La importancia de Noroeste en Sinaloa
14 septiembre 2013
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Noroeste / Pedro Guevara
Noroeste nació en el contexto de la crisis del Estado populista-corporativo-autoritario que encabezaba en ese momento Luis Echeverría.El Presidente que tenía como eslogan de gobierno un vacío y ridículo "arriba y adelante", había presenciado y enfrentado en 1968, como Secretario de Gobernación, las movilizaciones de los estudiantes de las clases medias más críticas del País, y ya como habitante de Los Pinos el alejamiento cada vez mayor de poderosos grupos empresariales.
A los empresarios los desacomodaba el manejo político contra las organizaciones políticas de izquierda, y más particularmente las acciones contra la guerrilla urbana. Les parecían tibias e inadecuadas, sobre todo después del asesinato de Eugenio Garza Sada, el líder del Grupo Monterrey, a manos de la Liga Comunista 23 de Septiembre, quien contaba en sus filas y mandos a numerosos sinaloenses.
A los hombres del capital tampoco les parecía correcto el enorme aumento de la deuda externa y el prolijo gasto público durante el sexenio echeverrista con el que se pretendía enfrentar el desmoronamiento del régimen.
En fin, por ningún lado el echeverriato satisfacía ni a los universitarios inclinados a la izquierda ni a los empresarios definidos hacia la derecha.
Echeverría, quien era un gran simulador, además de obsesivo y mitómano, quiso engañar al flanco izquierdo de la política mexicana con lo que llamó la "Apertura Democrática".
Con ella pretendía cooptar, objetivo que logró en parte, a intelectuales y jóvenes que reclamaban cambios sustanciales en la vida política, económica y cultural del País. La gran mancha del inolvidable Carlos Fuentes fue creer en Echeverría y sumarse a sus filas como Embajador en Francia.
En realidad, Echeverría confinó la tolerancia a la izquierda política dentro de los muros de las universidades y aumentó sus subsidios; pero por otro lado, perseguía y acosaba a los periodistas independientes, tal y como sucedió con los agrupados en El Excélsior que encabezó Julio Scherer hasta 1975, cuando el hiperkinético Echeverría orquestó un golpe para sacar del diario a uno de las mejores generaciones de periodistas que ha habido en México.
En estas circunstancias, abundantes de arbitrariedades, persecuciones, represiones y erráticas decisiones gubernamentales, tres empresarios sinaloenses decidieron que era el momento de lanzar un proyecto periodístico que desde Sinaloa rompiera con los cercos informativos de gobiernos autoritarios y también ejerciera la crítica ideológica y política al régimen priista. Es así que fundan Noroeste.
En sus orígenes, tanto sus propietarios, Manuel Clouthier, Enrique Murillo y Jorge del Rincón, así como Silvino Lozano, el primer director, no ocultaron sus preferencias partidarias por el Partido de Acción Nacional, sobre todo en la selección de sus articulistas; pero algo de gran relevancia para la historia periodística y política de Sinaloa, lo cual merece ser estudiado con detenimiento, es que se convirtió en la fuente más importante para dar a conocer las luchas de los estudiantes y profesores de la UAS, guiadas por las organizaciones de izquierda que existían en la entidad.
Es decir, Noroeste, a pesar de sus preferencias ideológicas, distantes de las izquierdas, ejerciendo una filosofía periodística democrática, cedió espacios a las noticias generadas por los universitarios que muchas veces eran censuradas, ignoradas o manipuladas por otros medios, casi siempre bajo la tutela gubernamental.
Noroeste nació en Culiacán, pero fue en Mazatlán donde tuvo su mayor impacto y crecimiento. De alguna manera ha sido así porque ha habido mayor correspondencia entre una sociedad local más crítica, plural y activa, y un diario abierto e independiente, que es lo que ha sucedido en la capital del estado.
Noroeste Mazatlán supo responder a una ciudadanía y a unos lectores que inauguraron la alternancia partidaria y el pluripartidismo en el gobierno dentro de la entidad.
A partir de los 90, el perfil de Noroeste se hizo más plural, respondiendo a las características que iba adquiriendo la sociedad sinaloense.
En el nuevo siglo, se acentúo aún más esta filosofía cuando el PAN mostró sus debilidades una vez teniendo el poder presidencial en sus manos; ante eso Noroeste no calló su opinión crítica y se consolidó como un periódico sólidamente independiente y una referencia obligada en el País.
Ante el regreso del PRI al poder presidencial, y la descomposición política, social y moral que se experimenta en Sinaloa, cuando otros medios se fusionan al poder político como antaño, cuando se persigue y elimina a periodistas, Noroeste se sostiene como una de las escasas voces periodísticas autónomas y ahora, ante la palidez de la sociedad civil y la degradación de los partidos políticos, se presenta como un defensor de los derechos democráticos de los sinaloenses.
Enhorabuena.