El Centinela
25 julio 2022

Nuestros gobernantes siguen queriendo cambiar realidades con saliva.

Lo vimos con Mario López Valdez que se aferraba a que al Cártel de Sinaloa no se llamara así.

Con Quirino Ordaz Coppel, el combate a los estigmas fue distinto y con su eslogan de ¡Puro Sinaloa! trató que fuera lo suficientemente fuerte para empoderar al estado como uno de potencial de desarrollo. Pero el marketing no alcanzó. El eslogan se fue con él.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador en su última visita a Sinaloa, en Badiraguato dijo que el “Triángulo Dorado”, en el que convergen Sinaloa, Chihuahua y Durango, debería ya no llamarse así porque sólo hace alusión al narcotráfico enquistado en esa zona.

Tomando esa línea del Presidente, representantes de las legislaturas de estos tres estados ya trabajan para quitarle el mote y promover que se llame “Triángulo de la gente buena”, por lo que tuvieron una reunión en el Congreso local sinaloense.

Sobra decir que las intenciones de los legisladores de estas tres entidades puede ser muy buena, pero dudamos mucho que modificar un nombre que para muchos que viven en la zona es hasta de orgullo, y es que la subcultura y la devoción a las leyendas del narcotráfico no es algo que se borre por decreto, ni por alguna ley, es algo al que le tendrán que meter mucha cabeza y sobre todo mucho trabajo para que funcione.

El trabajar en políticas públicas para esas comunidades, algunas “beneficiadas” por las mismas personas que se dedican al narco. Pero tras ese espejismo está una realidad más dolorosa: históricamente marginadas, violentadas, aplastadas e ignoradas por las autoridades.

Tomando en cuenta el lenguaje que se utilizó por los legisladores en esta reunión que sólo hablaban de las bondades de la zona, de gente trabajadora y en su mayoría honesta, confiamos en que de verdad se pongan en acción.

Y no, no necesitan cambiarle el nombre para hacer más por las comunidades. Las palabras se las lleva el viento y las poblaciones de la sierra necesitan que de verdad los volteen a ver.

“¿Qué importa un nombre?”, diría un clásico de las letras.

Tal vez sea algo tonto, hasta mal pensado de nosotros, pero el que tanto Rubén Rocha Moya, Gobernador del Estado, como Luis Guillermo Benítez Torres, Alcalde de Mazatlán hayan ‘coincidido’ en un restaurante de Mazatlán y no se hayan tomado la típica foto de que andaban juntos, eso dice demasiado.

Y es que desde hace meses a la fecha el Gobernador del Estado ha ido quitando ese cobijo al Químico, parecía que cuando estaba el pleito entre el PAS y el Alcalde mazatleco Rocha estaba muy del lado del Químico, pero empezó a sonar lo de Azteca Lighting y ese apoyo incondicional se ha ido diluyendo.

Primero, las denuncias contra Azteca Lighting, empresa consentida de Luis Guillermo Benítez Torres a la que el Municipio le ha adjudicado directamente más de 500 millones de pesos, sin cumplir si quiera los contratos pactados en tiempo y forma.

Luego lo del hospitalito, cómo el Gobierno del Estado dijo que hubo medicamento echado a perder, en gran medida porque solicitaron de más, a los días, el Alcalde dijo que iba a tomar cartas en el asunto, pero realmente no fue más que un tema mediático.

Luego, vinieron los comentarios de Rocha donde dijo que no se solaparía a nadie, ni a gente de su partido por actos de corrupción, aunado al poco o nulo apoyo que ha mostrado Morena como partido hacia la gestión del Químico Benítez.

Ahora pasa esto, donde mágicamente ambos van al mismo restaurante, y deciden no tomarse ninguna foto, que es tradicional entre políticos, y Rocha es algo que suele hacer mucho, con el mismo Cuén se la tomó en la Casa María a pocos días de haberlo corrido.

Y si se le pregunta al Químico sobre eso, dirá que todo está bien, que el Gobernador es su amigo y está contento con su chamba, pero honestamente, no hay nadie que se la crea, no tiene el apoyo de nadie, y como decimos en cada malecón, ojo, que ahí viene la ASE.

Ayer domingo rindió protesta Marco García como delegado del PRD en Culiacán, quien era conocido por dirigir la Rastra Campesina y también porque se registró como precandidato a la Alcaldía del municipio por Morena.

Aunado a esto, también se ha dado a conocer por dirigir invasiones de predios por el sector de Aguaruto, por lo que siempre suele estar acompañado de sus seguidores, quienes en su mayoría le han pagado por habitar en dicha zona.

Debería sorprender que el partido nombró como delegado a alguien que ha sido acusado por ser participe en irregularidades en la regularización de predios, pero que se podría esperar si Morena tiene en el Congreso a Serapio Vargas.

Esto da a entender que no importa el historial, cualquiera que tenga seguidores que puedan significar el obtener más votos, podrá aspirar a dirigencias o un puesto de elección popular.

En días pasados en este espacio, decíamos cómo a Estados Unidos les encanta el tema de las leyendas del narcotráfico y sus capturas y recapturas, y con Rafael Caro Quintero no es la excepción.

Estados Unidos ya alista la petición para que le manden al otrora capo del narcotráfico para ser juzgado por los delitos que se le imputan en el país vecino.

El mismo Canciller mexicao Marceló Ebrard, ya presumió la conversación con Merrick Garland, Fiscal General de los Estados Unidos, donde hablaron del caso.

Y como si fuera parte del guión de una película, el diario The Washington Post, informó citando fuentes de la DEA que un grupo de trabajo de la Administración para el Control de Drogas denominado “The RCQ Task Force” se dedicó durante años a buscar a Rafael Caro Quintero.

Según el diario, rastrearon su paradero y varias veces planearon incursiones aéreas para sacarlo de la “tienda donde dormía”. Y no sólo eso, sino que reclutaron a miembros de su familia como informantes.

Y entre lo más significativo, el equipo de la DEA tomó las iniciales del propio objetivo: “The RCQ Task Force”, por las iniciales del mismo Rafael Caro Quintero. ¿Qué tal?