Malecón

El Centinela
16 diciembre 2025

Transparencia a crédito

En Sinaloa, la transparencia sigue siendo una promesa que se paga a plazos... y con intereses. El nuevo crédito por 2 mil 200 millones de pesos aprobado al Gobierno del Estado volvió a encender las alertas de un viejo problema: las decisiones millonarias se toman rápido, pero la información completa camina lento.

El llamado del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción no es nuevo ni exagerado. Es, más bien, una exigencia básica en cualquier democracia: saber en qué, cómo y por qué se va a gastar un dinero que compromete ingresos públicos de los próximos años. Nada extraordinario. Nada radical.

Lo preocupante es que, una vez más, la discusión del endeudamiento se dio sin que la sociedad tuviera acceso pleno a los estudios de viabilidad, a los criterios reales de selección de obras y a los mecanismos claros de seguimiento. Se aprueba primero y se explica después... si es que se explica.

La obra pública, como bien recuerda el propio Comité, es uno de los terrenos más fértiles para la opacidad. No por casualidad, sino por historia. Licitaciones poco claras, sobrecostos, obras mal planeadas o que no responden a las necesidades más urgentes suelen aparecer cuando el dinero fluye sin vigilancia social.

Más delicado aún es que el Congreso del Estado vuelva a cerrarle la puerta a la participación ciudadana. Ya ocurrió en enero, cuando el Comité pidió integrarse a la comisión de seguimiento del crédito anterior y fue excluido. Hoy, con un endeudamiento acumulado que ronda los 4 mil 500 millones de pesos en un solo año, la negativa suena menos a descuido y más a resistencia.

Si las decisiones son correctas y los proyectos están bien sustentados, ¿por qué no abrirlos al escrutinio público? ¿Qué se pierde al transparentar estudios, criterios y avances en formatos accesibles y de datos abiertos? La respuesta suele ser incómoda: se pierde el control absoluto del discurso.

Mientras tanto, los sinaloenses siguen sin conocer con precisión cómo avanzan las obras prometidas con el crédito de enero, qué ha pasado con el programa emergente del maíz o cuáles serán las regiones realmente beneficiadas con el nuevo financiamiento. Mucho anuncio, poca rendición.

El Comité Anticorrupción no está pidiendo bloquear obras ni frenar recursos. Está pidiendo algo más simple y más profundo: diálogo, información y participación. Que el desarrollo no sea una decisión de escritorio ni un reparto político, sino un proceso vigilado por quienes lo pagan.

Porque endeudarse puede ser necesario. Hacerlo sin transparencia, no. Y en Sinaloa, la deuda pública empieza a crecer más rápido que la confianza.

Adiós a las hamburguesas

Que triste la noticia que se regó como pólvora encendida a través de las redes sociales del restaurante McDonald’s que ya dejó de funcionar en Plaza Forum.

No podríamos echarle la culpa directamente a la crisis de inseguridad por este nuevo cierre, tomando en cuenta la ubicación del lugar, pero entendemos lo abrumadora que puede ser la competencia cuando llegan otras empresas que podrían ser de mayor simpatía por los comensales.

Las imágenes que hemos visto en las redes es un fregadazo de melancolía, después de que por muchos años McDonalds fue una de las cadenas de comida rápida que los culiacanenses esperemos con muchas ganas a finales del siglo pasado.

Curiosamente hallamos evidencia en las mismas redes que hace tres meses esa misma firma buscó contratar empleados para mantener la sucursal a flote, pero ya vimos que fracasó en el intento.

La versión del cierre definitivo es una conclusión luego de ver las condiciones del local que ocupó, su abandono y evidente desmantelamiento, pues hasta el momento todavía no ha habido un mensaje o comunicado oficial de parte de los responsables de la franquicia.

Ya nos habíamos enterado de que el restaurante estuvo sin servicio al público por las tardes de la semana que pasó, pero insistimos que no se ha informado si este cierre es definitivo.

