El Centinela
26 septiembre 2025

La agresión de pseudoactivistas contra periodistas en Angostura no es un hecho menor, ni mucho menos aislado.

Que hayan sido policías y ex policías los responsables de agredir a reporteros, lo convierte en un caso doblemente alarmante: se trata de personas que en algún momento tuvieron la responsabilidad de cuidar el orden, no de violentar a quienes informan.

Artículo 19 ya pidió que la investigación sea atraída por la FGR y que la FEADLE intervenga. Es decir, la exigencia de justicia ya escaló al nivel federal. ¿Y el Estado de Sinaloa? ¿Y la Alcaldía de Angostura? Silencio. Ni una palabra para condenar los hechos ni para refrendar la importancia del trabajo periodístico.

El vacío oficial se siente casi como una segunda agresión.

La organización también demandó que se activen medidas de protección para los reporteros en riesgo, no sólo para quienes fueron golpeados, sino para quienes cubren la zona y especialmente protestas.

Porque la violencia contra periodistas nunca se queda en un solo caso: se expande, genera miedo y mina la libertad de expresión.

Si los ex policías golpearon periodistas a plena luz del día y en plena cobertura, ¿qué puede esperar cualquier reportero en una manifestación? Sin garantías reales, el mensaje es claro: informar en Sinaloa sigue siendo una actividad de alto riesgo. Y lo peor es que los agresores ya tienen nombres y apellidos, pero las autoridades locales prefieren hacerse las distraídas.

El silencio, en este caso, también es un golpe.

El señalamiento del colectivo No se metan con nuestras hijas exhibe uno de los ángulos más crudos de la crisis de seguridad en Sinaloa: la violencia contra las mujeres no sólo persiste, sino que se incrementa en un entorno donde las autoridades estatales y municipales han sido omisas.

La cifra de 83 mujeres asesinadas en un año, con 13 casos solo en septiembre (y en aumento cada día) debería encender todas las alertas institucionales.

Sin embargo, las denuncias de las colectivas apuntan a un vacío en diagnósticos, políticas públicas y presupuestos para enfrentar esta realidad.

Destacan que no se trata de un dato aislado, sino de una tendencia sostenida en un estado donde Culiacán se ha mantenido por una década entre los municipios con más feminicidios en México.

La crítica más dura no recae sólo en la falta de resultados, sino en la indiferencia, al subrayar que las autoridades han minimizado las cifras, que no atienden las solicitudes de diálogo de las organizaciones, y que siguen apostando a medidas improvisadas sin planes para prevenir, sancionar y erradicar esta violencia.

Que las mujeres tengan que salir públicamente a exigir empatía y atención revela la distancia entre el discurso oficial y la experiencia cotidiana de quienes enfrentan la inseguridad.

Hablar de la “pugna” criminal sin reconocer sus efectos diferenciados sobre niñas y mujeres es, en sí mismo, una forma de invisibilización.

En este contexto, la exigencia de las colectivas no es solo legítima, sino urgente, porque la omisión ya no es un error administrativo, sino una forma de complicidad.

Pues será el sereno, pero queda claro que el ahora Diputado local por Movimiento Ciudadano, Sergio Torres Félix, con sus más y sus bastantes menos, nomás no deja indiferente a nadie cuando se lo propone.

Lo de ayer no fue novedad, porque ya lleva rato llenándole de piedritas el costal a nuestro carismático Rector de la UAS, Jesús Madueña Molina, ahora con el pretexto de la multicitada reingeniería financiera que se trama.

No se necesita tener doctorado en Finanzas para saber que el rimbombante plan anunciado por Madueña es una medida de urgencia que quiere usar para mantener el sistema de jubilaciones, que sin ser el principal problema de la institución, pudo atenderse hace muchísimo tiempo, pero no quisieron.

Pero antes que el personal jubilado, hemos dado mucho la lata, y coincide con nosotros “El Cholo” Torres, con que lo verdaderamente clave para retocar en la UAS es su nómina activa, donde hay mucho compa que ni sabe dónde queda Rectoría, pero nunca le falta su cheque.

Como buen acto de comedia, el Diputado Sergio Torres decidió bautizar a la universidad como AeroUAS por la cantidad de aviadores que hay en la nómina rosalina.

Tampoco sobra nunca señalar los gastos exorbitantes que tiene en esta situación a la casa de estudios, como las compras irregulares por más de 700 millones de pesos documentadas y expuesta con facturas por esta casa editorial, en beneficio de una red de empresas ligadas a la familia de Melesio Cuén Ojeda, íntimo amigo de “El Mayo” Zambada.

Y tal como lo apuntó ayer el Diputado de MC, pues el Rector Madueña no es que tenga dos semanas formando parte de la administración central universitaria, sino que tiene más de una década metido en el núcleo de las operaciones e incluso siendo de los principales valedores del cuenato.

Es verdad que actualmente Sinaloa tiene una prioridad más urgente, que es la inseguridad que sigue dejando estragos en cada rincón de la entidad, sin embargo, un tema como la economía de la UAS tampoco debe ser descuidado por la relevancia de esa institución entre la comunidad.

Y aunque según las malas lenguas, el origen de estos roces entre “El Cholo” Torres y “El desbigotado” Madueña estaría en un asunto personal, pues de algo sirve que un funcionario de oposición, al menos en el papel, cuestione a quien lidera y representa a la máxima casa de estudios, sobre todo por tema de equilibrios y vigilancias entre poderes.