Pese a quedar herido, el dinosaurio priista amenaza batirse hasta el fin. Siente que si no es en 2006 nunca recuperará la Presidencia.

09 mayo 2005

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BELIZARIO REYES /VERENICE PERAZA

La decisión "de Estado" asumida por el Presidente Fox para desactivar el conflicto con AMLO y las fuerzas políticas y sociales de centro izquierda, impidió al PRI y a Madrazo seguir "nadando de muertito" en la agria disputa sostenida por el Gobierno federal y el Gobierno capitalino, el PAN y el partido del sol azteca. Que duró más de un año, desde el 1 de marzo del año pasado a partir del estallido del video gate, hasta el 27 de abril de 2005 cuando el Ejecutivo optó por la distensión política tras haber perdido la batalla mediática en torno al desafuero de AMLO. Pero la decisión de la PGR de no ejercer acción penal contra el gobernante capitalino, esgrimiendo que, pese a ser probable responsable del delito de abuso de autoridad, no existe pena delimitada para el caso, dejó abierta la posibilidad para que el particular afectado presente un recurso de inconformidad. Y a fin de que los frustrados golpistas alimenten aún la esperanza de echar abajo la "salida política-jurídica" de la Presidencia. No obstante, los mismos factores que empujaron al Presidente Fox a buscar una salida conciliatoria al conflicto, jugarían en contra de quienes en el PRI o fuera de él insistan en reactivar el proceso por el caso del predio El Encino. Imposible perder de vista que al retractarse el Ejecutivo con relación a la obvia intención original de inhabilitar jurídicamente al Jefe de Gobierno, las coordenadas de la política nacional se han modificado de súbito. Ahora la polarización se vislumbra entre los dos tabasqueños presidenciables, el PRI y el PRD. No está, por ende, garantizada la distensión política anunciada con gran pompa por Fox. Pese a quedar herido, el dinosaurio priista amenaza batirse hasta el fin. Siente que si no es en 2006 nunca recuperará la Presidencia al intuir que su unidad orgánica se resquebrajaría, en definitiva, con otros 6 años más fuera del poder. Por eso el PRI está adoptando un plan de control de daños con un discurso en defensa de la legalidad dedicado contra quien ya emerge sin duda como el gran rival a vencer. Por eso el Diputado Beltrones sostiene que con la salida jurídico-política cocinada en Los Pinos se "echan por la borda" 160 años de tradición de la institución del amparo. Y Chuayffet reprocha al Presidente su conducta inmoral, "sin importar los derechos de los particulares". Obviando que en el caso del predio El Encino no hay prácticamente daño que reparar, como lo demuestra la fianza de 2 mil pesos fijada ilegalmente por el MPF a López Obrador para garantizar la reparación del perjuicio y obtener su libertad caucional. Pero aunque Salinas y Madrazo ejercen el control sobre las máximas instancias partidarias, no son pocos ni de poca monta los priistas que les reclaman a ambos haber metido al partido en un atolladero formidable. Uno de los mayores costos para el PRI en general y para Madrazo en particular, es, sin duda, el ensanchamiento de las fisuras en su seno. El ex Gobernador José Murat reclamó a Madrazo sus "alianzas vergonzantes con las fuerzas conservadoras de México", en cuya "trampa", dijo, cayó el PRI pues en la aventura del desafuero "los perdedores fuimos nosotros". El CEN priista descalificó, empero, lo dicho por Murat, refrendando así su función subordinada a los intereses políticos de Roberto Madrazo y sus poderosos valedores. El presidente del PRI confía en contrarrestar las previsibles defecciones internas apostando a colocarse como el candidato idóneo para vencer al Jefe de Gobierno capitalino, y nuclear de tal forma el anti lópezobradorismo que despunta incentivado por la propagación inducida de un miedo irracional hacia las políticas públicas del Jefe de Gobierno. A quien se insiste en identificar como el potencial Hugo Chávez mexicano, capaz de modificar el texto constitucional para perpetuarse en el poder, instaurando una democracia plebiscitaria como hizo el caudillo venezolano. Se pretende soslayar así que aunque triunfara AMLO, el PRD difícilmente se alzaría con la mayoría absoluta del Congreso de la Unión y que, en todo caso, no podría haber cambios a la Carta Magna sin el apoyo de las bancadas del PRI o el PAN para conseguir mayoría calificada. Con todo y polarización política, el equilibrio tripartito vigente en el Congreso no parece amenazado. ¿Por desgracia? Tras quedar maltrecha la imagen de Creel en el dilatado zipizape con AMLO, pese al cambio en pro de la conciliación adoptada al final de la crisis por el Secretario de Gobernación, y (o) inclusive por eso mismo, Roberto Madrazo busca deslindarse de la política "blandengue" de Fox. Aprovechando también las tribulaciones de la pareja presidencial ante las denuncias de corrupción que con razón o sin ella se esparcen sobre los hermanos Bribiesca Sahagún. Con la intención de aplacar la ira de sus críticos, el Presidente Fox cayó en el absurdo de no conceder a López Obrador más de 15 minutos de audiencia. Amén de que la Presidencia se negó a dar a los medios agolpados en Los Pinos un comunicado sobre el breve y esperado encuentro. Tampoco dio registro fotográfico del mismo. No se avizora, por lo demás, un crecimiento económico capaz de neutralizar la percepción generalizada sobre el mediocre desempeño de la economía mexicana durante el sexenio foxista, si bien tal fue consecuencia en gran parte de la recesión económica estadounidense agudizada tras los ataques terroristas del 11 de septiembre. Se vislumbra, así, un potencial voto "útil" favorable a Madrazo proveniente de franjas del electorado que "normalmente" sufragarían por el PAN y su candidato "para la grande", pero dadas las circunstancias no dudarían mucho en hacerlo por quien se les presente como el "gallo" con los espolones para derrotar al popular "Peje" y su "inquietante" proyecto heterodoxo de Nación. Ante el sustancial cambio en la situación política nacional, AMLO prepara un viraje de timón que lo mantenga en la pelea por el voto mayoritario de las clases medias. Así lo adelantó a la corresponsal de The New York Times, Ginger Thompson, declarándole que aun y cuando sigue manteniendo los mismos principios de siempre, sus años de líder radical quedaron atrás. Ahora es "un político de centro". El tablero de ajedrez político ya es otro. dmartinbara@hotmail.com