Desear y querer
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Sugey Estrada/Hugo Gómez
Desiderata es un poema sobre la búsqueda de la felicidad compuesto por Max Ehrmann en 1927, pero que se popularizó en 1972 cuando se grabó una versión hablada, acompañada de música.
El vocablo latino desiderare significa esperar algo de las estrellas o pedir favorables condiciones atmosféricas; deriva de la raíz sidus, que quiere decir estrella, planeta o constelación. De esta raíz proviene la palabra sideral, para indicar todo lo relativo a los astros.
En lenguaje coloquial es común considerar desear y querer como equivalentes. Sin embargo, Miguel de Cervantes, sustituyendo amar por querer, dijo que son diferentes: "Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama".
José Ortega y Gasset en El Espectador, precisó que se refieren a fenómenos síquicos distintos. Querer es esperar que algo se haga realidad poniendo todos los medios al alcance para lograrlo; es querer "hacer" algo. Desear, como la misma palabra lo dice, sería un "mero deseo", una volición inmadura y estéril sin un acto de voluntad firme.
De hecho, la palabra deseo, de acuerdo con el diccionario etimológico de Corominas, viene del verbo latino desideo, que significa indolencia, pereza, estar cruzado de brazos. Este vocablo está emparentado también con sedere, que es permanecer sentado sin hacer nada, detenerse.
En la vida cotidiana existe cierta dificultad para distinguir si nuestro querer es un impreciso desear, o si nuestro desear se convirtió ya en decidido querer.
Una persona ocupada no tiene tiempo libre para alimentar inútiles deseos, porque se encuentra concentrada en utilizar todos los medios disponibles para concretizar su querer. "La vida no está hecha de deseos y sí de los actos de cada uno", señaló Paulo Coelho.
¿Aliento el desear, o fortalezco el querer?
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@rodolfodiazf