La concentración mental es uno de los procesos cognitivos imprescindibles para lograr la consecución de nuestras metas. Su importancia ha quedado de manifiesto en los actuales Juegos Olímpicos, París 2024. Antes de iniciar una prueba o competencia, es notoria la concentración que guardan los atletas tratando de desentramar cualquier posible problema u obstáculo.
Esa misma concentración es la que se requiere para estudiar, resolver ecuaciones, realizar trabajos complejos, escuchar a otra persona o a nosotros mismos, y emprender cualquier tarea que exija una atención plena.
Sin embargo, la tecnología actual ofrece un sinfín de distracciones o divagaciones que dificultan, o absolutamente impiden, la concentración plena en la actividad que se realiza. Efectivamente, existen infinidad de elementos distractores que impiden el enfoque o atención en una sola tarea. Una mente dividida no puede dedicar todo su esfuerzo a la realización de una sola tarea.
Citemos, por ejemplo, que una persona desea concentrarse en una tarea, pero tiene muchos impedimentos personales: se encuentra cansada, ansiosa, estresada o preocupada, es claro que no logrará su cometido. Por eso, es importante programar descansos cada cierto tiempo de estudio o trabajo.
Ahora bien, existen impedimentos externos o ambientales que dificultan la concentración, como ruidos, música a todo volumen, gritos o clientes que interrumpen la actividad que se realiza, aunado a las redes sociales que continuamente llaman la atención con llamadas, avisos de mensajes y todo tipo de distracciones. Podemos añadir, aún, el mantener muchas tareas pendientes y ventanas abiertas en el ordenador
Con este caldo de cultivo, es comprensible que no se logre la concentración. El cúmulo de distractores y desviaciones empuja a la mente a iniciar un largo viaje de divagaciones, lo cual no permite la concentración y el procesamiento de la información de manera adecuada.
¿Me concentro? ¿Divago?
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rfonseca@noroeste.com
rodifo54@hotmail.com
La concentración mental es uno de los procesos cognitivos imprescindibles para lograr la consecución de nuestras metas. Su importancia ha quedado de manifiesto en los actuales Juegos Olímpicos, París 2024. Antes de iniciar una prueba o competencia, es notoria la concentración que guardan los atletas tratando de desentramar cualquier posible problema u obstáculo.
Esa misma concentración es la que se requiere para estudiar, resolver ecuaciones, realizar trabajos complejos, escuchar a otra persona o a nosotros mismos, y emprender cualquier tarea que exija una atención plena.
Sin embargo, la tecnología actual ofrece un sinfín de distracciones o divagaciones que dificultan, o absolutamente impiden, la concentración plena en la actividad que se realiza. Efectivamente, existen infinidad de elementos distractores que impiden el enfoque o atención en una sola tarea. Una mente dividida no puede dedicar todo su esfuerzo a la realización de una sola tarea.
Citemos, por ejemplo, que una persona desea concentrarse en una tarea, pero tiene muchos impedimentos personales: se encuentra cansada, ansiosa, estresada o preocupada, es claro que no logrará su cometido. Por eso, es importante programar descansos cada cierto tiempo de estudio o trabajo.
Ahora bien, existen impedimentos externos o ambientales que dificultan la concentración, como ruidos, música a todo volumen, gritos o clientes que interrumpen la actividad que se realiza, aunado a las redes sociales que continuamente llaman la atención con llamadas, avisos de mensajes y todo tipo de distracciones. Podemos añadir, aún, el mantener muchas tareas pendientes y ventanas abiertas en el ordenador
Con este caldo de cultivo, es comprensible que no se logre la concentración. El cúmulo de distractores y desviaciones empuja a la mente a iniciar un largo viaje de divagaciones, lo cual no permite la concentración y el procesamiento de la información de manera adecuada.
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