Sí hay políticos que piden perdón

No es común ver que nuestros políticos ofrezcan disculpas al pueblo por algún yerro, falla o exabrupto. 

 

Equivocarse es de humanos, y ayer varios legisladores de Morena tendieron la mano y vieron a los ojos a quienes dañaron, con acciones y declaraciones.

 

Previo a la sesión del jueves 25, Francisca Abelló Jordá, Diputada local por el Distrito 12 de Culiacán, dio la cara a los medios. 

 

Reconoció que un “error de juicio”, de su parte hacia periodistas, creó una percepción en contra de Morena, en torno al trabajo periodístico.

 

En un arrebato, Abelló Jordá subió a la tribuna el martes 23 para cuestionar a “la prensa que se va con los priistas”. 

 

Su intervención alimentó el linchamiento a periodistas, por parte de simpatizantes de Morena, muchos de los cuales “agarran parejo” y tildan de corruptos a todos.

 

Abelló Jordá ofreció, muchas ocasiones, disculpas, mismas que llevó a tribuna para que quedara consignado en el diario de los debates. Un gesto de humildad, no propio de la clase política.

 

Una segunda petición de disculpas fue la de otro morenista, José Rosario Romero López, uno de los protagonistas del episodio de los empujones, al priista Faustino Hernández Álvarez.

 

Las disculpas también fueron “para el pueblo de Sinaloa”, que no se merece estos espectáculos.

 

Todo indica que los morenistas han aprendido estas dos lecciones de errores. 

 

Ojalá que, sin perder el espíritu combativo que distingue a muchos, encaucen su energía a construir las leyes y acuerdos que urgen a Sinaloa. 

 

Hasta ayer no se daban cuenta del gran poder que tienen los morenistas y que es innecesario desgastarlo en pequeñeces, que exhiben su nivel y disminuyen su investidura.

 

 

 

Ayer jueves dio inicio la consulta ciudadana para que el pueblo de México aporte su opinión sobre la construcción del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.

 

Para la evaluación se aplicó un sistema electrónico que supuestamente evitaría la duplicidad de votos, pero tal parece que ese sistema es un fraude, debido a que se pudo constatar que una persona sí podía votar dos veces.

 

En la ciudad de Guamúchil se realizó la práctica para confirmar la certeza de ese sistema el cual quedó demostrado que no era tan confiable como lo hicieron ver los que organizan dicha consulta.

 

Se realizó el voto en Guamúchil y posteriormente se acudió a la Cabecera Municipal de Angostura, donde se le presentó la credencial de elector a los del módulo de consulta ciudadana en este Municipio, al ingresar los datos de la credencial de elector al sistema indicó que podía votar.

 

Con esto queda de manifiesto que la confiabilidad de la consulta ciudadana estará en tela de duda.  

 

 

 

Más allás de los sistemas utilizados para llevar a cabo la consulta, y si son inviolables o no, la famosa consulta para que los mexicanos digan si están de acuerdo o no con la construcción del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México nació muerta.

 

No se puede pensar en la más mínima seriedad o imparcialidad de una consulta que nace desde la opinión de un partido político, y menos si se encuentra a punto de tomar el poder del País entero.

 

Ya quisiéramos ver a un morenista que tuviera los pantalones de decir que él sí está de acuerdo con que se termine el actual proyecto.

 

La enorme mayoría de los morenistas que asistieron a votar lo hicieron sólo para seguir la opinión de su líder, Andrés Manuel López Obrador, y seguramente mañana votarían en contra si este decidiera cambiar de opinión.

 

 

 

Aunada a la investigación que realiza la Fiscalía General del Estado, la Auditoría Superior del Estado también entrará a verificar el asunto de los colchones en mal estado que se entregaron a numerosas víctimas de la Depresión Tropical 19E.

 

La noticia se dio en la audiencia del martes, una vez que el juez vinculó a proceso a Carlos Castro Olivas, señalado como único responsable de realizar las compras por 2.97 millones de pesos.

 

En esa audiencia, los agentes del Ministerio Público señalaron que la ASE estaba por iniciar la revisión, sin embargo, todavía quedaba la duda de si se auditarían los casi 23 millones de pesos que se destinaron a comprar enseres o solo lo destinado a los colchones.

 

Aquí es donde la Fiscalía, la Secretaría de Transparencia y Rendición de Cuentas y el Congreso del Estado se deberían poner las pilas.

 

Y es que como dice el dicho “a río revuelto, ganancia de pescadores”, se podría esperar que las compras, por estar en la excepción de la urgencia y sin comité de adquisiciones o licitaciones por atravesar, podría la autoridad hallar otras joyitas de funcionarios muy vivos que siempre tienen a un amigo o un familiar a quién alivianar.

 

Ojalá que esta investigación, que podría durar hasta 10 días, por ser de una acción específica, ayude a iluminar las partes oscuras de este novelón y no termine en un “yo pensaba”.