El 97 por ciento de los suelos en México tienen algún grado de erosión, por fenómenos como la deforestación, la agricultura intensiva o la urbanización, entre otros
10 febrero 2010
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Jesús González Schmal*
Llevamos dos domingos visitando el bosque de la ciudad, ha sido un tiempo de esparcimiento y también de reflexión.La primera vez llegamos al área relativamente nueva, no me sorprendió ver tantas familias que se van a pasar el día, todo mundo relajado y sonriendo lo que sí me asombró justo al entrar fue ver a un señor mostrando sin modestia alguna su panza redondita e hinchada tomando el sol en la sábana de su casa apachurrando el pasto como cochi en lodo en el poco césped que se sembró.
La idea es pasar un día relajado, así que, aunque le puse cara de impresión, respiré profundo enfocándome a nuestro tiempo, me emocionó ver familias completas con todo y abuelitos con sus ceviches y botanas; pláticas amenas llenas de risas que hacen toser y uno que otro grito que contagia, solecito rico con un clima agradable acompañado de gritos y saludos desde el tren.
Eso sí, niños menores de año y medio corriendo solos sin poder adivinar a qué familia pertenecían; Luego, Venados que comen cronchitos con chamoy gracias a las mamás que orgullosamente les dan el ejemplo a sus atentos aprendices cubetas de agua vacías, sucias, y espacios reducidos o abandonados para los animales con una vida totalmente aburrida y sedentaria; si la justificación de tenerlos al público es "educar", creo que el mensaje es totalmente opuesto, no hay letreros con información, ni un cuidado al respecto.
Niños que lanzan bolsas de plástico a las tortugas como juego para que se las coman y un suelo limpio limpio, sin hojas, con raíces de fuera, se esmeran para mantenerlo "limpio", ¿cuándo dejaremos de ver las hojas como basura?, la erosión es evidente.
El 97 por ciento de los suelos en México tienen algún grado de erosión, por fenómenos como la deforestación, la agricultura intensiva o la urbanización, entre otros.
En muchos lugares existen vías peatonales para respetar el resto del suelo, estoy segura que si vamos a Estados Unidos, nos sabemos comportar entendiendo y acatando las reglas y los principios del lugar, y es triste ver que algunos no lo hacemos en nuestra propia casa.
El ambientalista Valle Espinosa expresó por este medio que los dos problemas ecológicos de Mazatlán que urgen tener resolución, son las emisiones de aguas negras al mar y esteros, y el manejo de la basura doméstica y residuos sólidos, yo agregaría el suelo del bosque, y el mantenimiento interdisciplinario que conlleva.
Sé de manera directa que se han hecho propuestas concretas como respetar el ciclo de la materia, devolverle al suelo la materia orgánica, y contar con una trituradora para descomponer las hojas a mayor velocidad pudieran ser alternativas. Y sobre todo que haya personal con los conocimientos adecuados, y lo más importante: ¡Qué sean escuchados!
Algunos proponen un patronato que se lo "quite" al municipio, aunque le siga pasando unos pesos al DIF. Presumimos nuestro pulmoncito en Mazatlán, me encanta la atención de las personas con capacidades diferentes en el tren, el brincolín y la entrada del bosque, sin embargo, nos falta mucha concientización, cultura o educación ambiental.
A pesar de haber botes para la basura, las personas siguen colgando sus bolsas u ocultándolas entre los árboles, platicando al respecto, un amigo me comentó que en una ocasión en la que llevó a su hijo, había cinco niños haciendo cola para subirse al columpio, cuando se percató que una doñota estaba columpiándose ¡con singular alegría!.
Sabes que según la UNAM México cuenta con una ley ambiental de las más avanzadas del mundo, sin embargo no hay cultura de denuncia ni se evidencia a quienes dañan el entorno.
Dejemos de pasarnos la bolita con quien tiene la culpa, me comprometí a seguir diciéndoles a los plebes que dejen de tirar basura, etc. Menos plática y más acción, ocupémonos en lugar de preocuparnos.