Candidatos, defendamos juntos el derecho a aprender

    La sabiduría popular dice que no hay peor ciego que el que no quiere ver. La realidad nos dice que las exclusiones, las discriminaciones que afectan a nuestros grupos más marginados sólo se agravarán debido a la pandemia. Esto requiere de un compromiso transversal de todos quienes queremos hacer un Sinaloa mejor. No es tiempo para mezquindades ni divisiones. La causa de una educación más humana, más justa, ha de ser el elemento común en un camino de mayor justicia social.

    Este jueves 22 de abril se llevará a cabo el debate de candidatos a la Gubernatura organizado por el Instituto Electoral del Estado de Sinaloa. En este primer punto de encuentro e intercambio de ideas de los candidatos, tendremos una oportunidad de analizar las propuestas de valor que ofrece cada candidato desde su identidad, trayectoria y liderazgo. Y desde Mexicanos Primero Sinaloa, hacemos un llamado claro y directo: no olvidemos hablar de educación.

    Aunque aún no hemos podido concretar ninguna de las reuniones que con ustedes esperamos pronto tener, ya contamos con un detallado análisis que explica los principales desafíos educativos que Sinaloa enfrenta, desde la objetiva realidad de la evidencia y los datos. Y también, explica alternativas de política pública factibles de implementar y especialmente pensadas para nuestro contexto, a través de las cuales se haga de la educación una prioridad durante el próximo sexenio.

    Debido a la extraordinaria situación de crisis que vive el sistema educativo en Sinaloa, queremos ser fieles a nuestra identidad, enfocada en la defensa del derecho a aprender de niñas, niños y jóvenes. Derecho humano que es propiedad de toda la sociedad y no le pertenece de forma exclusiva a ninguna tienda partidista ni grupo de interés. Por esto, aún si el debate no diera oportunidad de una discusión detallada respecto al tema educativo, creemos que un mínimo a discutir sería ver de qué manera se planea hacer frente a lo que puede llegar a ser una catástrofe generacional.

    A este respecto no hay misterios, tampoco exclusivas, ni preferencias. Esto es algo que hemos dicho abierta y públicamente durante el último tiempo. Debido a una pandemia que se extiende por ya más de un año, el grado de escolaridad promedio en Sinaloa podría retroceder a los niveles que tenía una década atrás, es decir, de tercero de bachillerato a tercero de secundaria.

    Por otra parte, también se verá afectada la capacidad del sistema educativo de retener a los estudiantes, es decir, se agravará el abandono escolar. Para demostrar de qué estamos hablando basta con recordar que nuestra estimación a partir de la metodología del Inegi en la encuesta ECOVID-ED, es que cerca de 127 mil 869 personas en Sinaloa no pudieron inscribirse en el ciclo escolar 2020-21.

    Y finalmente, hemos hablado de que estos cierres escolares prolongados afectan sobre todo a quienes ya padecen las peores brechas de desigualdad y de exclusión: las niñas y los niños que viven en comunidades indígenas, así como los menores pertenecientes a las comunidades de jornaleros agrícolas migrantes, que año con año llegan con sus familias a Sinaloa en búsqueda de trabajo.

    La sabiduría popular dice que no hay peor ciego que el que no quiere ver. La realidad nos dice que las exclusiones, las discriminaciones que afectan a nuestros grupos más marginados sólo se agravarán debido a la pandemia. Esto requiere de un compromiso transversal de todos quienes queremos hacer un Sinaloa mejor. No es tiempo para mezquindades ni divisiones. La causa de una educación más humana, más justa, ha de ser el elemento común en un camino de mayor justicia social.

    De nuestra parte, está cumplida la primera parte de la labor: estudiar, investigar, analizar, informar y proponer. Durante ya siete años, nos hemos especializado en conocer los desafíos y las oportunidades del sistema educativo, escuchando a sus actores más importantes: estudiantes, docentes. Y también monitoreando y evaluando los resultados educativos generados por el aparato de educación pública en la entidad. No podemos perder una década, ni desperdiciar la oportunidad de reinventar nuestro sistema educativo para alcanzar mayor justicia y equidad a partir de esta inesperada disrupción generada por la pandemia. Candidatos, garanticemos juntos el derecho a aprender.

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