¿Voto duro?
01 septiembre 2007
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CÉSAR LÓPEZ
Como siempre usted verá la publicidad y tratará de descifrar de entre las fotos, los mensajes, los discursos y eventualmente los proyectos planteados, cuál gobernante municipal le place y cómo prefiere la representación en el Congreso local.Al final, el domingo 14 de Octubre, después del inevitable ciclón electoral o meteorológico, usted depositará su voto.
Esa es la única oportunidad que tiene en tres años para ejercer su poder ciudadano real. El poder político de renegar no decide quién será presidente ni quién será diputado en el municipio donde usted y su familia viven, aunque influya. El poder económico para apoyar a un candidato o a otro tampoco lo decide, aunque influya más.
El poder de la suma de los votos en las urnas es, y debe ser, lo que define en última instancia a los representantes del Poder Legislativo en la vida social y al del Poder Ejecutivo que las aplique y desarrolle en cada localidad durante tres años.
Esta es la elección más nuestra, más cercana a nosotros; es más importante que los jaloneos mediáticos de la política partidaria de la capital del país; determina cómo queremos vivir en el futuro inmediato y si podemos contribuir a una convivencia de mejor nivel social en la realidad cotidiana de aquí.
No es interesante como contienda entre partidos, no es importante como competencia entre los medios, entre los encuestadores o entre las fuerzas económicas dominantes peleándose entre sí por sus mugres ambiciones.
Es interesante porque esta vez usted puede definir si quiere que las fuerzas supuestamente políticas, detrás de las cuáles pululan las fuerzas reales de las inversiones económicas, ya no lleguen a tomar por asalto corrupto el poder político y tener así un omnipotente doble poder en su comunidad.
Al menos es s la oportunidad de tener un gobierno municipal verdaderamente decente que trabaje a favor del desarrollo del estado, pero con la mira puesta primero en usted como ciudadano y su familia como célula social, que son los que viven y trabajan aquí y para quien debe gobernarse desde cualquier nivel.
Un gobierno nuevo, no por sucesión o repetición cronológica, sino nuevo porque tiene otra manera de percibir para qué es una presidencia municipal y de entender para qué sirve una diputación local, una vez que hayan pasado las elecciones y cuando se trate de definir cómo queremos vivir juntos aquí.
Sólo que hay un pequeño problema. Para poder lograr eso, usted necesita salir de su casa ir a su casilla y votar.
Porque aquellos de los que usted reniega sí lo van a hacer; y si usted no lo hace, aquellos seguirán ahí y usted seguirá renegando de los mismos.
Los mismos dicen contar con un voto duro; pero ese voto se ha venido ablandando a fuerza de mentiras más inocultables en cada elección.
Debemos reconocer sin embargo que subsiste una inercia "clientelar" que sigue votando por su partido, y ese es un derecho inalienable; pero la ciudadanía independiente tiene ahora mucha mayor probabilidad de sumar los votos blandos de los electores descontentos con sus partidos por reciclar a los mismos, o a copias envejecidas de los mismos, candidatos con los votos de los nuevos electores jóvenes y con la masa de mujeres, más de la mitad de los votantes, cada vez más determinante del sentido de una elección.
Estas no son cuentas alegres; son una realidad ya probada. Se puede volver a lograr si usted lo decide. Pero si otros lo deciden por usted, no.
Pensándolo bien... Elija a ciudadanos nuevos, no a políticos reciclados.
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