Debemos estar conscientes de que somos seres que estamos en proceso de formación y por lo tanto, de que somos moldeables y capaces de llegar a ser mejores cada día y que para ello, lo único que se requiere es que confiemos en nosotros mismos y e
01 julio 2006
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Héctor Tomás Jiménez
Son momentos que la vida nos ofreceEn la vida, hay momentos que nos hacen pensar y ser reflexivos, hay momentos para callar y otros para hablar, hay momentos para reír, otros para llorar, hay momentos para olvidar, otros para recordar, hay momentos de compañía y otros de soledad, hay momentos para aprender, así como hay otros para enseñar, etc. etc.
¿Por qué decimos esto?, por el simple hecho de que en ocasiones cuando no entendemos el por qué de las cosas, pretendemos culpar a otros de nuestras circunstancias, cuando en realidad somos al mismo tiempo, autores y actores de las mismas.
¿O que acaso no nos hemos sentido alguna solos en medio de una multitud? ¿O cuántas veces hemos requerido afecto y consideraciones y no tenemos compañía alguna? ¿O acaso no hemos pensado alguna vez que es más lo que damos que lo que recibimos? ¡AhSí lo has pensado! Pues todo ello quiere decir que eres una persona que ha desarrollado de manera plena cada uno de sus estancos afectivos e intelectuales y que eres capaz de sentir y evaluar cada momento que la vida nos ofrece.
¿Qué significa lo anterior? Simple y sencillamente que la vida y las circunstancias nos ofrecen a cada momento, situaciones distintas cada vez, y al mismo tiempo, la oportunidad de desarrollar nuestras habilidades afectivas. Significa también que el ser humano es plural, y que a pesar de tener una personalidad perfectamente definida, como por ejemplo, ser sentimental, colérico, reflexivo entre otros, es capaz de sentir los diferentes momentos que la vida le ofrece o le presenta.
Una de las situaciones más cotidianas donde el ser humano tiene la oportunidad de poner en práctica todas y cada una de las situaciones posibles, es la relacionada con la vida en pareja, pues es donde ambos cónyuges, al conocerse mutuamente, experimentan de manera casi imperceptible, los diferentes roles que la vida y las circunstancias les ofrecen.
Así, por ejemplo, ¿cuántas veces el esposo piensa que ser proveedor es su función principal dentro de la familia, en tanto que la mujer, asume la responsabilidad de ser la conductora de las conductas de todos los miembros de la familia? Es posible que sea una realidad cotidiana en muchas familias, siendo fácil advertir que ni el hombre es solo proveedor, ni la mujer es solamente evaluadora de conductas, pues estos son roles que forman parte del cúmulo de obligaciones y responsabilidades que a cada uno les competen.
Adicionalmente, la obligación de los cónyuges es trabajar intensamente en tres aspectos muy importantes de la vida conyugal a saber: el respeto mutuo, el apoyo incondicional y la seguridad conyugal.
Veamos cada uno de ellos. El respeto actúa como el freno natural para las malas acciones, y se nutre fundamentalmente de otras vertientes que tienen que ver con la admiración y el reconocimiento de las virtudes y cualidades de la pareja. El respeto es la oportunidad que tiene cada cónyuge de aceptar a su pareja con sus defectos y virtudes, y además, no pretender cambiar sus modos y conductas para que se "ajusten" a su propia manera de pensar.
El apoyo incondicional por su parte, es la más clara manifestación de la semilla del amor, donde es más importante dar que recibir y donde en consecuencia, se recibirá más de lo que uno espera. Significa una actitud de desprendimiento y al mismo tiempo, una ausencia de egoísmo.
La seguridad, es la sensación y/o el estado de ánimo que permite a la pareja caminar juntos y sin reproches, es como un bálsamo que alivia anticipadamente los dolores que implica la relación en pareja por ser desiguales, es como la luz del sol en una planta y que la hace ser hermosa y florida. Darse seguridad es decirse mutuamente con palabras o con mensajes corporales frases como: ¡Eres tan importante para mí, que pase lo que pase estaré siempre a tu lado!
Debemos estar conscientes de que somos seres que estamos en proceso de formación y por lo tanto, de que somos moldeables y capaces de llegar a ser mejores cada día y que para ello, lo único que se requiere es que confiemos en nosotros mismos y en lo que somos capaces de lograr.
Por ello, toda relación de vida conyugal para que sea duradera, debe de significar para cada esposo y esposa, un compromiso de ser tolerantes y respetuosos de las imperfecciones de la pareja, perdonando de antemano las actitudes que no son agradables pero que de alguna manera tienen siempre una justificación. Esto significa tener la capacidad de construir una vida conyugal amistosa y placentera.
Y tú, ¿qué piensas?
JM Desde la Universidad de San Miguel.
udesmrector@gmail.com