Homosexualidad y homofobia
29 marzo 2006
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CÉSAR LÓPEZ
No es lo mismo homosexualidad (la elección exclusiva de un objeto sexual del mismo género, sea masculino o femenino) que homosexualismo o lo que todo mundo conoce como el movimiento gay (sea masculino o femenino).La heterosexualidad es la forma dominante de elección exclusiva de objeto sexual de género opuesto. Aquí subyace el famoso machismo.
Y la bisexualidad es la forma biológica natural de la sexualidad en los mamíferos superiores, donde la elección de objeto, sea hetero u homo sexual, depende de las características del género y, en el caso del ser humano, del desarrollo psicosexual infantil del sujeto individual.
Obviamente, la elección de objeto sexual dominante en la naturaleza y en la cultura es la heterosexual; pero la forma homosexual de elección de objeto permanece latente y reprimida en todos; un poco como lo que el Premio Nobel Konrad Lorenz llamó el "mecanismo de liberación innato", que solo se manifiesta en condiciones detonantes específicas.
Independientemente de las consecuencias psicológicas de estas tres manifestaciones sexuales, las derivaciones políticas, culturales y sociales asociadas, como el homosexualismo, el machismo o el feminismo, dejan de ser un conflicto meramente individual para convertirse en un conflicto ético y político en las formaciones sociales.
Desde este punto de vista, el que una autoridad prohíba un acto de caridad privada a favor de una niña necesitada, por las características homosexuales del evento (como es la elección de "Miss Gay 2006" o algo así de cursi, en Villa Unión), resulta ser un acto políticamente incorrecto, socialmente discriminatorio y sospechosamente homofóbico (rechazo a lo homosexual).
Se puede coincidir en otras razones para cancelar eventos de concurso de esta u otra naturaleza, dada su tendencia a ser insoportablemente ridículos, si no patéticos, sean eventos homosexualistas (generalmente "travestis"), feministas (generalmente "de protesta") o machistas (generalmente "fisicoculturalistas"); pero eso sería otro acto a todas luces discriminatorio.
Ya mucho se ha dicho sobre las fuerzas inconscientes que mueven a la homofobia (al rechazo extremo a lo homosexual) y que tienen qué ver con la propia bisexualidad latente (o de clóset) para meternos aquí en los detalles profundos que hayan motivado al funcionario que canceló ese evento.
Lo antropológicamente interesante aquí es que los grupos sociales, culturales y políticos minoritarios de Sinaloa ya no se están quedando callados, como si fueran culpables de ser esa minoría marginada o francamente discriminada, y se están manifestando en los palacios municipales, esté o no esté el Alcalde.
Claro, los grupos mayoritarios tienden a pensar "¿Y por qué tanto escándalo? A ver: ¿por qué no le hacen como Televisa o el Carnaval de Mazatlán?".
"Miren, ellos organizan sus eventos teletónicamente caritativos o cervezólicamente sociales, con todos los jotitos y lesbianas que usted quiera; pero ya ven, muy decentitos ellos; o sea, se les nota a leguas, pero no andan proclamando al mundo que son gays, oiga. ¿Pero qué necesidad?".
"No es que seamos homofóbicos. No, de ninguna manera".
Pensándolo bien... "Si hasta amigos y amigas intelectuales y artistas tenemos".
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