El cerro del cubilete

22 octubre 2005

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JANNETH ALDECOA/ JOSÉ ALFREDO BELTRÁN

El Reverendísimo Obispo de León, doctor Emeterio Valverde Téllez, en noviembre de 1919, acudió de visita pastoral a la parroquia de Santiago Apóstol, en Silao, Guanajuato, y se hospedó, como siempre, en la casa del templo del Señor del Perdón.
Desde aquel lugar, una tarde contemplaba silencioso la montaña denominada "El Cubilete" y sintió en su corazón un deseo de "un día ascender a esa montaña y oficiar en su cima una misa". ¡Fue como una inspiración del cielo! Su idea la manifestó después al dueño de la finca de los baños de Aguas Buenas, José Ma. Ramírez, un día que fue a bañarse a ese lugar.
Como tal señor era secretario del Consejo Directivo de la Sección Adoradora Nocturna del Santísimo Sacramento, después de que el prelado no admitió ser llevado por él a la cima, informó a los demás adoradores silaoenses tal idea que les había impresionado gratamente por lo novedoso y de inmediato se dieron a la búsqueda de cómo satisfacerlo.
Se pensó que estaba próxima la fecha de la Vigilia "de espigas", que año tras año celebra dicha Asociación y se decidió por aprobación unánime que ese año se celebrara en la cima de "El Cubilete" y que terminara con la Misa que oficiaría el excelentísimo señor Valverde, padre de la devotísima idea.
También se pensó en dejar en la cúspide un recuerdo de tal celebración y el padre Eleuterio Ferrer de María Santísima, propuso que se labrara una lápida conmemorativa, pero el presidente de la Adoración Nocturna, Felipe Bravo, propuso la creación de "un monumento" decorativo, porque la lápida podría ser borrada con el tiempo o ser arrancada y entonces el padre Eleuterio volvió a opinar en el sentido de que se colocara sobre dicho monumento una imagen del Corazón de Jesús, puesto que la ciudad de Silao llevaba el nombre de "Silao del Sagrado Corazón de Jesús" y puesta la Imagen se entronizaría allá arriba.
Con esa idea se comenzó a trabajar durante los meses de diciembre de 1919 y enero de 1920 y el 20 de febrero de 1920 se integró la Junta Organizadora del Monumento al Sagrado Corazón de Jesús.
Por fin, el 12 de marzo de 1920, el excelentísimo padre Valverde Téllez acompañado del también padre Ferrer y de numerosos adoradores y vecinos de Silao, después de concelebrar la Misa, junto a la excavación de los cimientos, a las 10 de la mañana, procedieron a colocar la primera piedra, que bendijeron con gran emoción y así nació el primer Monumento.
Aquella mañana era la primera de incontables expediciones que efectuó el prelado Valverde a la Montaña, en un periodo de 25 años que atendió el Monumento.
Fue tal el entusiasmo que despertó la idea del Monumento, que en sólo cuatro semanas, del 13 de marzo al 9 de abril de 1920, quedó terminada la obra del Primer Monumento al Sagrado Corazón de Jesús.
El padre Eleuterio había recorrido varias rancherías pidiendo limosna para el Monumento; la cantera se condujo desde la hacienda de Chichimequillas; los materiales se llevaron a veces a lomo de bestias y a veces en manos y hombros de personas que ayudaron espontáneamente.
Los albañiles iban a cobrar 500 pesos, pero cobraron el doble por lo arduo de las ascensiones a la Montaña; el padre Eleuterio dirigió personalmente los trabajos del labrado de la Estatua y de la columna y hubo de pasar varias noches a la intemperie sobre la cúspide de la montaña.
Por fin, el día 11 de abril de 1920, previa distribución de las invitaciones, se cita a las 6 de la mañana y con la asistencia de ilustrísimos prelados, multitud de sacerdotes e innumerables concursos que representó al católico pueblo mexicano, se inauguró el Monumento que la ferviente Diócesis de León le dedica, ofrece y consagra al Sacratísimo Corazón de Jesús, en reconocimiento de su real dominio en la cumbre del cerro llamado "El Cubilete".
El primer Monumento era de cal y canto con cuatro altares en la base, que venían respectivamente de los cuatro puntos cardinales; sobre esta base descansaba una pirámide octagonal truncada; sobre esta se veía un hemisferio del que se erguía la sagrada Imagen de Jesucristo. El conjunto medía 9 metros de altura, a saber: 6 metros el pedestal y 3 metros la estatua.
Este monumento fue bendecido ese mismo día, pero duró en la cima del monte hasta el 20 de noviembre del mismo año, pues se le bajó a la explanada de la actual Ermita, para cederle el sitio al Sagrado Monumento, el cual costó aproximadamente 5 mil pesos.
Fue labrado por gentes humildes de Silao. La estatua era de cantera o piedra. Este fue dinamitado sacrílegamente, el 30 de enero de 1928, en plena persecución "Callista"; únicamente se conservan en el Museo de la Montaña: el corazón y la cabeza, que quedaron intactos del atentado.
La nación mexicana devota de fe católica, ha construido cinco monumentos a Cristo Rey, reconocidos como Votivos Nacionales: cuatro sobre la Montaña del antiguo "Cubilete" y uno en la Santa Iglesia Catedral Basílica de León, Guanajuato.
El Primer Monumento fue construido por el excelentísimo doctor Emeterio Valverde Téllez, en la cumbre de "El Cubilete", el año de 1920 y el cual fue dinamitado en 1928 después de haber sido bajado de la cima a la explanada de la actual Ermita Expiatoria.
El Segundo Monumento no llegó a construirse a pesar de que el día 11 de enero de 1923 se puso la primera piedra, por manos del señor Delegado Apostólico, Ernesto Filippi, desterrado por el Gobierno mexicano por dicho acto, juzgado como anticonstitucional. Sin embargo, el proyecto fue aprobado por el Episcopado Mexicano.
El Tercer Monumento fue la Capilla Monumental de Cristo Rey, construida por el excelentísimo padre Valverde, en la Santa Iglesia Catedral Basílica de León, Guanajuato, en 1937 y bendecida el 11 de enero de 1938. Reconocido como Monumento Nacional.
El Cuarto Monumento, fue construido por el presbítero José Ascensión Betancourt y Montes de Oca, en la cumbre de la Santas Montaña, en abril de 1942 y fue regalado a San Luis de la Paz, Guanajuato. Fue el preludio del actual Monumento.
El Quinto Monumento y actual Votivo Nacional, sobre la cima del Monte Santo de Cristo Rey, construido el 11 de diciembre de 1944, fecha en que se colocó y bendijo la primera piedra por el excelentísimo padre Valverde Téllez. Es el monumento actual.