Pornografía: una definición
12 enero 2010
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Consecuencias y parecidosLa frase es conocida. Pero además, descriptiva, con la que casi todos están de acuerdo.
Es la que dijo alguien que no recuerdo: "Definir a la pornografía, no puedo; pero sé muy bien qué es cuando la veo".
Tratemos de encontrar una definición de pornografía examinando sus elementos. Primero es una exhibición o presentación creada por alguien y que puede tomar formas diversas materiales: película, fotografía, texto, pintura, ilustración. Segundo, su contenido está siempre relacionado con una temática sexual.
Hasta aquí no hemos llegado a una definición distintiva porque nos falta un tercer elemento, que es el clave.
No sé cómo llamarle con exactitud, pero quizá podamos hablar de intensidad sexual del contenido, lo que suele calificarse de explícito.
Esto es lo que marca la diferencia entre el desnudo de la maja de Goya y una revista del tipo de Playboy y aún más intensas.
Con esto llegamos al cuarto elemento, que es el del objetivo. En algún desnudo de Rubens, por ejemplo, es posible entender un objetivo de belleza y en el que lo explícito no juega un papel.
En un material pornográfico ya no hay un objetivo estético, sino sólo el de lo explícito y que es el que marca la intención última de la pornografía: estimular los deseos sexuales en el espectador.
Sería algo extraordinario ver un desnudo de Modigliani y calificarlo de pornografía. Quizá esas pinturas y otras más puedan verse como atrevidas, descaradas, pero en ellas se ve una intención artística. No sólo no tienden a ser explícitas, sino que tampoco están dirigidas a despertar sentimientos sexuales. No es ése su objetivo.
Esta es la gran dificultad de diferenciar a la intención de quien produce el material. Picasso tiene, por ejemplo, dibujos en verdad atrevidos de desnudos femeninos muy explícitos.
No creo que sean pornografía, aunque la verdad no son precisamente bellos. Y, por otro lado, existen imágenes fotográficas que son de muy alta calidad, pero que tienen buena dosis de pornografía.
¿Cómo distinguir arte de pornografía? Puede haber un truco o dos para saberlo con cierta certeza. Uno es la calidad del material, su técnica y dificultad.
Hay una pintura de Boyé, sumamente sensual, pero que claramente no es pornografía.
Hay en él un deseo de expresar belleza. Tiene técnica y el conjunto de imágenes es agradable.
La pornografía, por su lado, no cuida la calidad del material, es descuidada y todo lo sacrifica en aras de su intención de despertar deseos sexuales en el espectador. Dos, se produce en serie porque su intención es llegar a tantas personas como sea posible. Para ver un desnudo de Courbet, se tiene que ir a un museo.
Para ver una película pornográfica se puede uno sentar frente a la televisión y seleccionar una de las muchas disponibles.
Esta distinción es clave y revela la intención del material masivo en comparación con el único.
La pornografía no para allí. Tiene más elementos que pueden considerarse consecuencias.
La manera más descriptiva que conozco para explicar esto es la que señala que la pornografía produce una separación entre los dos elementos del sexo humano. Esos dos elementos son el placer y la creación de vida.
La pornografía sólo trata del placer corporal, que sin duda es intenso. Consecuentemente, se ha dicho, la pornografía reduce al sexo a una masturbación mutua sin que exista entre las personas otra cosa que su interés egoísta en el placer. El tema bien vale una segunda opinión dadas estas consecuencias.
La pornografía rebaja la dignidad de las personas y las coloca en un nivel de cosa: artefactos de placer egoísta momentáneo y temporal. Con esto no creo que exista problema de definición y todos estaremos más o menos de acuerdo.
Pero hay algo más y que es sorprendente: la pornografía no es todo lo que reduce la dignidad humana para convertirse en instrumento sexual que sirve a otros.
Con esto llego al punto que comparto con usted y que me sorprendió cuando lo leí. Si lo la pornografía degrada a la persona porque quita del acto sexual el componente de amor en la creación de vida, no hay de otra que aceptar que, por ejemplo, los anticonceptivos también lo hacen y son equivalentes en sus consecuencias a la pornografía.
eduardo@contrapeso.info