Visiblemente consternado y muy consciente, por supuesto, que lo ocurrido afecta sus expectativas políticas, Ebrard prometió hacer justicia mediante una investigación abierta por completo al escrutinio de la Comisión de Derechos Humanos del DF
26 junio 2008
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Saúl Valdez / Fernanda González
Pese al infausto antecedente del incendio en la discoteca Lobohombo, en octubre de 2000, con saldo trágico de 20 personas muertas, las autoridades delegaciones del DF no tomaron las providencias necesarias, entonces ni ahora, para evitar tragedias similares. Ahogado el niño, el pozo no fue tapado.Negligencia, autoritarismo, ineficacia y corrupción se combinaron el viernes 20 de junio de 2008 para que un cuestionado y cuestionable operativo policial contra cientos de jóvenes que se divertían en la Discoteca News Divine, ubicada en la delegación Gustavo A. Madero, para detectar venta de alcohol a menores de edad y drogas, terminara con saldo trágico de nueve jóvenes y tres policías muertos.
Fue un operativo pésimamente ejecutado: los policías taponaron el único acceso habilitado para entrar y salir de la discoteca, la salida de emergencia estaba cerrada con llave y bloqueada con cajas de cerveza. Se buscó que todos fueran detenidos para su revisión. Eso condicionó automáticamente la actitud policíaca de cerrar el paso a la salida de jóvenes en espera de que llegasen más camiones para llevárselo.
Todo indica que los responsables del operativo no hicieron bien sus cálculos sobre la cantidad de gente en el lugar. Según el titular de la Secretaría de Seguridad Pública del DF, Joel Ortega, había mil personas, el doble de la capacidad que el establecimiento puede alberga.
Sintiendo cómo se tambalea en el cargo, Joel Ortega pretende acotar el deslinde de responsabilidades hacia los mandos operativos. Su nombramiento recae en el Presidente de la República a partir de una terna que el Jefe de Gobierno del DF le presenta, y tiene por tanto también la facultad para destituirlo, como hizo el Presidente Fox con Marcelo Ebrard cuando desempeñaba el mismo cargo, a raíz de los tristemente célebres linchamientos en la delegación Tláhuac.
Tales operativos contra cientos de jóvenes constituyen una provocación en sí mismos y generan casi automáticamente violaciones a los derechos humanos, entre otras cosas porque criminaliza el consumo de drogas, dando en los hechos a los jóvenes, presuntamente consumidores de éstas, un trato delincuencial.
Tal y como fue posible apreciar en los videos que circulan sobre el lugar de los hechos, tanto de afuera, donde se aprecia cómo se orquesta el infausto taponamiento policial, como de adentro con dramáticas escenas de adolescentes apretujados en la estrecha salida con la angustia reflejada en sus rostros, buscando desesperadamente salir de semejante trampa mortal que a nueve de ellos les arrebató la vida, del mismo modo que a tres policías, quienes a diferencia de la mayoría de sus compañeros que empujaban hacia dentro, intentaron socorrer a los jóvenes abriendo una de las pestañas de la puerta, perdiendo la vida en el cumplimiento del deber.
La primera reacción del Procurador de Justicia del DF, Rodolfo Félix, y del titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Joel Ortega, fue exculpar a la policía capitalina aclarando que no dispararon armas de fuego ni lanzaron gases lacrimógenos, señalando como presunto responsable de la tragedia a Alfredo Maya Ortiz, quien regentea el lucrativo antro, esgrimiendo que su anuncio precipitó la estampida de los jóvenes sobre la puerta de salida, avisándoles del operativo en marcha, todos serían detenidos al salir, y apagar finalmente la música y el aire acondicionado del lugar.
Las evidencias video grabadas indican, sin embargo, que fue la acción policiaca irreflexiva causante principal de la desdicha, aunque igual sabemos que el lugar no cumplía con las normas de seguridad en la materia, poniéndose así de relieve la corrupción imperante en la delegación Gustavo A. Madero, cuyo jefe delegacional, Chiguil Figueroa, debería renunciar si tan sólo tuviera un poquito de vergüenza.
Pero dicha corrupción no es privativa de una delegación, como el mismo Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, lo sugiere al darnos a conocer que en la capital de la República existen 150 sitios, llamados antros, los cuales no tienen seguridad contra siniestros, y ponen, por tanto, en riesgo la vida de quienes los visitan, no obstante lo cual siguen abiertos al público, ya que, como esgrime Ebrard, en defensa propia, la clausura o la puesta en operación de dichos antros corresponde por ley a las jefaturas delegacionales.
Siendo insostenible la primera versión oficial sobre los trágicos hechos, el Jefe de Gobierno reaccionó al fin conforme a la magnitud de lo ocurrido, prometiendo que no habrá impunidad, "sea al costo que sea", comenzando por la consignación de Guillermo Zayas, responsable del operativo, quien va a ser acusado de homicidio culposo, destacando que nunca antes en la historia de la ciudad un mando tan alto había sido acusado de un delito tan grave. Asimismo, otros 16 mandos participantes en el fatal operativo fueron cesados.
Visiblemente consternado, y muy consciente, por supuesto, que lo ocurrido afecta sus expectativas políticas, Ebrard prometió hacer justicia mediante una investigación abierta por completo al escrutinio de la Comisión de Derechos Humanos del DF:
"Vamos a buscar el castigo de los responsables de la tragedia. En primer lugar de aquellos servidores públicos que ejecutaron el operativo, porque, a la luz de la información que tengo disponible desde ayer por la noche y hoy en la mañana (nótese el afán por precisar los tiempos), hubo errores graves; también de aquellos servidores públicos de la delegación que hayan autorizado, permitido u omitido el cumplimiento de la ley para la operación de un lugar que evidentemente no debía estar funcionando, así como de los organizadores y conductores del evento, que actuaron con evidente irresponsabilidad".
Sintiendo la lumbre en los aparejos, Ebrard advirtió que no es momento para el oportunismo ni la especulación. Dejando entrever, empero, la caída de más cabezas involucradas en el fallido operativo, pese a que en el ejercicio de su cargo hayan actuado con "lealtad y resultados, pero aquí estamos discutiendo otras cosas".
Para ponerse a tono con su jefe, Ortega declaró que "hay muchas trampas de mercenarios del entretenimiento, de mercenarios que explotan la inquietud de los jóvenes (por reventarse) están sembrados en la ciudad".
A confesión de parte, iniciación inmediata de averiguaciones previas contra quienes, presuntamente, han solapado y solapan trasgresiones a la ley en la operación de discotecas o antros.
dmartinbara@hotmail.com