Malecón
El silencio
también entierra
La fosa común del panteón 21 de Marzo sigue abierta y no sólo por lo que falta excavar. También por lo que no se dice.
El pasado miércoles, durante la conferencia de prensa de la vocería del Gobierno de Sinaloa, se le preguntó al Secretario General, Feliciano Castro Meléndrez, si los cuerpos que yacen en esa fosa serán exhumados completos o si, como ocurre en muchos casos, se optará únicamente por tomar muestras óseas. La pregunta era técnica, directa, necesaria. La respuesta fue elusiva.
A estas alturas, con la maquinaria institucional desplegada, con especialistas forenses contratados desde fuera del estado, con colectivos observando cada paso, resulta inaceptable que el segundo al mando del Gobierno no sepa, o no quiera decir, qué se está haciendo con los cuerpos.
Porque no se trata de huesos, sino de personas. De familias que siguen esperando una llamada, un nombre, una coincidencia genética. El Gobierno puede excavar 40 metros, pero si sigue negándose a responder lo básico, el pozo de desconfianza sólo se va a hacer más hondo.
Y si bien la vocería del Gobierno se diseñó como un canal para comunicar, en los hechos parece una extensión del silencio. Un espacio donde los cuestionamientos se escurren, las precisiones faltan y las promesas no se actualizan.
La vocería no ha sido ajustada pese a las críticas reiteradas de medios y ciudadanía. El pretexto de informar se queda corto cuando la opacidad es más constante que la rendición de cuentas.
Hoy, mientras se excava una fosa en Culiacán, hay otra que no se ve: la de la información enterrada. Esa que debería ser pública, pero que este gobierno insiste en no desenterrar.
Ya se ve la realidad,
¿y las respuestas?
Mucho se ha hablado de los cierres de negocios que se han presentado en Culiacán, a raíz de que las condiciones para el desarrollo económico de la ciudad son desfavorables por el tema de la inseguridad, y las autoridades también lo saben, pero le dan el enfoque conveniente.
La Secretaria de Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Culiacán, Janeth Faviola Tostado Noriega, reconoció una cifra cercana a los 600 establecimientos cerrados, o patrones dados de baja ante el Seguro Social, y eso ya preocupa, pero asusta más porque esa cifra es de diciembre del 2024 a la fecha.
Es decir, en algo así como medio año se han registrado 600 patrones menos ante las autoridades, lo cual habla o del cierre de negocios o la migración hacia la informalidad, porque ya no hay condiciones para sostener un comercio formal y todo lo que ello conlleva en términos de prestaciones y demás regulaciones.
Desde la Iniciativa Privada, que son los protagonistas de este tema, se ha exigido en reiteradas ocasiones a las autoridades que, ya que no han sido capaces de restaurar el orden en las calles en pro de la ciudadanía, al menos que presenten y pongan en práctica esquemas y mecanismos de apoyo al comercio, para menguar las afectaciones y más o menos lidiar con la contingencia.
Desde el Ayuntamiento de Culiacán, un meticuloso análisis les llevó a pensar que darle cheques de 5 mil pesos a comerciantes sería la solución, y para sorpresa de nadie, no lo fue.
En el momento en que se anunció que el Gobierno de Culiacán empezaría la distribución de esos recursos, ya podía preverse que no trascendería más allá de la foto del Alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil con los locatarios, en algo más parecido a campaña electoral que a acción gubernamental.
Y no era por ser gachos, sino que se veía ilógico que, tras meses de ventas desplomadas, psicosis y pérdida de la vida nocturna, 5 mil pesos salvarían a los comercios. Eso, aunado a que el Ayuntamiento no saca billetes de un sombrero mágico, el recurso es limitado.
A más de 10 meses, y con motivo de la declaración de la Secretaria de Desarrollo Económico municipal, es notorio que la autoridad es consciente del problema, pero siguen sin emplear acciones que verdaderamente respalden al corazón y buena parte de la economía de las familias: el comercio.
Claro, se reconocen hechos como los meses en que han condonado el cobro de derecho de piso a comerciantes y locatarios, pero a todas luces eso no basta.
La reflexión por la crisis
Como lo hemos señalado, desde el Consejo Estatal de Seguridad Pública han coincidido en que la construcción de un entorno pacífico en Sinaloa requiere que las instituciones de seguridad pública, procuración e impartición de justicia, tengan una fortaleza.Y la crisis por la que atravesamos parece ser un buen momento para alcanzar esa fortaleza de la cual carecemos actualmente.
Y es que a más de 10 meses de crisis de seguridad, Sinaloa sigue sumido en una ola de violencia provocada por una pugna entre facciones antagónicas del crimen organizado, aunque la mayoría de los crímenes son perpetrados en municipios del centro.
El coordinador general del CESP, Miguel Calderón, recalcó que la paz no llega por decreto, sino en la medida en que evolucionemos y esa evolución implica una fortaleza que no tenemos hoy en nuestras instituciones de seguridad y justicia.
Desde el 9 de septiembre de 2024 y hasta este 15 de julio, Noroeste contabiliza mil 722 homicidios dolosos, mil 735 personas privadas de la libertad y 6 mil 142 vehículos robados.
El panorama no luce fácil para nadie, de hecho el coordinador general del CESP cuestionó por qué la situación de emergencia en el estado se ha prolongado por más de 10 meses pese a la llegada de refuerzos federales.
“Habla de la debilidad de las instituciones de seguridad pública locales”, opinó.
Y pues sí, hay muchas denuncias sobre mandos policiales que podrían estar relacionados con los grupos que mantienen la pugna, algunos con parentescos directos o información ya señalada por los propios protagonistas, como los escoltas que protegían a Ismael Zambada García cuando fue raptado, un ex elemento y otro otro activo de la Fiscalía General del Estado.
“¿Qué hubiese pasado? ¿Cómo estaría la circunstancia hoy si no tuviéramos el cobijo de la Federación? ¿Solamente con mil policías estatales? ¿Solamente con 3 mil 800 policías municipales? Frente a una capacidad de fuerza que nos triplica o nos cuatriplica. Esa es la reflexión real. Si no tuviéramos esos 10 mil efectivos de apoyo de la Federación nuestro problema fuera tres veces mayor, tres veces más trágico”, lamentó.
La reflexión, destacó, siempre será que hay que exigir a nuestros interlocutores del Poder Judicial, del Poder Legislativo y del Ejecutivo para que hagan lo que no se hizo después de las anteriores crisis.
El colmo es que hay miles de elementos de fuerzas federales paseándose por nuestras ciudades y carreteras, y por esto Miguel Calderón advirtió que hay situaciones en las que se siguen presentando vacíos por parte de la autoridad, como la tardanza en cuanto a la reacción y atención a diferentes hechos delictivos o violentos.