En Culiacán obviamente hay otras muchas y muy variadas opciones que ofrecen comida rápida en el rubro de hamburguesas, papas fritas, malteadas, refrescos y postres, incluso cadenas internacionales que han tenido que competir férreamente con el empuja de la calidad de emprendedores y nuevas opciones de ofrecer el producto.

Y aunque el supuesto cierre lastime a nuestro corazón ochentero, el gigante internacional mantiene aún en funcionamiento dos sucursales de la cadena en Culiacán, una ubicada en el sector del Palacio de Gobierno y la que opera al interior de Plaza Sendero.

McDonald’ incluso sobrevivió en ese mismo espacio a la reconfiguración que sufrió el área de comida de esta plaza comercial, justo después de la pandemia provocada por el Covid-19 y las crisis que nos ha traído la inseguridad por los operativos por las detenciones de Ovidio Guzmán y la actual guerra interna del Cártel de Sinaloa.

Esa reconfiguración, en su momento, provocó la migración de varios locales del área de comida y aunque el restaurante de McDonald’s opera en un espacio independiente, la remodelación lo dejó ubicado en una zona más alejada del resto de los establecimientos gastronómicos, algo que seguramente le pegó en su relación con el flujo principal de consumidores.

Tampoco debemos olvidar que en estos últimos dos años, hemos visto a otros gigantes, como Burger King cerrar dos sucursales, una localizada en la zona centro y otra en el sector Tres Ríos.

Y eso que dicen que vamos mejorando... A ver qué es lo que nos dejan para el 2026.

Se los mandó decir Érika

Otra crítica que escuchamos ayer sobre las condiciones y el misterio en la aplicación del dichoso megapréstamo que solicitaron para cerrar la administración del Gobernador Rocha Moya fue hecha por la Regidora del Partido Revolucionario Institucional, Érika Sánchez Martínez, quien recalcó las condiciones de opacidad.

No es poca cosa lo que la Regidora comentó, puesto que su desacuerdo sobre este nuevo endeudamiento solicitado por el Gobierno del Estado, gira en que no se debe seguir haciendo obra pública en Sinaloa a costa de la gente, especialmente cuando los recursos se han ejercido de una mala manera.

La Regidora puso como ejemplo el primer crédito de 2 mil 400 millones de pesos, que inicialmente se planeó hacer el Centro de Convenciones de Culiacán con un monto de 300 millones de pesos, sin embargo, la decisión de no realizar la obra fue tomada a medio camino, y hasta la fecha, los culiacanenses no sabemos cuáles son esas otras obras en las que se ejecutó el recurso.

También señaló que la falta de planeación y de estudios técnicos debidos provocan que los planes se queden solo en eso.

Con este nuevo monto de 2 mil 200 millones de pesos, la deuda estatal superaría los 4 mil millones de pesos y la regidora cuestionó por qué no se aplica la austeridad republicana que el partido del Movimiento de Regeneración Nacional promueve en Sinaloa y por qué no se priorizan temas cruciales como la seguridad pública.

Además la justificación de que el crédito abonará a la reactivación económica, es una teoría absurda, pues las condiciones de inseguridad en Sinaloa no han cambiado y siguen prácticamente donde mismo.

“Yo les pregunto, si ya estamos en esa fase de reactivación económica, ¿por qué aquí los empleos siguen en caída libre?, se siguen cerrando negocios, se siguen yendo las inversiones”, cuestionó.

Citó mediciones de instituciones como el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, concluyó que Sinaloa “va por mal camino” en manos de los gobiernos actuales y subrayó que no se deben solicitar préstamos si no existe claridad sobre las obras que se realizarán.

A la Regidora también le preguntaron si aprobaría un crédito para Culiacán y fue categórica al asegurar que no, pues su propuesta se centra en que los gobiernos municipales deben ser gestores y no andar endeudando a la ciudadanía por sus luriezas y planes mal hechos y peor ejecutados.