Filosofía del complot
15 mayo 2009
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La excusa fantásticaUna definición de complot: la existencia de un grupo de personas que trabajan de manera organizada y coordinada, de manera secreta y muy efectiva, valiéndose de cualquier medio y con amplios recursos, para lograr objetivos de dominio y poder.
Es el campo de las conspiraciones.
De manera secreta, sin dar la cara, varias personas intentan lograr objetivos de poder. No se incluye aquí a lo obvio.
Sabemos que la gente de Pepsi-Cola se reúne confidencialmente para tratar de ganar terreno a Coca-Cola.
Eso no es una conspiración, sino parte de la vida normal. Igual que un partido político se reúne para ganarle las elecciones a sus opositores.
La naturaleza del complot va más allá. Hace referencia a grupos secretos, formados por personas que públicamente tienen una vida conocida y normal, pero que se reúnen clandestinamente.
Cuando alguien reclama que existe un complot contra él, hace referencia a eso mismo, el grupo de personas que tienen una vida conocida, pero que en secreto pertenecen a una especie de sociedad que tiene como fin atacar a esa persona. El problema de ese reclamo es el obvio.
Es una posibilidad que en verdad exista ese grupo clandestino, aunque su probabilidad sea remota.
Y, más aún, es posible usar al complot como una explicación total: todo lo que sucede se debe a lo que hacen una o más asociaciones ocultas que quieren dominar al mundo.
Si, por ejemplo, usted o yo trabajamos en el campo de las ciencias sociales, podemos usar la teoría de la conspiración para probar lo que sea que nos plazca.
Podemos decir que los intelectuales occidentales han creado una filosofía para que, usada por los gobiernos, imponga sus ideas en el resto del mundo.
Si no son los intelectuales del algún lugar, pueden ser otros sujetos, los que usted quiera: las empresas globales, los organismos internacionales, los reaccionarios, los burgueses, los intereses ocultos, lo que sea.
Todo esto es de gran utilidad, porque ya no se tiene la pesada carga de demostrar algo. Lo único que se hace es decir que se tiene un complot en contra y ya.
Esto nos lleva a uno de los trucos más usados en la actualidad y que puede ser considerado una falacia, la del complot.
Se usa para demostrar la verdad de una posición cualquiera diciendo que existen enemigos que quieren dominar al mundo. Por ejemplo, si alguien quiere defender una libertad sexual sin límites, todo lo que tiene que hacer es decir que la moral y la ética es un complot de dominación mundial que alguien quiere lograr.
Quizá usted lo haya notado ya. Muchas personas sostienen que existen intentos de dominar al mundo con ideas que quieren imponer.
Un caso que viví fue el de una persona que afirmaba que las leyes de la economía, como la oferta y demanda, eran en realidad intentos de dominación mundial. En serio.
De esta manera, cualquier idea sostenida en razonamientos y evidencias, puede ser desechada como falsa.
Todo lo que tienen que hacerse es decir que se trata de un intento de dominación y no hay que molestarse con ofrecer otras razones ni encontrar evidencias que prueben su error.
Para el perezoso, la falacia de la conspiración es una bendición milagrosa.
El candidato político que pierde una elección, o el académico que quiere atacar a los que difieren de sus opiniones, tienen muy poco que hacer: sólo deben decir que existe una conspiración en su contra para dominar al mundo.
La clave de esto no se ve con claridad, pero tiene quizá su origen en Nietzche y su idea de la voluntad de poder: nada vale excepto el poder. No hay verdades, no hay realidades, no hay hechos. Todo lo que existe son interpretaciones y voluntad de poder.
No creo que pueda aspirarse a retirar la idea de que todo pueda explicarse con la idea de que todo es una lucha por el dominio y el poder.
Esta explicación, que tiene una cierta dosis de verdad, resulta un error de gravedad cuando se vuelve la explicación total.
Y su utilidad resulta fenomenal en ciencias sociales, en la que las demostraciones no son tan tangibles como las de las ciencias duras.
Es difícil alegar que hay un complot para imponer la creencia de la física cuántica, pero quien quiera negar principios como el de la oferta y demanda, siempre puede usar con algún éxito la explicación de una dominación ideológica.
eduardo@contrapeso.info