El Centinela
22 septiembre 2021

Apenas se registró la 64 Legislatura de Morena, en el Congreso de Sinaloa, y aunque todavía no entra en funciones ya declaró, a través de su coordinador, Feliciano Castro Meléndrez, que estarán ayudando a Rubén Rocha Moya, Gobernador electo, desde el Poder Legislativo para alcanzar las metas que en Sinaloa se han propuesto.

La coordinación siempre es deseada al momento de fijar metas, pero lo que las personas quieren es tener certeza de que va a haber un contrapeso, un ejercicio de división de poderes y la separación que tanto se anhela.

La ciudadanía quiere saber que no se regresará al escenario en que el Poder Legislativo y el Ejecutivo sean uno mismo, como sucedió históricamente con el PRI, cuando se hacía y deshacía, muestra de ello el desaseo en cuentas públicas que eran aprobadas sin revisión a profundidad.

¿Las cosas cambiaron para poder seguir igual? lo veremos, pero al final de cuentas lo que importa es que a Sinaloa le vaya bien, sin caer en el triste control de siempre y dando poder a grupos afines, eso se verá reflejado al menos un año después de instalado el Congreso y el Ejecutivo de Morena, es decir, para el 2023.

Será entonces cuando se podrá medir el agua a los camotes.

En Culiacán es muy común saber de algún trailer, camión o vehículo que se queda atorado debajo de un puente.

Aunque existen letreros de advertencia metros antes de algunos de estos, los accidentes siguen pasando.

En el puente Miguel Hidalgo ya se notan los estragos que han dejado estos incidentes, las malas condiciones de una viga que sostiene esta estructura muestra daños.

El Alcalde, Jesús Estrada Ferreiro ha salido a decir que eso no representa ningún riesgo y que se mandará a pedir una viga a otro estado.

Ayer se hizo la reparación del puente y el Alcalde insiste en que nunca hubo riesgo.

Esperemos sea oportuna la intervención y no genere accidentes lamentables, ya que como en otros sectores se han tenido.

Ya vimos el claro ejemplo de la zapatería, que dejó pérdidas humanas y que fue un daño que pudo ser evitado con la prevención y revisión oportuna.

Muy bonitas las revisiones de Protección Civil y el Ayuntamiento de Culiacán a los inmuebles del centro, y todo, peeeero ¿dónde está el Instituto Nacional de Antropología e Historia?

Culiacán es una ciudad que demolió casi hasta los cimientos sus edificios históricos, de ellos solo el recuerdo queda, y la leyenda urbana de que alguna vez existieron.

A diferencia de otras ciudades como Mazatlán, Culiacán hizo pedazos su historia colonial para convertir los edificios en locales nada atractivos y que poco dejan a la estética de lo que alguna vez fue la Villa de San Miguel.

El INAH no ha intervenido en la conservación de los edificios históricos que cada vez más son convertidos en estacionamientos dejando solo la fachada de los mismos.

Está bien que revisen cuáles son los que tienen daños en la infraestructura pero lo cierto es que Culiacán no es nada histórico y en lugar de conservar los que quedan, esta estigmatización de los edificios antiguos terminará derrumbando los pocos que aún quedan en pie.

Se necesita un programa integral de conservación que incluya revisiones periódicas y apoyos de conservación a los monumentos.

El Centro tenía un potencial histórico con todo y los túneles de Culiacán, pero ganó la ignorancia y la inoperancia de las instituciones.

Para complacer a las personas que acudieron al Polideportivo de la UAS en Mazatlán, a vacunarse contra el Covid-19, les pusieron un narcocorrido.

El dato no es menor si se toma en cuenta que se hizo en un recinto público de una institución dedicada a la enseñanza y la cultura.

¿Quién lo hizo? No se sabe a ciencia cierta, pero algunos de los asistentes se enojaron y hasta tomaron videos donde se escucha un corrido de Javier Torres Félix.

Aunque la raza se prendió con la musiquilla, hubo otros que se molestaron al grado que lo hicieron público.

¿Qué explicación darán en la UAS y en Bienestar Social?

La temporada de lluvias sigue cobrando cara el agua que nos deja.

Es cierto, las presas se han recuperado y los problemas de sequía que arrastramos desde hace años se aliviaron en casi todo Sinaloa, pero los daños causados por huracanes y tormentas son muy onerosos.

Ayer, un deslave provocado por el reblandecimiento de la tierra que sostiene la carretera libre entre Durango y Mazatlán colapsó, tragándose un carril entero y dejando un precarias condiciones al otro carril, obligando a las autoridades a cerrar la vía.

Ojalá que sea reparada en poco tiempo y que los usuarios y las personas que viven en la zona puedan regresar a la normalidad, porque allá en la sierra no hay muchas formas de trasladarse cuando las carreteras se vienen abajo.

A los riesgos que ya provoca la posible construcción de la planta de amoniaco en Topolobampo, le acaban de sumar otro: los terremotos.

El Diputado por el PT, Apolinar García Carrera, propuso que la planta sea reubicada, para evitar un posible desastre a la población circundante, ante la posibilidad de un sismo.

La verdad es que sismo o no, la planta ha estado envuelta en la polémica desde que inició su construcción, debido al lugar que eligieron para ubicarla, así que hablar de terremotos en la zona es como echarle otra raya al tigre.

Por lo pronto, la planta sigue empantanada, entre los que quieren construirla y los que defienden la naturaleza.

La inconformidad de los pescadores de El Huizache-Caimanero, en el sur de Sinaloa, sigue en aumento, debido a una cooperativa que captura camarón y otras especies en la laguna sin respetar las reglas que sí se les impone al resto de los pescadores.

El reclamo es tan fuerte que las autoridades deberían comenzar a tomar cartas en el asunto, antes de que la protesta se convierta en un problema social.