Atentado contra el General Gutiérrez
El narco apunta alto; Trump también
Ocurrió en Chihuahua, no en Sinaloa, pero la acción violenta del crimen organizado al utilizar un dron para lanzar el artefacto explosivo que hirió al Comandante de la 42 Zona Militar y elementos del Ejército y de la Agencia de Investigaciones de aquel estado, trae graves amenazas para la seguridad nacional y le aporta elementos a la estrategia del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para clasificar como terrorismo al narcotráfico e incursionar en México con sus tropas a combatirlo. Por lo tanto existen razones probadas, y ayer las hubo, de que a la Casa Blanca le preocupa más el tema del fentanilo, que la imposición de aranceles a las exportaciones mexicanas.
Es fundamental meter en el mismo rasero del pensamiento lógico lo que ocurre en los contextos internacional, nacional y estatal. Lo del crimen organizado que en Chihuahua apuntó sus arsenales de guerra contra un alto mando militar, el cabildeo de la Presidenta Claudia Sheinbaum que logró aplazar tarifas políticas al comercio exterior, así como el cierre de filas que la Cuarta Transformación hizo en torno a su máxima líder, tienen que ver con la misma emergencia: proteger a la sociedad, la economía y la política de la gran acometida del narcotráfico.
En tal respaldo a la Mandataria federal, el Gobernador Rubén Rocha Moya dedicó la conferencia de prensa semanera de los lunes a respaldar las negociaciones de Sheinbaum con Trump. Dijo que “los nuevos escenarios derivados de estos acuerdos confirman la trascendencia del diálogo y la imprescindible diplomacia con que ha actuado en todo momento nuestra presidenta” y que “como estado con una fuerte actividad exportadora e importadora, Sinaloa se verá beneficiado por la estabilidad comercial y la cooperación en seguridad”. “El bienestar social del pueblo de México es la esencia del humanismo mexicano y de la Cuarta Transformación”.
Todo esto pasó ayer, cuando la narcoguerra en la tierra de los once ríos presentó otro bucle de baja intensidad con cero robo de vehículos, pero sin la certeza de cuánto durará la pausa, y en el panorama nacional amainó la tempestad bilateral diplomática porque México accedió al despliegue de 10 mil agentes de la Guardia Nacional en la frontera norte y Estados Unidos hizo el compromiso de sujetar el tráfico de armas de alto poder que fluye de desde aquel País al nuestro.
En el otro escenario, el de la delincuencia organizada, parece no adquirir importancia el plan Trump para entrar a México en la mayor acometida contra los cárteles del fentanilo pues acude cada vez más a tácticas criminales que los viejos capos objetaron precisamente por el peligro que implica para el negocio de las drogas. Desestiman que tal vez el Mandatario estadounidense sólo esté amagando en el tema de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas, sin embargo, en el tema del narcoterrorismo va en serio.
El hecho de escalar a la incorporación de tecnología y agregar saña inaudita a los enfrentamientos entre células del narcotráfico, o de éstas contra las labores de combate que realizan el Ejército, Marina y Guardia Nacional, hace más factible que Estados Unidos se diga amenazado por la cercanía geográfica de México y direccione su aparato bélico de igual manera que lo ha apuntado hacia organizaciones terroristas de otras naciones.
El ataque con dron y explosivos sucedido en la zona de Guadalupe y Calvo, dirigido contra un vehículo militar y otro de la Agencia Estatal de Investigaciones, infiere no nada más el factor de la proximidad territorial al tratarse de la región cuya proveeduría y economía está ligada a Culiacán. Particularmente revela la persistencia de cárteles del narcotráfico de otras entidades de Méxicos que luchan por romper el cordón de seguridad que les impide entrar a áreas bajo el control del Cártel de Sinaloa.
La gravedad del hecho está también en que una de las víctimas de la emboscada por aire es el General de Brigada de Estado Mayor, Jorge Alejandro Gutiérrez Martínez, uno de los activos mejor evaluados por la Secretaría de la Defensa Nacional, que se desempeña como comandante de la 42 Zona Militar con sede en Hidalgo de Parral, Chihuahua. Con una carrera castrense de casi cuatro décadas y especializado en Inteligencia Militar, ha estado al frente de las zonas militares 44 y 28 en Minatitlán e Ixcotel, Oaxaca. Recientemente recibió el grado de Doctor Honoris Causa en Excelencia al Servicio de la Nación y Liderazgo en el Ejercicio de la Profesión Militar.
En resumen, nada hay que perder de vista en el tiempo definitorio en que estamos. La visión centrada en escenarios en los que cada quien le apuesta a que sucedan distrae el análisis y la reflexión de lo fundamental a lo particular. Vienen días cruciales en la correlación de fuerzas y restructuración de paradigmas en el entorno mexicano e internacional. Veamos el bosque en que estamos, no solamente el árbol al que se aferra cada uno según le conviene.
Con noticias que vienen de Parral,
Más miedo en Sinaloa priva,
Pues al atacar a un General,
El crimen apunta más arriba.
Si bien es cierto que lo que nos atañe y nos crispa es el choque violento al interior del Cártel de Sinaloa, no está de más echarle un vistazo a la situación de narcoguerra que padecen otros estados de México con base a la estadística de homicidios dolosos. Según datos del Gabinete de Seguridad, del 1 al 27 de enero de 2025 siete estados concentran el 53 por ciento de los asesinatos. Tal porcentaje se reparte así: : Guanajuato 13.3; Estado de México 8.1; Baja California 7.9; Michoacán 7.1; Sinaloa 6.2; Chihuahua 5.2 y Jalisco 5.1.