¿Dios es mujer?
19 enero 2010
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FIFA
José Antonio Crespo me envía este imeil: "En una reciente comida con Fárber (todos los jueves desde hace 14 años), caímos en un mini-debate bizantino (qué sexo tiene Dios), que preferí no prolongar para mejor dar paso a otros temas más actuales y terrenales, es decir, más sabrosos. Alguien mencionó, en tono de broma, que quizá Dios era mujer, a lo que respondí, ya no en tono de broma, que algunas corrientes cristianas (pre-católicas y por tanto, pre-ortodoxas), manejaban la trinidad como formada por un principio masculino y otro femenino, cuya interacción había dado lugar al Hijo (que simbolizaba toda la creación), a la manera de algunas filosofías orientales (como el Taoísmo chino, con sus principios de Ying-Yang). Para los interesados en las discusiones bizantinas, va alguna documentación al respecto. La historiadora del cristianismo, Helen Ellerbe (The Dark Side of Christian History, 1995), señala que una de las decisiones alcanzadas en el Concilio de Nicea, en donde surgió el Credo, fue incorporar a Jesús dentro de la imagen de Dios, de modo tal que podía ser entendido como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Esta Trinidad "imitaba un retrato mucho más antiguo de la divinidad que incluía el valor de la diferencia". Por ejemplo, en la obra gnóstica (una de las escuelas cristianas declaradas heréticas por los católicos), El Libro Secreto de Juan, se dice: 'Yo soy el Padre, yo soy la Madre, yo soy el Hijo', lo que refleja el concepto de sinergia en que el Todo creado es mayor que la suma de las partes. Otro texto denominado La Sofía de Jesucristo, relata cómo energías masculinas y femeninas crearon juntas un ' hijo primogénito andrógino. Su nombre femenino es Sofía, la Primera que Engendró, Madre del Universo. Algunos la llaman Amor, ahora el primogénito es llamado Cristo.' 'En el Credo Niceno, sin embargo se perdió toda referencia a una energía que pudiera resultar de la unión de dos principios diferentes. El concilio eliminó la imagen de padre, madre e hijo, reemplazando al término femenino ruah, con el término neutro griego, pneuma. La Trinidad ahora se componía del Padre, el Hijo y un espíritu neutro, sin sexo', escribe Ellerbe. Por eso mismo hubo originalmente reticencias católicas al culto a la Virgen María, que algunos querían identificar con el principio femenino de la divinidad. San Crisóstomo, en el Siglo 4, acusó a María de intentar 'hacerse célebre a través de su hijo'. En ese mismo siglo, el Obispo Epifanio expresó: 'Dejad que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sean venerados, pero que nadie venere a María'. De ahí también la prohibición de que el sacerdocio sea ejercido por mujeres, pues, decía Epifanio 'Dios no le otorgó (a María) cargo alguno para suministrar al bautismo o bendecir a los discípulos, ni le mandó gobernar sobre la tierra'. Mucho más tarde, en el Siglo17, la monja española María D'Agreda escribió el texto La Ciudad Mística de Dios, que fue prohibido por dos papas por presentar una trinidad entre Dios, María y Jesús. En suma, en el cristianismo oficial, católico u ortodoxo- 'La divinidad pasó a ser percibida como una imagen singular, ya sea masculina o neutral, pero nunca femenina', concluye Ellerbe."La diosa blanca
Otro queridolector me dice al respecto: "Te recomiendo el fascinante libro de Robert Graves, The White Goddess. Trata de la gran 'Diosa Blanca' adorada en tiempos prehistóricos. Su imagen, la Luna. La diosa era triforme (tres, número sagrado y misterioso). Diana, la virgen representada por la luna nueva, presidía los nacimientos.
La luna llena, Venus o Afrodita, representada por la luna llena, era la diosa del amor y la procreación. Hécate, representada por la luna menguante de las madrugadas, representaba la muerte. Delfos fue originalmente, sitio sagrado a la diosa, en tiempos del matriarcado.
Vinieron después, pueblos que observaban el patriarcado. Apolo, su dios, mata a la serpiente de Delfos, simbólica de la tierra 'símbolo xthonico'. Así se elimina el matriarcado y se impone el patriarcado, bajo el Rey Sol, Apolo o Febo."
Conclusión
En fin, que el asunto es bastante más complicado de lo que parece, y lo único que queda claro es lo que sostienen los ortodoxos: que ordenar sacerdotes a mujeres sería dejar a la Iglesia en manos de lútero.
Aplausos y chiflidos: gfarberb@gmail.com
Consultas: www.buhedera.mexico.org