Malecón
Cuando preguntar se vuelve delito en la UAS
En la Universidad Autónoma de Sinaloa siguen empeñados en demostrar que la autonomía no necesariamente se traduce en libertad. Al menos no para su comunidad estudiantil. Resulta que en las facultades de Arquitectura e Informática aparecieron jóvenes haciendo algo tan radical, tan subversivo, tan peligrosísimo como... encuestas. Sí, encuestas para saber qué piensa la base estudiantil sobre sus autoridades.
Pero la osadía tuvo consecuencias: empleados universitarios, de esos que no firman decisiones, no definen políticas y apenas si conocen los reglamentos que dicen defender, llegaron a intimidar, amenazar y tratar de “levantar” moralmente a quienes estaban participando, con el argumento de que “no tienen permiso”. Permiso para preguntar. Permiso para opinar. Permiso para existir políticamente dentro de la universidad.
Qué moderno.
Lo más absurdo es que el discurso se sostiene en la idea de “proteger a la institución”. Pero en realidad se siente más como proteger la figura del Rector Jesús Madueña Molina, no sea que una encuesta reveladora le mueva el piso, o peor: que le demuestre que los estudiantes sí piensan, sí cuestionan y sí exigen.
Vaya peligro.
Y claro, quienes encabezan estas escenas no son altos funcionarios: son empleados de medio pelo, burócratas menores que parecen más preocupados por ganarse una palmadita del Rector que por entender dónde están parados. Sueñan con que Madueña los note, los mire, los adopte como piezas útiles en la maquinaria del control universitario. Pero lo único que logran es exhibir el profundo miedo que corre ahí dentro a que la comunidad deje de obedecer por inercia.
El último caso ocurrió este martes en la Facultad de Informática de Culiacán, en el turno matutino. Un empleado se acercó a estudiantes que participaban en los sondeos y los amedrentó para que se retiraran. No hubo diálogo. No hubo argumento sólido. Sólo intimidación pura, esa que tanto se usa en tiempos de autoritarismo escolar.
El mensaje es claro: en la UAS puedes estudiar, puedes marchar cuando te lo ordenen, puedes aplaudir cuando te lo pidan... pero preguntar ya es territorio prohibido.
Y mientras tanto, la institución que presume formar ciudadanos críticos sigue operando como si viviera en un feudo interno donde cuestionar al jefe mayor es casi una afrenta divina. Qué contradicción. Qué vergüenza.
Al final del día, lo que está en juego no es una encuesta; es el derecho de los estudiantes a organizarse, a opinar y a mirarse entre ellos sin tutelas. Pero al paso que vamos, pronto van a necesitar permiso hasta para pensar. Y conste que eso ni siquiera lo regula el Estatuto Universitario... todavía.
La bomba que tronó en el Congreso
Escandalazo que tronó en el Congreso del Estado, justo entre los 16 días de activismo por la violencia contra las mujeres, luego de que una de sus trabajadoras reveló que justamente es víctima de violencia laboral.
Se llama Silvia Alejandra Pineda Prado, se supone que todavía es titular de la Unidad Técnica de Evaluación del Congreso del Estado, la que denunció públicamente en sus redes sociales personales que enfrenta presiones y acoso de las autoridades del Poder Legislativo para que renuncie.
Lo último que supimos es que, aunque no había recibido el oficio de despido, ya espera el coletazo después de haber hecho pública la situación por la que atraviesa.
El hecho rompe con el discurso por el que habíamos conocido y respetado desde hace muchos años a la doctora Teresa Guerra Ochoa, quien se ve involucrada en este tipo de situaciones nuevamente.
Y decimos nuevamente porque sistemáticamente ha callado, pese a sus antecedentes de defensas laborales y de derechos humanos, cualquier acusación de caso de abuso que se ha cometido desde el Gobierno del Estado.
Es decir, piensa que calladita se ve más bonita, con cheque de residuos públicos y futuro en la función pública.
Tere Guerra no dijo nada contra los casos de acoso sexual que se han sabido en la administración actual y no es la primera vez que confabula para despedir a mujeres empleadas del Congreso, pese a que estas ya habían demostrado su talento y valía, con el pretexto de haber tenido alguna diferencia en el pasado.
Antes de comer con manteca, la hoy presidenta de la Jucopo andaba quemando el Palacio Municipal por casos de desaparición o de asesinatos de mujeres.
Hoy se ha escondido en el Palacio Legislativo, confabula, presiona y corre a diestra y siniestra a quien le estorba, a quien le cae mal o a quien no coincide con su forma de trabajar, que no de pensar porque de eso ya se nota que ha cambiado varías veces.
Alejandra dijo que recibió un documento de la Comisión de Fiscalización que le notificó la presunta actualización de una causal de remoción “por supuesta omisión en la presentación de lineamientos para el funcionamiento de la Unidad Técnica que encabeza”, pese a que estos y otros instrumentos fueron enviados en diversas ocasiones con antelación.
Lo más triste es que Alejandra no ha recibido su salario en las últimas semanas, una estrategia muy al estilo de todos los de la 4T.
La mala noticia para Tere Guerra y todos los que la quieren ver fuera, es que Alejandra ya dijo que dará pelea para quedarse con ese puesto que se ha ganado y ha desempeñado con esfuerzo y dedicación, así que si la quieren de verdad despedir, tendrán que indemnizarla y someterse al escrutinio público como un acto de total abuso de poder contra una mujer en medio de la conmemoración anual.
Ni modo, este caso ha desnudado lo que realmente en el Congreso y con la doctora Guerra, que ni alcanzará ni poniéndose una gabardina, sombrero, guantes, trizas y mallas naranjas.
Velas por la esperanza
A lo largo y ancho de Sinaloa, las festividades patronales y regionales son de las tradiciones más entrañables para la población, y aún en medio de la crisis de seguridad que nos afecta a todos, los ciudadanos buscan que sobrevivan, y, por qué no decirlo, esto con apoyo del Gobierno.
Precisamente hoy se anuncia una de las fiestas más bonitas del estado: el Festival de las Velas de Cosalá.
Esta mística y ancestral ceremonia se calcula que tiene unos 300 años de celebrarse cada diciembre, como festividad religiosa previa al Día de la Virgen de Guadalupe.
Hoy, la Secretaría de Turismo anunciará los pormenores de la celebración, y serán la Secretaria de Turismo, Mireya Sosa, y la Subsecretaria del ramo, Celia Jaúregui, las que recibirán en Mazatlán a la Alcaldesa de Cosalá, Carla Corrales, para dar la conferencia de prensa.
Es importante que la violencia al menos no nos arrebate las tradiciones, y qué mejor que este municipio de la sierra sinaloense se apreste a su celebración de las velas.