Steve Jobs y la muerte
12 octubre 2011
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1. El fallecimiento de Steve Jobs, ícono no sólo de Apple sino de la tecnología reciente, provocó un alud de comentarios en redes sociales y en la prensa escrita y electrónica. No era para menos. Su aporte al acelerado incremento de las comunicaciones, gracias a sus aparatos, ha sido comparado con las grandes hazañas de los seres humanos a lo largo de la historia. Entre las muchas reflexiones surgidas en torno a su muerte, me interesa explorar en dos de ellas.2. En primer lugar, llama la atención el que muera una persona con tanto dinero, que, inclusive, había logrado superar al cáncer que padecía desde hacía ya años. En el discurso -superpublicitado durante estos días- en la Universidad de Stanford, en la apertura del curso de 2005, el fundador de Apple se refirió a su enfermedad como algo del pasado, algo que parecía ya superado. Pero el cáncer regresó, con más fuerza que antes, para derrotar al genio de la cibernética.
3. ¿Cómo es posible -se preguntan muchas personas- que alguien con tanto dinero no haya podido sobrevivir a la enfermedad? Es de suponerse que, con los millones de dólares atesorados por Jobs a lo largo de su productiva carrera económica, pudiera pagarse el mejor tratamiento médico del mundo, con excelentes doctores, en hospitales espléndidos. Así fue. Y, sin embargo, tantos recursos no pudieron impedir el desenlace final. Pero sí alargarlo...
4. En efecto. Un amigo que falleció hace pocos años, y que atendió su enfermedad terminal en un súper-hospital de Houston, escribió: "El dinero no puede derrotar a la muerte... pero sí extiende la vida...". Así es. Jobs sobrevivió siete años al diagnóstico fatal: ¿Cuántas personas, y por cuánto tiempo, pueden continuar en este mundo, con calidad de vida, sin los recursos que tuvo el inventor del IPhone? La muerte no elimina las clases sociales. L@s ric@s pueden vivir más.
5. Una segunda reflexión, que brota de esta comentada muerte, puede estructurarse así. Dado que Jobs muere relativamente joven: ¿Cuántas cosas más podría haber inventado, si hubiera vivido unos años más? Más allá de que los hubiera no existen, la pregunta tiene sentido por el promedio de aportes y logros que tuvo en su corta vida, muchos, en relación a la posibilidad de ofrecer más, si más años hubiera gozado de salud, con la creatividad que le caracterizó.
6. Surge una cuestión: las críticas, vertidas desde muchas tribunas, sobre la honestidad del fallecido. No falta quien le resta méritos innovadores, alegando que Jobs era un excelente mercadotécnico, acompañado de todavía mejores ingenieros y técnicos. Además, parece que su compañía es una de las que más demandas por robo de propiedad ha recibido en los EUA, incrementando la sospecha de que el hoy venerado Jobs era muy bueno para la piratería industrial.
7. Pero, suponiendo y concediendo que tales cuestionamientos carecen de fundamento, Jobs produjo lo que podía producir. Vivir más años no es garantía de más y mejores aportes. Quién sabe si la certeza sobre la proximidad de su muerte le hizo acelerar y enriquecer su creatividad. Descanse en paz. Genio o impostor, le brindó al mundo la oportunidad de acercarnos más. Ojalá y la multitud de aparatos vendidos por él nos sirvan para eso: comunicarnos mejor.
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