La corrupción y su combate en México

09 abril 2015

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Fernando Velasco / Marcos Vizcarra

Con motivo de la designación que el Presidente de México hizo en Virgilio Andrade Martínez como Secretario de la Función Pública, entidad del Gobierno federal que sólo ha servido para tapar lo que les conviene y cometer los abusos a mansalva contra aquellos que les caen mal o no quisieron ser del clan de corruptos que representaban, me viene a la mente el nombre de Arsenio Farell Cubillas y su abuso de poder y corrupción en esa dependencia que entonces se llamaba Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo, y en otras como la STPS y la CFE.
Escribí, hace tiempo, que Satanás o el ser maligno en el que cada quien crea, aún se encuentra muy molesto por tener en su espacio a Arsenio, no entiende que la competencia es buena. En el mundo terrenal el arsénico y el azufre conviven entrelazados.
Recuerdo que el retorcido Farell quiso meter en su mafia (sentido peyorativo) a funcionarios que no lo aceptaron y sufrieron las consecuencias del abuso, el invento y la difamación de este tipejo, como fue el caso de Antonio Argüelles Díaz González que, además, pudo demostrar las alucinaciones de corrupción de Farell y mantuvo su nombre intachable; otro fue Óscar Terroba Garza, a quién el deleznable Farell, sin tener derecho a ello, solicitó usar el avión del Sistema Banrural para ir a una reunión del IMEF a Monterrey, mas unos irresponsables (por decir lo menos) colaboradores de Terroba, en lugar de decir que el avión estaba comprometido para el Secretario de Hacienda (coordinador sectorial), lo cual era absolutamente legal, mintieron y dijeron que estaba en servicio y bueno, el temido y corrupto señor Farell asiste a la reunión del IMEF y allí se da cuenta que el avión que él exigió ilegalmente estaba en uso del Secretario de Hacienda, razón por la que enderezó investigación a Óscar Terroba y le inventó más de 368 viajes "personales" en un año.
La locura extrema de Farell no tenía sustento y el entonces Subsecretario de la Contraloría y Desarrollo Administrativo, Charbel Jorge Estefan Chidiac, en el cumplimiento responsable de su responsabilidad, resolvió en la vía administrativa, de manera imbatible, que no había nada que perseguir y que todos los vuelos había sido realizados para cuestiones de trabajo o de mantenimiento y no usados en lo personal por el señor Terroba y sí por varios funcionarios del Sistema Banrural.
Por ello, Farell montó en cólera e instruyó a otro colaborador para que el último día de su gestión como Secretario de esa dependencia, presentara denuncia por la vía penal, y ello llevó al señor Terroba a vivir una experiencia peor que la de los Pemexgate y sí, finalmente ganó todos los juicios en todas las instancias, demostró cabal y sobradamente los infundios y su inocencia, pero en vía de mientras, el corrupto de Farell reía del daño realizado a Terroba y su familia y todo por un vuelo al que no tenía derecho.
¡Ah! ¿Pero que le pasó a Farell cuando en la 57 Legislatura federal se presentó amplio expediente de la remodelación de su oficina personal como Secretario de la Contraloría: ceniceros, macetas y cortinas comprados en Europa, facturas de empresa fantasma cuyo domicilio era un lote baldío en Lomas de Reforma? Pasó eso que usted pensó: ¡nada!
Ahora, el señor Virgilio tiene el encargo que tuvo el señor Farell: temas como el uso de helicópteros, renta de aviones, compra venta de inmuebles, y sin fin de compras a parientes o relacionados que deben ser castigados. ¿Serán?
¿Llamaremos a Virgilio, Arsenio?
¡Muchas gracias y sean felices!

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