Malecón
Gobernar no es figurar
Más que gobernar, al Alcalde de Elota, Richard Millán Vázquez, le urge figurar. Aparecer. Ser visto. Volverse viral. Aunque sea a gritos, aunque sea con groserías, aunque sea desde la nieve de California, mientras su municipio enfrenta una crisis de seguridad que ha trastocado la vida cotidiana, la educación y la economía local.
El más reciente video del Presidente Municipal Richard Millán Vázquez no es una defensa política ni una rendición de cuentas: es un reclamo visceral, con palabras altisonantes, dirigido a una ciudadanía a la que exige aplauso digital.
No pide evaluación, pide viralidad. No solicita análisis, exige likes. No convoca a la corresponsabilidad social, convoca al ruido.
El Alcalde se dice agraviado porque se habla más de sus viajes internacionales que de las obras de su administración. Pero no parece comprender que la crítica no surge del desplazamiento físico, sino del simbolismo político. Viajar al extranjero, aunque sea con recursos propios, mientras un municipio vive una crisis de seguridad no es un acto neutro. Comunica prioridades. Y las prioridades que se comunican no son las del territorio, sino las del ego.
No es un episodio aislado. En Halloween, el propio Alcalde difundió un video disfrazado de “árabe”, una representación cargada de estereotipos que hoy podría incluso ser sancionada por su componente racista.
Antes, al asumir el cargo, decidió llenar su oficina con muebles estilo Luis XVI, un gesto de ostentación que no dialoga en absoluto con la realidad de un pueblo golpeado por el narco, el desplazamiento y la incertidumbre. La pregunta no es si puede hacerlo, sino si debería hacerlo.
El patrón es claro: puesta en escena constante, gusto por el encuadre, obsesión con la imagen. Aparece cuando hay cámara, cuando hay escenario, cuando hay posibilidad de figurar. Pero cuando un medio de comunicación busca entrevistarlo, desaparece. Huye. Se esconde. Evita el contraste de ideas. Elude las preguntas incómodas. Esa conducta no es casual: revela una profunda falta de carácter y de capacidad política.
Porque gobernar implica resistir la crítica, no insultarla. Implica dar la cara, no pedir viralidad. Implica asumir la responsabilidad pública, no convertirla en espectáculo.
Resulta difícil entender, entonces, cómo una figura como Sergio Torres Félix, líder de Movimiento Ciudadano en Sinaloa, respalda políticamente a un Alcalde que confunde el ejercicio del poder con un performance permanente.
La política no es un set de grabación ni una estrategia de redes sociales. Es conducción, es decisión, es responsabilidad frente a un contexto adverso.
En Elota, la seguridad no se resuelve con videos, ni con canchas de futbol. La gobernabilidad no se construye con viajes. Y la legitimidad no se gana a base de groserías.
El Alcalde parece más interesado en pasearse que en permanecer. Más ocupado en figurar que en gobernar. Y mientras él busca desesperadamente atención, el municipio sigue esperando algo mucho más básico: liderazgo.
Porque al final, gobernar no es hacerse viral. Gobernar es hacerse cargo.
¿Entonces, se permite cerrar calles o no en Mazatlán?
Apenas el pasado 15 de diciembre Jaime Othoniel Barrón Valdez, secretario de Seguridad Pública Municipal de Mazatlán, llamó a la población a no cerrar calles, no utilizar productos de juegos pirotécnicos, no realizar disparos al aire y a no manejar bajo efectos de bebidas embriagantes durante las fiestas decembrinas.
Dijo que hay muchas posadas y que muchas personas acostumbran a hacer cierres de calles para realizar sus posadas de la cuadra, de la colonia.
Y recalcó que el primer llamado es a no cerrar calles, que está prohibido.
También exhortó a las personas a no conducir en estado de ebriedad.
Pero días después la misma Alcaldesa Estrella Palacios Domínguez hizo una invitación a locales y visitantes al evento del Fin de Año que se realizará la noche del miércoles 31 de enero en un tramo del malecón, entre las avenidas Insurgentes y Rafael Buelna.
Y ahí la Alcaldesa contradijo a Barrón Valdez, al informar que van a cerrar “dos kilómetros” de la avenida del Mar, entre Insurgentes y Rafael Buelna, esto para que los asistentes disfruten la velada.
Señaló que habrá show de drones, juegos pirotécnicos y también banda en vivo con Roberto Junior.
¿Entonces en las colonias no se pueden cerrar calles, pero sí en el malecón, o cómo es la cosa Secretario de Seguridad?
Entendemos que la naturaleza del evento de Año Nuevo es diferente y que el que cierra es el ayuntamiento, pero si debería haber reglas claras de cuándo se puede, cuándo no y bajo qué condiciones. Al final se trata de orden y que la ley aplique parejo.
Espera de mejores tiempos
Este martes de nuevo Sinaloa tuvo una jornada violenta, con varios hechos que mostraron un poco de todo lo que hemos visto con terquedad desde que estalló la guerra de facciones en el Cártel de Sinaloa.
Y es curioso no que sea en estas fechas, pero sí que ocurran en momentos en que es evidente el aflojamiento, por lo menos visible, en la presencia de las fuerzas armadas en Culiacán y Sinaloa.
Desde la semana pasada muchos hemos visto patrullas de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana repletas de maletas que evidentemente son para los que se van de Sinaloa luego de cumplir con sus órdenes, o por lo menos de vacaciones por unos días, muy comunes por las festividades de diciembre.
Pero la ausencia más notable es el de los soldados de fuerzas especiales que resguardan un punto de control en las inmediaciones del poblado de San Pedro, el primer asentamiento luego de salir del municipio de Culiacán hacia la costa.
Y aunque su presencia no era una garantía de que no ocurrieran hechos violentos, cómo asesinatos, privaciones de la libertad o el abandono de cadáveres, sí parecía inhibir o permitir al tránsito de patrullas del crimen organizado, para circular por las zonas de mayor facilidad de acceso.
Estas patrullas, cómo ellos mismos las han llamado en redes sociales, son vehículos convencionales de tal o cual facción, con tres o cuatro elementos, armados con pistolas y rifles, que realizan rondines por territorios en los que aparentemente ya son los nuevos encargados.
Este martes por lo menos una de esas patrullas se topó de frente con elementos del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Estatal Preventiva y luego de una agresión contra los elementos policiales, comenzó una persecución hasta una propiedad en el mismo pueblo.
La crisis se alargó por varios minutos, pues con los delincuentes atrincherados en una finca rural se mantuvieron los intercambios de disparos de manera intermitente.
Al final, el reporte oficial fue que tres civiles fueron abatidos tras la agresión y persecución y otros seis fueron detenidos.
Los minutos convulsionaron la calma de los pobladores que corrían a protegerse dentro de sus casas, tras el rugido de las feroces armas.
Lo peor es que bajo estas condiciones, con nuevas patrullas del crimen organizado y sin la presencia permanente de militares en los puntos de control, a la altura del entronque de la carretera de Navolato con La 50, es que procuraremos recibir el Año Nuevo.
Queda entonces la esperanza de que no haya más festejos con disparos y que podamos vivir una última noche de 2025 en paz y en calma.