Cuatro décadas de gobiernos corruptos del prian cansan a cualquier pueblo, y eso es lo que explica la voluntad de cambio que se viene expresando en las urnas desde el reciente 2018, tendencia que según la encuestadora Parametría se refrendará con creces en Sinaloa, proyectando que el candidato Rubén Rocha Moya, del partido Morena, saldrá triunfante en la contienda electoral.

    Estamos a cuatro días de la elección intermedia más grande de la historia contemporánea de México. Se espera una copiosa participación ciudadana, cerrando de esa manera el paso al atraso y a la vuelta atrás. “Pa’ atrás, ni pa’ agarrar aviada”, dice un popular dicho entre los sinaloenses. Los ciudadanos están claros de cuáles son sus expectativas en la elección del próximo domingo y saben la importancia de dicho escrutinio, puesto que está en juego la consolidación del cambio y la democracia, o se regresa al pasado ominoso y a la política de corrupción que se padeció por muchos años.

    Cuatro décadas de gobiernos corruptos del prian cansan a cualquier pueblo, y eso es lo que explica la voluntad de cambio que se viene expresando en las urnas desde el reciente 2018, tendencia que según la encuestadora Parametría se refrendará con creces en Sinaloa, proyectando que el candidato Rubén Rocha Moya, del partido Morena, saldrá triunfante en la contienda electoral.

    Y es que nada tienen que ofrecer los prianistas, salvo el retorno a un pasado ominoso. Se afirma, con una gran dosis de objetividad, que lo que imperó en ese oscuro periodo fue el saqueo de los recursos naturales de Nación, dilapidados como nunca se había visto en la historia. También sumieron a millones de mexicanos en pobreza jamás experimentada. No fue una, ni dos, fueron cuatro décadas infernales las sufridas por este noble pueblo.

    Aún con este negro expediente, los políticos del prian tienen el descaro de presentarse ante los electores a pedirles su sufragio. Eso se llama no tener vergüenza, los latrocinios cometidos por políticos sin escrúpulos los dejaron marcados, para siempre, como contrarios a los intereses populares.

    Superar el estigma de corruptos que les ha endilgado el pueblo está en chino, lo mismo que su regreso al gobierno. Fueron tantas las fechorías que practicaron los prianistas desde el poder contra los intereses del pueblo -aún están tan frescas-, que será imposible que los ciudadanos las olviden. Y menos cuando la ciudadanía ha despertado y está alerta, cuidando que los políticos logreros y corruptos no vuelvan a ostentar un puesto público. Los consideran sinónimo de corrupción donde se paren, representan lo más nefasto de la política, por eso superar el sentir de la gente que identifica al prian como sinónimo de corrupción es imposible. Ese repudio al pasado político reciente será la tónica que marcará estas elecciones del 6 de junio.

    No hay forma para que los prianistas vuelvan a hacerse del poder. Lo usufructuaron durante muchos años en su provecho personal, actuaban con infinita impunidad, pensándose intocables hacían y deshacían con el patrimonio nacional como si fueran sus dueños, se creían infalibles, presumían una prepotencia inaudita, hacían gala de su riqueza mal habida (la corrupción ni siquiera era delito grave en el periodo neoliberal). Pero todo lo que se siembra, se cosecha: hoy reciben el desprecio de los ciudadanos.

    El desdén de los ciudadanos a esa cauda de políticos va en aumento, y no va a parar hasta que los excluyan definitivamente de la política, o van a pasar a ser partidos completamente marginales, sin ningún peso entre los ciudadanos. Los tres membretes que en la actualidad se coligaron, van a seguir la ruta del PRD, su debilitamiento creciente hasta extinguirse, desaparecer por completo de la escena nacional, ese es su futuro.

    Se ha dicho con mucha razón, la historia la escriben los pueblos en su devenir, luchando por abrirse paso frente a la adversidad. Esto es característico de este pueblo, nunca ha abandonado su aspiración de libertad y construir una vida mejor. En esta etapa de la Nación se está transitando por un histórico cambio en democracia.

    No tenemos ninguna duda: los ciudadanos, el 6 de junio, desde temprano, van a convertir las elecciones en una fiesta cívica en todo el país, una fiesta por la democracia, donde los ciudadanos van a ratificar el consenso favorable a la democracia e igualdad que endosaron al Presidente Andrés Manuel López Obrador, consolidar el cambio en marcha será el veredicto de un pueblo noble y generoso.

    En la ciudadanía hay certeza de lo aseverado anteriormente, porque este pueblo se ha echado a andar y nada ni nadie podrá detenerlo.

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