Vicente Fox y Marta Sahagún parecen pretender mostrarse desafiantes, aplicando la máxima de que la mejor defensa es el ataque

27 septiembre 2007

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Saúl Valdez / Fernanda González

En pueril empeño por mantenerse muy activos en su relación con los medios, la ex pareja presidencial formada por Vicente Fox y Marta Sahagún rubricó su propensión, acaso patológica, a exhibirse en revistas reservadas al "jet set".
Quisieron trasmitir así el glamour de una pareja otoñal enamorada, cuya residencia y entorno "soñados" mostraron generosamente tras haber probado las mieles del poder e insistir en continuar probándolas, que, por lo visto y oído, no les empalagan.
Ambos parecen pretender mostrarse desafiantes, aplicando la máxima de que la mejor defensa es el ataque. Lo cual, dicho sea de paso, no siempre es cierto. Pero, claro está, hay de ataques a ataques. El de Vicente y Marta fue con pólvora quemada y los chamuscó.
Para el par de tortolitos que urdió un plan con el objetivo de relevarse en la Presidencia, a fin de cuentas fallido. Así quedó al descubierto con el voraz apetito de poder mostrado por la Primera Dama a fin de sentarse por otros seis años, aunque ya no a hurtadillas, en la silla presidencial, no hay felicidad posible si su "radiante" imagen deja de difundirse en TV y revistas "el corazón" especializadas en romances y matrimonios de la nobleza superviviente europea.
Las consecuencias por semejante frivolidad de la ex pareja presidencial, locamente enamorada del poder, no se dejaron esperar.
Un clamor de repudio y condena cruzó un país circundado por la pobreza de más de 50 millones de sus habitantes, lo cual predispuso a las fracciones parlamentarias del PRD, PRI, e incluso del PAN, en la Cámara de Diputados, a nombrar una comisión especial que investigue si el patrimonio inmobiliario del ex Presidente Fox fue acrecentado por la corrupción.
De modo que la Junta de Coordinación Política de la Cámara baja decidió por unanimidad investigar la riqueza, presuntamente injustificada, del ex Presidente Fox (24/09/007).
Si bien el coordinador de los diputados panistas, Héctor Larios, presidente de aquélla, advirtió que se deben evitar "linchamientos públicos y juicios sumarios" que decreten sin ningún elemento culpabilidades o inocencias.
Con todo, Larios no quiso comprometerse más allá en la defensa de Vicente Fox, haciéndonos partícipes de una innovadora expresión: "Yo no meto las manos al fuego ni por mí".
Estamos ante una candidez rayana en provocación, aunque difícilmente las luces de la pareja dan para tanto. Nunca antes se había dado el curioso caso de una ex pareja presidencial tan añorante de su tren de vida, pletórico de boato y cursilería, como mandamases en la residencia oficial de Los Pinos, donde su parte femenina soñó a lo grande.
Ahí está para la posteridad, y el análisis sicoanalítico, la tesis martiana de que la mejor escuela para ser Presidente, o Presidenta, era vivir como ella en Los Pinos, enunciada con desparpajo en un programa del payaso Brosso, que le vio ganas de ser una suerte de Evita mexicana.
Los costos de pavonear su riqueza, muy probablemente mal habida, en su rancho grande, están siendo muy altos para el ex Presidente y su inquieta conyuge. No creemos que sus luces alcancen para urdir una estrategia política digna de ese nombre.
Creyeron saber lo que les convenía mostrando sin rubor su holgura gran burguesa. Al hacerlo se colocaron torpemente en una zona de riesgo donde el pacto de impunidad o trato terso entre Presidente saliente y entrante podría venirse abajo.
Los beneficios políticos para Felipe Calderón de una ruptura con el pasado inmediato que lo legitime son evidentes, siendo por lo mismo dicha operación política, necesariamente de gran calado, una tentación muy grande, acaso irresistible, para un Presidente cuyo margen de maniobra está muy acotado por los poderes fácticos, si bien no podemos soslayar el proceso de recuperación de una parte del espectro radioeléctrico al suprimir el gran negocio de la publicidad partidista y electoral pagada en beneficios de los magnates de la radio y TV.
Adicionalmente, Calderón enfrenta una correlación de fuerzas adversas en el Congreso de la Unión y la mayoría de los estados.
A ese poder disminuido del Presidente debe agregarse un panorama económico poco alentador. El pobre desempeño de la economía estadounidense ha estado condicionando el bajo crecimiento de la economía mexicana en los últimos siete años, y su consecuente pérdida de competitividad frente a China, India, Sudáfrica y Brasil.
Desde el polo político opuesto al PAN y al Presidente Felipe Calderón, AMLO continúa ostentándose como "Presidente legítimo" en sus incesantes giras por la República, sin que el escarnio parezca hacerle mella. Por el contrario, se muestra convencido de que su estrategia de impugnación al pelele pronto rendirá frutos al repuntar su popularidad en las encuestas, convirtiéndose otra vez anticipadamente en el adversario o enemigo a vencer con la mira puesta en los comicios presidenciales de 2012.
La última encuesta de GEA/ISA registra una recuperación de López Obrador al reducirse el porcentaje de imagen negativa de menos 38 en diciembre del año pasado, cuando tocó fondo, a menos 24 en días recientes. Habituado a desplegar su intuición política sin muchos miramientos, AMLO se muestra retador, seguro de que volverá a montarse en una ola de popularidad que lo lleve, ahora sí, a Palacio Nacional.
En gira por el estrado de Puebla, el "presidente legítimo" se mostró convencidísimo de que Felipe Calderón seguirá protegiendo a Vicente Fox y sus familiares, quienes seguirán disfrutando de su "riqueza mal habida":
"Entre mafias se protege, que nadie espere que el pelele de Calderón enjuicie y mucho menos lleve a la cárcel a la chachalaca ladrona".
No obstante, AMLO se aventura también temerariamente a zonas de riesgo, al sostener enfáticamente que si "el pelele encarcela a Fox, él se retirará de la política". ¡Vaya apuesta!
El Peje sabe su cuento. No en balde volvió a señalar con dedo flamígero al "cuñado incómodo" del Presidente Calderón, como beneficiario de un intenso tráfico de influencias, volviendo a cuestionar su honorabilidad donde más daño le hace.
Con el rebrote del escándalo sobre la presunta corrupción de los Fox, López Obrador refuerza su posición ante una opinó pública que condena sin atenuantes, el tráfico de influencias surgido en el sexenio "del cambio".
dmartinbara@hotmail.com