Meade en Sinaloa

El Centinela
02 febrero 2018

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Después de que esta semana tuvimos a Andrés Manuel López Obrador en Culiacán y a Ricardo Anaya en Mazatlán, ayer le tocó el turno al precandidato priista José Antonio Meade.

El evento realizado en el Salon 53 no tuvo la estridencia que muchos esperaban, y es que Meade se mostró muy sobrio para el gusto de muchos que esperaban que echará confetis y serpentinas.

Aunque la estructura del PRI funciona y al parecer siempre está bien aceitada, al encuentro le faltó sal y pimienta.

Por lo pronto, ahí estaban los ex gobernadores Francisco Labastida Ochoa y Jesús Aguilar Padilla. 

Estaban los senadores Daniel Amador Gaxiola, Diva Hadamira Gastélum Bajo y Aarón Irízar. Casi todos los diputados federales, liderados por David López y Martha Tamayo. Faltó Bernardino Antelo.

Estaban los dirigentes priistas y los líderes de los grupos internos del PRI.

De quien no se supo ni se vio fue de Mario López Valdez ni de aquellos que integran el llamado grupo de “malovistas”. No estuvo, de hecho, Gerardo Vargas Landeros, ex Secretario General de Gobierno.

Durante el mitin, Meade dijo que era necesario pensar en políticas públicas sobre los problemas de la gente y presentarlas como sus propuestas de campaña.

Habló sobre darle mayor importancia a los temas de género y de seguridad.

Cuando salió del salón, se percató que afuera sólo lo esperaban periodistas. Nadie más.

 

Vivir en Culiacan

El miércoles, en una de las avenidas más transitadas de Culiacán, una persona fue atacada en su automóvil cuando esperaba el cambio de un semáforo.

Pensando que el peligro había pasado, decenas de testigos se acercaron a observar a la víctima, sin esperar que los delincuentes anduvieran todavía en la zona.

No fueron una, sino tres veces las ocasiones en que hubo ataques a balazos contra el joven.

Lamentable que ahora como sinaloenses tengamos que pensar en un protocolo de seguridad para este tipo de acciones.

Y si la primera intención es ayudar, como han repetido las autoridades, es llamar al 911, en lugar de transmitir en vivo o compartir videos y fotos por Whatsapp.

Está de más decir el enorme daño que este tipo de eventos le hacen a Sinaloa, provocando que noticias negativas recorran el mundo, mostrando cómo se vive en una tierra sin gobierno.

 

La diferencia

En menos de una semana las cosas cambiaron en el Gobierno municipal de Mazatlán. 

La salida del Alcalde con licencia, Fernando Pucheta Sánchez, tranquilizó a muchos y puso a temblar a otros, a los que le seguían con tal de mantenerse en el cargo.

El caso es que los propios directores reconocen en el Alcalde sustituto, Joel Bouciéguez Lizárraga, un hombre de respeto, que no les grita, ni les habla con palabras altisonantes como lo hacía Pucheta Sánchez, incluso, en transmisiones en vivo desde colonias populares.

El trato a la prensa mejoró hay que decirlo, hay apertura y comunicación.

Es más, hasta la oficina del Presidente Municipal cambió por dentro, se fueron los “regalitos” de la mesa, esos presentes que recibía Pucheta Sánchez, y que los presumía, eso sí, la mayoría era comida, hasta llegó a regalar conserva de Cosalá de tanta que tenía. 

El Alcalde sustituto limpió la mesa y cambió hasta las fotografías del propio Pucheta Sánchez que había sobre un escritorio.

Ahora los seguidores de Pucheta Sánchez son lo que están incómodos porque, ahora sí, les piden cuentas de su productividad. Que mal acostumbrados los dejaron.

 

¿Quién vigila?

Donde parece que no hay orden, menos supervisión de trabajo, es en Comunicación Social del Ayuntamiento de Mazatlán. En pasillos es un secreto a voces que desde ahí “manejan” y “alimentan” portales de noticias. 

Eso es lo que funcionarios de primer nivel cuentan, por cierto, una práctica que inició esta administración, de enero del año pasado a la fecha.

El caso es que nadie pone orden en ese departamento, incluso hace unos meses, la ex Subdirectora de esa área, denunció en redes sociales y acusó a dos colaboradores de Comunicación Social de espiar y bloquear sus cuentas de redes sociales. 

Esta situación se suma al bloqueo que ha impuesto el personal de Comunicación Social a reporteros que cubren el Ayuntamiento, pues sin razón los han eliminado del grupo de información interna, no se les comunica sobre actos oficiales y tampoco se les entrega la información que se llega a solicitar.

Si el Alcalde sustituto, Joel Bouciéguez Lizárraga, ya dijo que revisará perfiles y áreas, sería bueno que vaya empezando por aquí, porque justo Comunicación Social es el vínculo para llegar a la ciudadanía en su derecho a saber y a informarle acciones, uso y aplicación de recursos.

Sin embargo, lejos de ayudarle, el personal de esta Dirección ha quedado a deber a los ciudadanos primero, y luego a quién los hizo llegar al cargo.