Samira fue alcanzada por una de las balas cuando salía de la escuela: Policías la asistieron y llevaron a un hospital
La menor de 14 años había salido corriendo junto con otra compañera hacia la parroquia San Francisco de Asís, no obstante fue al momento de sentir un ardor y sangrado en un costado derecho del pecho cuando se percató que había recibido una bala perdida del atentado que se registró en el Ayuntamiento de Navolato, donde otros dos hombres también resultaron lesionados
Samira, una estudiante de 14 años, resultó herida por una bala perdida cuando salía de clases en compañía de una amiga y se encontraba cerca de la plazuela principal de Navolato, frente al Ayuntamiento, la tarde de este jueves.
El ataque armado ocurrió poco después de las 13:00 horas, cuando cientos de ciudadanos, entre ellos numerosos alumnos, convivían en el jardín público. En esa zona se ubican al menos cinco centros educativos: Dos primarias, un preescolar, una secundaria y un centro de idiomas de la Universidad Autónoma de Sinaloa, este último situado a escasos metros del Palacio Municipal.
Samira había salido de la escuela para pasar un rato con una de sus compañeras; sin embargo, una persecución a tiros interrumpió el momento.
Según testigos, un hombre fue perseguido a balazos por civiles armados cuando corría por los pasillos del Ayuntamiento. La víctima recibió impactos en la cabeza y el pecho, quedando gravemente herido en el lugar.
Aunque inicialmente se le dio por muerto, los paramédicos confirmaron que aún presentaba signos vitales y lo trasladaron de inmediato a un hospital, donde su estado de salud se reporta como delicado.
El tiroteo también dejó lesionado a Paul, un trabajador municipal de 28 años, quien fue alcanzado por un proyectil en un glúteo y tuvo que ser llevado a recibir atención médica.
Las detonaciones provocaron pánico entre los transeúntes, comerciantes y empleados de los negocios de la zona, quienes se tiraron al suelo para protegerse.
Una vendedora, con su puesto ubicado frente a la parroquia de San Francisco de Asís, relató que en cuanto escuchó los primeros disparos se lanzó al piso y prefirió no asomarse por temor.
“En cuanto escuché el primer disparo me tiré al suelo. No me animé a mirar porque se escucharon fuerte los disparos, como de arma larga” relató la entrevistada, quien por seguridad no aportó su identificación.
La mujer contó que alcanzó a ver a dos alumnas corriendo hacia la iglesia para refugiarse del ataque. Una de ellas era Samira, quien al sentirse a salvo notó una mancha de sangre en su blusa, a la altura del costado derecho del pecho, producto de una herida de bala que atravesó el tejido sin causarle lesiones mortales.
“Tal vez por la adrenalina del momento no se dio cuenta enseguida, la niña notó que le salía sangre en la camisa cuando se dio cuenta de que estaba herida. Le dije que la atendieran los Municipales (policías) porque se iba a hacer muy tarde en lo que llegaba la ambulancia, la acerqué con ellos y se la llevaron en una patrulla hacia un hospital”, comentó la testigo del hecho.
Fue así como los elementos preventivos trasladaron a la menor al hospital más cercano, donde fue atendida por personal médico especializado, a la espera de que sea dada de alta para poder regresar de nuevo a casa.
Samira fue una de las tres víctimas de este ataque armado, la cual evidencia la vulnerabilidad de los espacios públicos, incluso aquellos destinados a la recreación y convivencia familiar, así como la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en zonas concurridas, especialmente frente a instalaciones gubernamentales.
Durante las labores de seguridad, diversos restaurantes y comercios cercanos optaron por cerrar sus puertas ante la intensa movilización de fuerzas policiacas y militares que aseguraron el perímetro.
Entre los sitios bajo resguardo también estuvo la parroquia de San Francisco de Asís, el mismo lugar donde Samira intentó refugiarse del tiroteo que sembró el miedo entre los habitantes de Navolato.