decidieron explotar esa vetaCuando el fenómeno se ramificaba y crecía, el propio Presidente (Miguel) Alemán pronunció una frase que no he olvidado: "pues es que (la droga) produce divisas...".
Sin más sobresaltos que Los implícitos en cualquier negociación financiera, el tráfico de drogas y el poder político sinaloense vivieron sin contratiempos hasta mediados de enero de 1977, cuando Noroeste anunció la puesta en marcha de la Operación Cóndor en el noroeste mexicano, "la más gigantesca movilización militar y policiaca contra el tráfico de drogas que se haya realizado en México, con la participación de 10 mil soldados al mando del general José Hernández Toledo, por parte del ejército, y Carlos Aguilar Garza por la PGR". En su último informe, Alfonso G. Calderón, tutor suyo y de Juan S. Millán, aseguró que "el tráfico de drogas y Las mafias habían sido liquidadas en un 80 por ciento". Luego llegó Antonio Toledo Corro y todo volvió a la "normalidad".
Sr. Gobernador, creo entender su desasosiego cuando Beatriz Paredes hablaba sin rumbo y sin razón. Usted, millones de mexicanos y yo sabemos que en México hay elementos de sobra para sospechar que el negocio de las drogas no ha escapado completamente del control del Estado, ejercido a través de las instituciones formalmente encargadas de combatirlo. Entiendo que no lo pueda admitir públicamente, pero le consta que la disputa por territorios y mercados del tráfico de drogas no es un asunto simple de bandas criminales, sino que es una actividad históricamente vinculada al poder, la economía y la política.
A usted le tocó bailar con la más fea, pues jamás el gobierno federal había declarado una guerra sin tregua al tráfico de drogas, reduciendo el margen de negociación que en el pasado tuvieron con la delincuencia estados y municipios. Usted, por supuesto, no es totalmente responsable de los cientos de asesinatos ocurridos durante su gobierno, pero sí de la criminalidad común, la impunidad del narcomenudeo y el silencio sospechoso.
La reconocida pintora culiacanense Rosa María Robles, quien recientemente sacudió conciencias con su instalación "Navajas", en la que presentó las cobijas ensangrentadas del narco, exclamó hace unos días en Mazatlán: "ya basta que los narcotraficantes representen a Sinaloa o sean el rostro del estado... El gobierno -dijo- se queja de que la imagen de nuestra tierra se relacione con la delincuencia organizada, pero nada hace para que los artistas se conviertan en la imagen de la entidad...".
Quienes hemos tenido oportunidad de viajar fuera del estado sabemos lo que pesa el baldón de narcos. Para la masa étnica que puebla la República, todos somos el Cártel de Sinaloa. En tertulias taberneras, oaxaqueños, michoacanos, chilangos, etc; destrozan la memoria de nuestro ilustre Pedro Infante Cruz, de quien dicen murió en un avionazo porque le ganó la carga de coca. Acusan a nuestra adorada Lola Beltrán de pertenecer al clan de Carlos Lico, El Pirulí, Marco Antonio Muñiz, Manolo Muñoz, que quemaban coca a morir para sostener el ritmo del éxito. Verdad envenenada o infundio vil, su gobierno utiliza a ambos sin reposo como estandarte publicitario ¿Son los únicos símbolos, además del tomate, que tenemos para presumir? ¿Sabía usted que el oncólogo de cabecera del inmenso Diego Rivera fue un sanignacense, honrado por la comunidad médica del país y que su hermano fue el fundador de la siquiatría forense en Paris? ¿O que uno de los mayores lingüistas nacionales fue mazatleco? Sin duda sabe que Alejandra de Cima dirige el mayor esfuerzo nacional para prevenir el cáncer de mama y que el joven Albano Garro es director nacional de Nextel. Debe conocer a Lorena Herrera y Paty Navidad, al menos en sueños.
Hace un par de meses le envié a través del licenciado Miguel Ángel García Granados un ejemplar de mi libro La Patria Íntima/Todos Somos Sinaloa que supongo no ha tenido tiempo de revisar. Muchos de los personajes ahí publicados esperan que alguien los convoque a participar en una campaña que reivindique al pueblo sinaloense.
Recupero un fragmento del texto de Jorge Medina Viedas, ex Rector de la UAS: "resulta incomprensible el silencio de representantes de instituciones educativas y de muchos sinaloenses con voz y presencia pública, sobre todo de aquellos que gozan de sus recursos y que por conveniencia y oportunismo le han cantado hasta los santos oleos a la poesía salvaje de la sangre. No se entiende por qué callan...".
Si leí bien la imagen de orfandad que proyectó el miércoles anterior en cadena nacional durante el 80 aniversario del PRI, no alcanzo a comprender por qué su gobierno ignora a miles de sinaloenses trabajadores, honestos y talentosos, dispuestos a dar la cara por Sinaloa.

Saludos cordiales

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