Tony Aguilar; El Charro de México

23 junio 2007

""

JANNETH ALDECOA/ JOSÉ ALFREDO BELTRÁN

Nombre con que se conoció popularmente el artista mexicano, Pascual Antonio Aguilar Barraza, nacido en Villa Nueva, Zacatecas, el 17 de mayo de 1919; falleció el pasado martes de la presente semana a las 21:40 horas, como resultado de una neumonía que le atacó de manera general y le agotó la mayoría de sus órganos; después de una drástica recaída de dos semanas, fue cuando la Dama del Alba, le dijo hasta aquí.
Fue uno de los artistas más querido del pueblo por sus grandes dotes de caballero y de palabra de hombre; también fue uno de los más completos en su género: el charro cantor, quien interpretó como nadie la música campirana con el máximo sentimiento que adornó magistralmente con sus extraordinarios dotes de gran artista. Sí, eso sucedió en la interpretación de canciones vernáculas, en la filmación de sus películas, escogió temas nacionales y destacó con sus interpretaciones a escogidos personajes de la campiña mexicana y personajes revolucionarios, ídolos populares.
Tony Aguilar, fue destacado actor, cantante, productor y argumentista. No le faltó nada; en consecuencia fue un artista completo y gran intérprete de la mexicanidad desde la década de los cincuenta, cuando debutó como actor en el cine, al tiempo que se inició como cantante, faceta que se extiende hasta los primeros años del 2000.
En todas las canciones que interpretaba les puso su sello personal, pero si usted desea escuchar la voz, el timbre y el sentimiento del charro zacatecano, imagínese oír la melodía Tristes Recuerdos o El Chubasco.
No en balde fue a Hollywood a estudiar canto de 1940 a 1941 y cuando empezó a trabajar en Tijuana ganaba apenas 12 dólares a la semana. El gran artista en ciernes comenzó desde abajo, pero jamás se dio por servido, siguió estudiando canto y educando su privilegiada voz. Regresó a la Ciudad de México en 1945, sin separarse de sus estudios de canto; de tal manera que podía interpretar lo mismo canciones del género popular que operísticas.
Empieza lo bueno para Tony: cuando recibió del bachiller Álvaro Gálvez y Fuentes la oportunidad de cantar en la XEW en julio de 1950, y a partir de ahí empezó a despuntar velozmente hasta alcanzar el estrellato. En los inicios de la televisión interpretó para canal 2 el programa Música a Bordo (¿Quién es quien? por Carlos Haro. Revista de Revistas, No.2284, 20 de diciembre de 1953, p.78).
Comenzó en el cine nacional, interpretando pequeños papeles. En 1952, obtuvo su primera parte importante en la cinta El Santo Susano; en 1950, fue contratado como actor exclusivo de Filmex. Tony Aguilar interpretó como coestelar, Un rincón cerca del cielo (1952) y Ahora soy rico, que fue lo más destacado en enero de 1953.
En 1956, recibió su primera oportunidad como estelar en Tierra de hombres, de Ismael Rodríguez. En su trayectoria destacan sus múltiples comedias rancheras y su reiterada caracterización de personajes populares e históricos, como Heraclio Bernal, Emiliano Zapata, Felipe Carrillo Puerto, Gabino Barrera y Lucio Vázquez. Igualmente, resaltó su interés por dar la oportunidad a realizadores y temas poco convencionales, alejados de la vena puramente comercial.
Desde mediados de los años 60 fue argumentista y guionista, y produjo un número importante de cintas; entre ellas, varias de las que él mismo fue protagonista. Su enorme fama como cantante gustó mucho en México, pero su porte, voz y sentimiento conquistó sitios más allá de la frontera del mundo hispano.
Otra faceta que ofreció al público fueron las múltiples presentaciones de su gustado y aplaudido espectáculo ecuestre, como para reafirmar su alta calidad de hombre de a caballo, como legítimo charro mexicano.
Es sabido que fue el único artista mexicano que durante siete noches consecutivas llenó por completo el Madison Squard Garden de Nueva York, con su espectáculo de caballos amaestrados. En este empeño lo acompañó su esposa, la también artista y cantante de música vernácula Flor Silvestre, primera esposa que fue del animador de programa y magnífico locutor, Francisco "Paco" Malgesto, quienes procrearon a la artista Marcela Rubiales. Pero la familia Aguilar-Silvestre tuvo como vástagos a Antonio y Pepe, ambos también distinguidos cantantes. Así, la familia entera formó un nicho de verdaderos cantantes y artistas.
Como actor, Tony Aguilar filmó las cintas, además de Ahora soy rico (1952), La cama de piedra (1957), La Cucaracha (1958), Ahí vienen los Argumados (1961), Los hermanos del hierro (1961), El Alazán y el rosillo (1964), Peregrina o El asesinato de Carrillo Puerto (1973), Albur de amor, (1979) y Astucia (1985).
Como productor, Tony Aguilar produjo una veintena de films, entre las que se cuentan: El ojo de vidrio (1967), Volver, volver, volver (1975), Benjamín Argumedo y El rebelde (1978), Los triunfadores (1978), Los gemelos alborotados (1981), Lamberto Quintero (1987), Triste recuerdo (1990) y La güera.
Después de ser velados los restos de Tony Aguilar, el cuerpo fue llevado a la Basílica de Guadalupe en donde el Cardenal Norberto Rivera Carrera oficio los servicios religiosos de despedida.
De la Basílica de Guadalupe la carroza enfiló rumbo al aeropuerto de Toluca para trasladar el cuerpo del querido artista a su tierra natal, Zacatecas; su tierra natal lo recibió con "lágrimas de lluvia".
Al artista nuevamente lo velaron en el teatro Fernando Calderón. Al otro día fue celebrada una misa en la Catedral-Basílica, para finalmente trasladarlo a la última morada que había escogido, el rancho El soyate, su lugar de origen, del poblado de Tayahua. La tierra lo recibió amorosa, mientras la muchedumbre entonaba sus canciones más escuchadas, acompañadas por el tamborazo zacatecano.