En Altata, los discursos del Gobierno y la realidad local parecen hablar idiomas distintos. Mientras las autoridades estatales presumen cifras redondas (2 mil 500 turistas y una derrama económica de un millón 100 mil pesos), los comerciantes del puerto contaron una historia mucho más modesta: camiones semivacíos, comensales escasos y mesas que no se llenan ni en fin de semana.
El programa “Enamórate de Sinaloa”, que busca promover los destinos turísticos del estado, llegó a Altata con la promesa de reactivar la economía local a través de paseos organizados desde Culiacán. Sobre todo después de la debacle posterior al asesinato de una maestra y la quema de un hotel en ese destino.
En teoría, la estrategia suena atractiva: transporte gratuito, seguridad, promociones especiales y un impulso al consumo regional. Pero en la práctica, el esfuerzo oficial no se reflejó en la afluencia esperada.
Algunos locatarios señalaron favoritismo en el programa a ciertos restaurantes o números inflados en derrama económica.
Acá creemos que más allá de la violencia hay un problema estructural que se repite cada temporada: campañas turísticas de corto aliento y una oferta poco variada. A eso hay que agregar que por fuerte que haya sido el despliegue de seguridad, mucha gente ha dejado de visitar Altata más por un asunto económico que por la violencia en sí o, para decirlo sin rodeos: no hay lana, pues.
En Altata, muchos comerciantes aseguran que la promoción no puede limitarse a un fin de semana. Sin continuidad, será difícil lograr beneficios, aunque ya anunció el Gobierno del Estado que el programa se va a sostener y ojalá vaya mejorando pero no será fácil en un mercado tan golpeado.
Otro punto que incomoda a los locatarios es la falta de equidad en la distribución del turismo. Según testimonios, los operadores turísticos que participan en la “Ruta Segura” suelen dirigir a los visitantes hacia ciertos restaurantes, dejando fuera a gran parte del comercio del malecón.
Mientras tanto, el Gobierno de Sinaloa insistió en que el programa funciona dando resultados medidos al peso y al número de visitantes.
La respuesta podría estar en la manera en que se mide el éxito: contar pasajeros en camiones no equivale a medir impacto económico real.
En el fondo, lo que piden los comerciantes no es un milagro, sino ayuda y constancia. Que la promoción turística no sea un evento aislado, sino una política sostenida que involucre a todos los sectores, que escuche a los restauranteros, artesanos, pescadores y prestadores de servicios locales. Porque en Altata no falta belleza ni hospitalidad; lo que ha faltado históricamente y hoy se agrava, es planeación y seguimiento.
En fin, no será fácil pero sí reconocemos la iniciativa institucional y también entendemos que de un día para otro la gente no va a recuperar la confianza. Que el blindaje se sostenga y tanto Economía como Turismo no le aflojen a la promoción porque muchas familias dependen de ello.
Por fin ya nos llegó la buena noticia que el Gobierno del Estado ya comenzó a recibir las camionetas nuevas que serán distribuidas entre las corporaciones locales de la policías municipales y la estatal preventiva, que forman parte del fortalecimiento de las labores de prevención y seguridad para la ciudadanía en Sinaloa.
El tema toma mayor relevancia debido a que atravesamos una crisis propiciada por la guerra interna del Cártel de Sinaloa que se desató luego del secuestro y entrega de Ismael “El Mayo” Zambada de parte de los hijos de Joaquín Guzmán a las autoridades estadounidenses desde hace ya más de un año.
Según el titular del Secretario Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, Ricardo Jenny del Rincón, hasta el momento les han entregado 40 de las 70 unidades adquiridas mediante procesos de licitación pública.
Una de los señalamientos que más ha hecho la opinión pública y hemos replicado en este espacio con insistencia es la importancia de fortalecer las instituciones policiales en medio de esta crisis, debido a que esto es lo más importante antes de que las autoridades federales se vayan de Sinaloa.
Por tal situación hemos de aplaudir esta decisión y aunque nos deje el sentimiento de algo es algo, tenemos la esperanza de que se avanza en el camino correcto.
Bien preocupante la situación en Mazatlán y no es para menos: entre cinco y seis jóvenes desaparecidos en los últimos cinco días.
Un chavo de Durango, un par de primos menores de edad, una mujer en la zona periférica y otro joven también de una colonia porteña, además de un paramédico en Villa Unión, son las víctimas reportadas sobre todo vía redes sociales y también en denuncia formal.
El puerto, especialmente sensible siempre al tema de seguridad, de por sí vio con horror cómo atraparon a un grupo super armado en plena zona residencial turística, en Gaviotas, en el corazón de la Zona Dorada, apenas este sábado. Y pues ahora con la desaparición de los jóvenes el contexto sigue subiendo en alarma.
Ojalá las autoridades pronto den con una solución y que los muchachos y muchachas aparezcan con bien, aunque sabemos que la situación casi nunca es así de positiva. Aún siguen desaparecidas varias jóvenes que están siendo buscadas desde meses atrás. Mazatlán es de hecho, después de Culiacán, el municipio de Sinaloa con la mayor cantidad de mujeres desaparecidas en lo que va de la disputa criminal.