"Portalito"

"Obsesión por privatizar"
06/11/2015 07:50

    José Refugio Haro

    No he dejado de preguntarme por qué tanto interés del gobierno actual en que toda la propiedad en México se transfiera al régimen privado.
    Todos los países en etapas de atraso educativo, político y económico siempre han requerido gobiernos que no descuiden el aspecto social en que se garantice a las mayorías el acceso al alimento, a la educación, a la recreación y a otros satisfactores necesarios para que se logre el objetivo de una sociedad justa.
    La historia de la humanidad dice que el atraso de las capas mayoritarias en los regímenes capitalistas es un proceso que avanza, pero hacia la profundización de las desigualdades.
    Y sin embargo, los gobiernos que descuidan el aspecto social solamente aceptan como válido la limosna y algunas ayudas de urgencia a los desvalidos, como ?para que no se muera el enfermo?, o para que la ?clientela? no compre en otro lugar, en especial para que no compre ideas de fractura social que puedan poner en peligro la tranquilidad social y por supuesto el estado de cosas imperante.
    Fue a finales de los años setenta cuando irrumpió el neoliberalismo, ese sistema que es la ley de la selva misma, en el medio político de México, corriente que se consolidaría en los 80, en medio de una crisis económica espantosa mientras gobernaba Miguel de la Madrid, el secretario de Programación y Presupuesto que ?enamoró? al presidente José López Portillo para que lo apoyara como su candidato y seguro sucesor en la presidencia, amor desengañado al final del proceso de la campaña política pero cuando ya López Portillo tuvo que comer camote y apechugar su error.
    En tal crisis del país, el colimense pudo reabrir la puerta de los bancos estatizados por JLP a los privados, y junto con ello a una avalancha privatizadora que no se ha detenido con ninguno de sus 4 sucesores en el más alto cargo político del país.
    Con Carlos Salinas obsequiaron a Carlos Slim la paraestatal Telmex y ahora está considerado el hombre más rico del mundo, pero ¿Esa privatización ha significado algún beneficio a los mexicanos? Por el contrario, los mexicanos hoy pagamos por las tarifas telefónicas celulares el doble que en los Estados Unidos, por ejemplo, no porque en la nación norteña no domine el neoliberalismo también, sino porque allá hay una ciudadanía más luchadora y exigente.
    Empresas como la Comisión Federal de Electricidad, propiedad del estado, han sido poco a poco enajenadas y silenciosamente intervenidas por compañías privadas que le proveen servicios y que se infiere han impedido que los mexicanos logren que les cobren tarifas más justas por el servicio.
    Por el contrario, acaba de denunciarse cómo sobre la base de esos intermediarios privados se comprometió a la CFE en un contrato de compra de gas natural a precios onerosos y suicidas para la paraestatal, con beneficios estratosféricos a empresarios-políticos mexicanos e intermediarios españoles que adquieren el energético en Perú a precios irrisorios. Es el resultado de dejar esas facultades a los privados en renglones que son de interés estratégico nacional.
    Entonces, si jamás han ocurrido beneficios visibles para el pueblo mexicano con la privatización de empresas y por el contrario se ha perfeccionado la forma de que unos cuantos se apoderen de la riqueza nacional ¿Por qué tanto interés de privatizar la economía del país, o, más exactamente, aquellos renglones de la economía que constitucionalmente deben seguir protegidos contra reformas caprichosas e interesadas?