El rostro del espejo

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Sugey Estrada/Hugo Gómez

Observar el rostro de las personas deja muchas enseñanzas. Cara afable, sonrisa abierta, ojos chispeantes, reverencial asentimiento. Es un ritual que hay que cubrir con un sólo objetivo: agradar y cumplir.
Ser ceremonioso y protocolario no es negativo, salvo el caso de que se incurra en grosera afectación. Sin embargo, lo grave del caso es que hay ocasiones en que toda esa parafernalia es simulación. Los gestos y saludos que se intercambian no corresponden con los sentimientos que se guardan a esos interlocutores.
Algunas personas buscan quedar bien, ser reconocidas, tener fama, alcanzar éxito y lograr la aprobación de los demás. Empero, no se sienten realizadas porque íntimamente saben que todo es superficial, no proceden con rectitud ni son auténticas.
"Cuando logras lo que quieres en tu búsqueda mundana y el mundo te hace rey por un día, ponte ante el espejo y mírate en él y escucha lo que tiene que decirte. Porque no son tu padre, ni tu madre, ni tu esposa los que habrán de juzgarte al final. La persona que pronuncia el veredicto más importante es la que ves reflejada en el espejo", señaló Og Mandino.
"Algunos dirán que eres un tipo estupendo -añadió- y te llamarán gran hombre o gran mujer, pero el rostro en el espejo dirá que eres un necio si no puedes enfrentarte a él. Es a éste a quien has de complacer, los demás no cuentan, éste estará a tu lado hasta el fin".
Mandino precisó que la prueba más dura a superar es la de ver reflejado en el espejo un rostro auténtico.
"En tu vida podrás engañar al mundo entero, recibir su aprobación a tu paso, pero sólo cosecharás lágrimas y dolor si engañas al rostro del espejo", concluyó.
¿Qué rostro refleja mi espejo?