Las virtudes humanas y la realidad social
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Héctor Tomás Jiménez
"Cuando los actos humanos son regidos por las virtudes morales, la sociedad avanza y se perfecciona, caso contrario, se degrada"
JM
Las conductas individuales y sociales de los seres humanos están regidas por las llamadas virtudes y pasiones humanas, donde las primeras rigen el deber ser de las cosas y las segundas, lo contrario, es decir, lo que está mal. En la adopción de unas u otras según las circunstancias,, el hombre pone en práctica cualidades que lo distinguen del resto de los seres vivos, que viene a ser su capacidad de discernir, y la voluntad de elegir.
Partiendo de la premisa de que el hombre debe actuar según dictan las virtudes, debe hacerlo entonces con actitudes firmes, disposiciones estables, y perfecciones habituales del entendimiento, conscientes de la voluntad que regula nuestros actos, ordena nuestras pasiones y guía nuestra conducta según la razón y la espiritualidad de cada individuo.
El hombre virtuoso es el que practica libremente el bien y las virtudes proporcionan facilidad, dominio y gozo para llevar una vida moralmente buena. Muy a pesar de lo anterior, el hombre con el paso de los siglos ha relativizado los conceptos y ha hecho normas y leyes sociales de las cuales muchas van en contra del deber ser de las cosas, como el cuidado de la naturaleza, el derecho a la vida, entre otros, de tal manera que para una sana convivencia en el mundo actual, es necesario regresar al origen de las cosas, al papel que juegan las virtudes humanas, como son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.
La prudencia es la virtud que dispone la razón práctica a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y a elegir los medios rectos para realizarlo, la justicia por su parte es la virtud que nos permite la capacidad de reconocer y dar a cada quien lo que le corresponde, mientras que la fortaleza es la virtud moral que asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien de manera asertiva y finalmente, la templanza es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes y servicios creados por el mismo hombre.
Como puede verse, de acuerdo al significado, las virtudes son de alguna manera frenos y reguladores de las actitudes del ser humano frente a la vida, es decir, la práctica de las mismas son el reflejo de una conducta adquirida que le permite al hombre actuar según como le dicta su conciencia. Las virtudes son entonces una disposición o capacidad adquirida, por el ejercicio y el aprendizaje de hacer lo que es moralmente bueno, lo que significa también que es una cualidad de la voluntad que supone un bien para uno mismo o para los demás.
Si revisamos las conductas que hoy en día tienen muchas personas o grupos, que en defensa de lo que consideran sus derechos fundamentales protestan frente a los responsables del control social, aduciendo además violaciones a los mismos, olvidando de alguna manera los derechos de los demás al trastocar la vida social, podemos concluir que al ser humano en lo general, lo acechan de manera permanente las malas virtudes, pues en muchas ocasiones y circunstancias, actúa de manera tal que solo busca su propio beneficio.
En efecto, vivimos tiempos donde los conceptos del bien y del mal se han trastocado, pues lo que para alguien puede estar mal, para otros puede estar bien, de tal manera que la regla parece ser que hay que actuar de acuerdo al beneficio recibido de manera individual y muy lejos de lo que es moralmente bueno para todos. Al observar la realidad social en algunos estados de nuestro país, los llamados derechos humanos de unos cuantos, prevalecen por encima de los derechos de las mayorías, trastocando con ello la paz social entre otros aspectos. Hay que recordar que la palabra virtud, proviene del latín virtus, cuyo significado es: "cualidad excelente", o "disposición habitual a obrar bien en sentido moral". JM.