Alcaldes de Morena hostiles a Rocha. Benítez y Estrada, enemigos en casa

OBSERVATORIO
    Todo indica que Rocha Moya tiene claridad absoluta de los disparates que significan 'El Químico' y Estrada y que viene dispuesto a corregirlos.

    Por si acaso no lo han entendido, los presidentes municipales de Culiacán y Mazatlán tienen que aprender a decodificar las luces rojas intermitentes que el Gobernador electo, Rubén Rocha Moya, les ha encendido para que hagan el obligado alto en el camino y corrijan la ruta en el mapa de la Cuarta Transformación, que ahora sí tiene líder en Sinaloa. Acostumbrados a ir solos, arbitrarios y soberbios, les llegó el momento de ceñirse a la política estatal que les marcará la pauta que a su vez define al Movimiento Regeneración Nacional.

    La 4T registra un comportamiento impreciso en Sinaloa y eso les dificulta a los ciudadanos identificar qué la hace distinta de los gobiernos emanados de otros partidos. ¿Qué diferenciador hay entre Luis Guillermo Benítez Torres que anda en su camioneta de lujo, actúa como un dictadorcillo pueblerino, se ausenta del cargo para viajar a donde sea y desde su nube de poder ve de reojo a los mazatlecos? ¿O acaso Jesús Estrada Ferreiro con su única contribución de topes y muros viales, sus riñas contra morenistas y reclamos a todos pero nunca a él mismo, no parece un priista con botarga de izquierdista?

    La falta de un cabecilla, inclusive durante mucho tiempo de dirigente de Morena, ocasiona en Sinaloa la evaporación de la percepción social sobre el proyecto político, económico y social del Presidente Andrés Manuel López Obrador que no es, por supuesto, el dislate y la bravuconada que irradian Benítez Torres y Estrada Ferreiro. De Manuel Guillermo Chapman y su rupestre actuación en Ahome mejor ni hablamos.

    Todo indica que Rocha Moya tiene claridad absoluta de los disparates que significan “El Químico” y Estrada y que viene dispuesto a corregirlos. Cuando dice que la implementación del Metrobús en Culiacán y Mazatlán no será prioridad en el gobierno que presidirá a partir del próximo lunes, lo que quiere expresar es que hay muchísimas necesidades más apremiantes antes que este sistema de transporte público que por cierto ya evidencia inviabilidad financiera por la situación de crisis que viven los concesionarios del servicio de pasaje urbano que ni siquiera pueden pagar los créditos que con comodidades financieras les consiguió Quirino Ordaz Coppel.

    Si en la capital de Sinaloa se enfoca la observación profunda en el tema de movilidad, que es el área a la cual corresponde el Metrobús, es muy fácil enumerar la caduca semaforización, el ordenamiento en cruceros que reclama la urgente intervención de expertos en ingeniería vial, el pésimo estado de calles que de tantas veces que han recibido carpetas de asfalto superan la altura de los camellones, y la falta de ciclovías. Hoy vemos que ni siquiera aplican la pintura blanca que delimite los carriles de circulación en las vías de tránsito.

    Lo mismo en Mazatlán. Antes del Metrobús y la cara parafernalia virreinal del “Químico” hay problemas urgentes por atender como lo es el deficiente suministro de agua potable a la población, la inseguridad con el agravante de una policía municipal que sale a atropellar a la ciudadanía en vez de protegerla, la falta de vivienda para desplazados por la violencia y para las demás familias que la demandan, así como atención a colonias populares hacia donde no fluyen recursos de finanzas públicas en permanente dispendio y opacidad.

    Pero sobre todo la obra política en Culiacán y Mazatlán es imperceptible por el comportamiento de los alcaldes que un día amanecen malhumorados, peleados hasta con su propia sombra, y ese mal carácter les dificulta captar no sólo el estado de ánimo popular sino sobre todo generar confianza para que la gente se les acerque a plantear problemas y las soluciones. Han olvidado que si hubiesen competido por los puestos en condiciones normales fuera del trampolín electoral que les proporcionó AMLO, jamás ocuparían las posiciones actuales en el servicio público.

    Y Rocha Moya sabe que el plan para establecer las condiciones de estabilidad política durante el sexenio 2021-27 pasa por el ininterrumpido estado de complicación de los gobiernos de Morena en los municipios. A estos se agregará Gerardo Vargas Landeros que a partir del 1 de noviembre detona no el inicio de la administración municipal sino un proyecto personal para ser candidato de Morena, o de cualquier otro partido, en la elección de Gobernador dentro de seis años.

    Sin embargo, para eso tendrá Rocha al Congreso del Estado cuya recién instalada 64 Legislatura ya induce el tema de procedimientos camarales para aquietar las aguas dentro de la 4T sinaloense y desbaratar las posibles barricadas que desde los ayuntamientos fuesen instaladas contra el rochismo. También está allí, a un lado del próximo Gobernador, el ex Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Enrique Inzunza Cázarez, que conoce la y sabe de los expedientes penales guardados a aquellos que quieran continuar como pequeños gobernadores de los municipios que presiden.

    Reverso

    Alcaldes, yo le aconsejaría,

    Aprenderse bien este estribillo:

    Si creen que tienen autonomía,

    Pregúntenle a Ríos Estavillo.

    Acuse de recibo

    Vuelven los ataques inmediatamente después de que realizo en éste o en otros espacios periodísticos cualquier crítica relacionada con Héctor Melesio Cuén Ojeda. Embestidas tan ruines como cobardes que lo único que nos dicen en lo personal es que debemos resistir. El miedo o la mordaza no son opciones. Sé que la ley tarde o temprano pondrá a los agresores en su lugar.

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