La danza de las cifras

Guillermo Osuna Hi
16 septiembre 2014

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 A veces las cifras sorpren­den, no sé si por verda­deras o por falsas, pero siempre porque o son demasiado o son demasiado poco.
Por ejemplo, dice un estudioso que 80 por ciento de los habitantes de México son pobres, porque no alcanzan las normas de satisfac­ción de necesidades o de acceso a recursos. Estamos hablando de 94 millones de personas, un montón.
Y mientras, las 85 personas más ricas del mundo poseen más recur­sos que los 3 mil 750 millones de los más pobres del planeta.
Hace poco nos enteramos que un ministro de la Suprema Corte recibe 6 millones de pesos al año por su trabajo, mientras que el sa­lario mínimo nacional es de dos dígitos. Es más, el encargado de gestionar eso tiene un salario de más de 2 millones de pesos.
Un diputado de la Asamblea Legislativa del DF recibe 300 mil pesos al mes, pero desde hace cinco años no hay recursos para com­prarles trajes nuevos a los bom­beros.
Un general, la categoría más alta de militar, ganaba hace dos años poco más de 10 mil pesos, pero a ello se le agregaba un sobre-salario mensual equivalente a 90 por cien­to del salario y una compensación mensual de casi 154 mil pesos, con lo cual el salario se convertía en po­co más de 173 mil pesos, mientras que un soldado raso ganaba en el papel casi 2 mil 500 pesos, tenía un sobre-salario de casi 2 mil 250, una despensa de 300 y una compensa­ción mensual de 2 mil 500, con lo cual la suma total era de poco más de 7 mil 500 pesos.
El rango más alto de profesor-investigador en la Universidad Nacional Autónoma de México gana casi 16 mil pesos al mes, más compensaciones por despensa y antigüedad, de modo que alguien con 30 años de trabajo agrega 13 mil pesos a su sueldo. A ello se le pue­den sumar otras compensaciones, si el investigador decide participar en las evaluaciones por parte de pares, en sistemas tanto internos como externos a la institución y si las pasa, puede llegar a ganar 84 mil pesos. Mientras, el nivel más bajo de académico gana unos 8 mil pesos más ayudas para despensa y material didáctico.
¿Qué es más importante, un juez o un campesino, un militar o un profesor, un ferrocarril o el pan? Lo digo porque el Presidente Zedillo vendió los ferrocarriles nacionales por mil 400 millones de pesos y la empresa Bimbo compró la pani­ficadora más grande de Estados Unidos por mil 600.
Una revista inglesa dice que en México apenas 85 por ciento de per­sonas tienen teléfonos celulares. Pero América Móvil informó que en años recientes, en América Latina, "pasó de 35 mil clientes de telefo­nía celular a 292 millones, un creci­miento de más de 8 mil 300 veces".
Y Facebook dice que tiene 74 mi­llones de usuarios en nuestro País, de los cuales cada mes 47 millones se conectan. De esos, Felipe Cal­derón tenía 18 mil seguidores hace cuatro años, mientras que Shakira llegó este año a los 100 millones.
Por lo que se refiere a Twitter, el Presidente Peña Nieto tiene 2.9 mi­llones de seguidores y la cantante Katy Perry 39 y medio.
Cifra increíble es la siguiente: con todo y los anuncios de éxito en la lucha contra la producción de drogas, según datos recientes, el te­rritorio está "pintado de verde" por los miles de sembradíos ("hallaron 332 mil 159") de marihuana que hay.
Pero mis cifras favoritas son estas:
Según un diario español, en Mé­xico se pueden conseguir títulos de cualquier profesión sin haber cur­sado los estudios correspondientes. Eso no es noticia nueva, siempre se ha sabido que se falsifican en el portal de Santo Domingo. Lo nuevo es que se puede adquirir un original de la UNAM por 150 mil pesos.
Y el último: oí que en la Bibliote­ca Nacional de Washington hay 138 millones de libros, fotos, partitu­ras, artículos. Cuando me pregun­taba cómo los habían contado, me enteré que la ALDF ordenó fumi­gar los mercados públicos porque, según dijeron, hay 180 millones de cucarachas y 45 millones de ratas. Eso sí que me parece más difícil de contar, pero aquí lo podemos todo.
sarasef@prodigy.net.mxwww.sarasefchovich.com Escritora e investigadoraen la UNAM