Deportistas sobresalientes en diferentes disciplinas caen atraídos por el suave canto de cargo público en la ambición de ser

25 agosto 2009

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PREMIO

En México los deportistas de alto rendimiento no han quedado exentos de las tentaciones de la política y de su aspiración de llegar al poder.
Originarios de un esfuerzo individual la mayoría de ellos y no producto de la planeación del deporte como una política pública, estos personajes cuando triunfan se convierten en paleros de los gobiernos en turno, sean PRI, PAN o PRD.
Y no es de ahora, ha sido desde siempre.
Deportistas sobresalientes en diferentes disciplinas caen atraídos por el suave canto de cargo público en la ambición de ser.
Olvidándose que la política si bien aparenta ser de fácil aplicación y aprendizaje requiere de algunas características que el deportista por su encumbrada posición obtenida le acarrea un dejo de arrogancia que se les nota en el hablar en entrevistas, en caprichos algo extravagantes o van creando y manteniendo un ego inflado por los resultados que obtienen.
Ellos que debieran ser ejemplo, son también presas de las crisis de valores que campea en los grupos sociales.
Raudos en las pistas, fuertes en las arenas, oportunos en las canchas y estadios, saben de la disciplina y el sacrificio que se requiere para llegar y sostenerse. Hombres y mujeres reconocidos que logran bolsas millonarias no sólo por su calidad deportiva y resultados logrados que les agencian viviendas, becas, bonos y parabienes sociales, van más allá y entran aun mundo de contratos con firmas bancarias, de ajuares deportivos, de organismos públicos descentralizados y de firmas inmobiliarias, industriales y comerciales haciendo crecer su patrimonio de manera rápida, pues es a veces muy rápido su andar por los éxitos olímpicos, de liga, de campeonatos del mundo, de torneos.
Ignorando las elementales reglas de la política comienzan sus escarceos con el poder dejando que sus nombres sean llevados por instalaciones, fotografiándose con personajes de los partidos y del poder mismo.
Ese es el primer anzuelo. El reflector les empieza a hacer falta cuando la estrella declina y no les resulta fácil acomodarse a la vida civil sin esa luz que hace llamar la atención.
Carentes de un estudio profesional, normalmente no cuentan con ese soporte intelectual, el cual sea dicho de paso, tampoco le sirve al político de carrera, pues se corrompe dejando atrás la más mínima ética profesional.
Sin embargo, para quien vivió en la disciplina del deporte, la falsedad en que se mueven los hilos políticos les resultan engañosos y adoptan estos deportistas una arrogancia que más les aleja de la sencillez, característica ésta básica para desarrollar con éxito un cargo público de elección o por encargo de alguna autoridad.
Aquel boxeador mexicano de buen cartel y el primero que probó la fortuna de los dólares Raúl Macías fue Diputado federal suplente, el toreo tuvo en el llamado Faraón de Texcoco Silverio Pérez a un político de poco tamaño pues sólo alcanzó la Alcaldía de dicho municipio mexiquense.
Bernardo Segura pasó sin pena ni gloria por la Comisión del Deporte del DF, el ganador de medalla olímpica, Tibio Muñoz, se desempeña de manera gris en el Comité Olímpico Mexicano, con más quejas y reclamos que buenos resultados.
Raúl González, medallista de oro y plata olímpico en los Ángeles, en la disciplina de marcha fue nombrado por Salinas Director de Confederación Deportiva Mexicana, por donde pasó sin dejar soporte alguno al deporte mexicano y si debió haber gastado una millonada. Fernando Platas, clavadista medalla de plata busco una curul y no llegó.
Este año electoral pasado el titular de la CODEME el futbolista Carlos Hermosillo renunció a su cargo para irse a buscar por el estado de Hidalgo una diputación federal. Justo al irse cometió errores que se reflejaron en su votación pues engañó a los
medallistas de oro de la última olimpíada al darles cheques sin fondos por cantidades millonarias que no pudo cubrir con el presupuesto de dicho organismo y terminó diciendo que haría una "vaquita" entre sus cuates más sus ahorros y así cumpliría su promesa.
Y la velocista Ana Gabriela Guevara renunció al Instituto del Deporte del DF para buscar, engañada por el propio Ebrard, la delegación Miguel Hidalgo.
Cargo que perdió en las urnas y la maquinaria perredista buscar echar abajo con argucias torpes para arrebatarle a un político de tiempo completo del PAN el triunfo, como lo es Demetrio Sodi.
Desde luego que a Marcelo no le interesa la Guevara, sino que para él, Sodi es en verdad un opositor muy fuerte pues le disputó la Jefatura de Gobierno hace 3 años. Es como dormir con el enemigo en casa.
Pero estos deportistas y los que vienen bien les caería entender qué es México, cuales son sus problemas, estudiar política y tener sentido social.
No basta los galeones ganados en los pódiums, ni los goles anotados, ni los knock outs logrados, se requiere mucho más.
Lo vemos con los llamados políticos de carrera, quienes a pesar de tener vocación cometen pifias y montan arrogancias disparatadas, ¿cómo creer que unos imberbes en el servicio público pueden aspirar a tan tremendas responsabilidades?.