La Ciudad Perdida: la favela mazatleca

15 noviembre 2015

"Considerada como un asentamiento de alto riesgo, la Colonia Gabriel Leyva está sumida en la venta de drogas a cualquier hora del día"

MAZATLÁN._ Se le conoce como la "Ciudad Perdida" desde que Mazatlán era joven, pues esta colonia está formada por callejones que pudieran perder a cualquiera. 

Pero ese calificativo hoy se pudiera usar también a propósito de la perdición que en ella impera; uno de los mercados más comunes para comprar droga. 

La Colonia Gabriel Leyva, como verdaderamente se llama, aparece en la lista de asentamientos de alto riesgo para el consumo de drogas o actividad delictiva, de acuerdo con un estudio elaborado recientemente por el Centro de Integración Juvenil. El problema es que no hay autoridad que ponga orden en el lugar. 

"Antes había muchos cholos. Ya no. Ahora los cholos se cambiaron por los que venden drogas", dice desde el anonimato uno de los vecinos de la "Ciudad Perdida". 

Habla en voz baja para que no se escuchen mucho sus palabras. A los periodistas les recomienda no entrar a determinados callejones del barrio, como precaución. 

"La Policía sabe, pero no hace nada, los protegen, nada más vienen por dinero y luego se van. Aquí hay una tienda (de drogas) y acá a la vuelta hay otra", expresa mientras apunta con los ojos a algunas direcciones. 

Incluso, en una de las esquinas de la "CP", como también se le conoce, se observa un letrero escrito en la pared de una casa, donde públicamente se agradece a la Policía por "sus servicios". 

Los callejones, que en ocasiones se bloquean con muebles o troncos para imposibilitar el paso de vehículos, recuerdan mucho a las famosas favelas de Brasil, aunque con un estilo más mexicano. 

"¿Para qué preguntan lo que ya saben?", cuestiona otro vecino, a quien se le pregunta cómo vive una familia común en una colonia con fama de conflictiva. 

"¿Que venden drogas y hay delincuencia?, en todos lados pasa", responde. 

El lugar más tranquilo de la "Ciudad de Perdida" es el que hace frontera con la Avenida Emilio Barragán, frente a la Cuarta Zona Naval. 

Pero la frontera que se encuentra del otro lado, sobre la continuación de la Avenida Gabriel Leyva, es uno de los puntos que se podrían considerar como más críticos de ese submundo. 

Aquí a cualquier hora se venden drogas. Los coches se detienen en una esquina, alguien se acerca, se intercambian palabras, se entrega la mercancía, el dinero pasa a otras manos, y el coche vuelve a la circulación. La operación no tarda más de un minuto... como si fuese una "vía rápida". 

Incluso a veces, cuando uno atraviesa la avenida en carro, los vendedores estiran la mano ofreciendo el producto. ¿Cuándo? A cualquier hora. 

"¡Ay, corazón!, no te voy a decir nada, mejor pregunta en otra casa, más para allá", comenta una señora que vive en el Centro, a una cuadra de ese punto. 

"Tú anota lo que quieras. Mira a esos muchachos que están parados, ¿qué crees que están haciendo?". 

Al final se atreve a decir algo. Tiene dos hijos pequeños que ya juegan en la calle, pero les tiene "prohibidísimo" acercarse para allá o juntarse con niños de la "CP". 

Porque ahí, entre esos callejones que pocos se atreven a cruzar sin conocer a nadie del barrio, también crecen niños, niños que juegan y se juntan con otros niños, que ríen y lloran entre la miseria...

'Se necesita una denuncia para actuar'
Juan Antonio Murillo Rojo, director de Seguridad Pública y Tránsito Municipal en Mazatlán, aseguró que para aplicar un protocolo de seguridad en "Ciudad Perdida" es necesario una denuncia ciudadana. 

Dijo que hasta el momento no existe ninguna denuncia sobre narcomenudeo ni cierre de calles en ese asentamiento. 

"Sería viable que la gente denuncie para nosotros estar en aptitudes de llevar un protocolo de seguridad en esa área.
"Sin embargo, en esa área como en otras se está llevando a cabo una prevención del delito plena", aseguró el funcionario.

¿Ustedes tenían conocimiento? 

No tenemos una denuncia en específico de la Colonia Gabriel Leyva, pero donde hemos tenido conocimiento y donde corresponde a nuestras facultades hemos actuado.