Derrotado Jesús Estrada por el Congreso. El Alcalde regaña a todos, incluso a Rocha

OBSERVATORIO
    A diferencia del Alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, que llegó ayer a la sesión del Congreso del Estado políticamente derrotado, pues ya estaba enterado que el Impuesto Predial no subiría tal como él lo solicitó, el Presidente Municipal de Ahome, Gerardo Vargas Landeros, cortó rabo y oreja al funcionarle la táctica de sumarse a la posición del Legislativo de ‘primero lo pobres’ y aumentar el gravamen en la misma proporción que en 2021.

    A diferencia del Alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, que llegó ayer a la sesión del Congreso del Estado políticamente derrotado, pues ya estaba enterado que el Impuesto Predial no subiría tal como él lo solicitó, el Presidente Municipal de Ahome, Gerardo Vargas Landeros, cortó rabo y oreja al funcionarle la táctica de sumarse a la posición del Legislativo de “primero lo pobres” y aumentar el gravamen en la misma proporción que en 2021, de un 2.5 por ciento para predios cuyo valor es menor al millón de pesos.

    Estrada se apartó del redil morenista y se quedó solo, aislado. Sus homólogos de Ahome y Guasave, Gerardo Vargas y Martín Ahumada, lo apremiaron a ser más eficiente y transparente en la recaudación del Predial y ampliar la base gravable y enseguida la “aplanadora” del Movimiento Regeneración Nacional, con los demás partidos aliados, lo anuló en sus berrinches y en sus argumentos. Lo pusieron en su lugar, sí, sin mayor trámite que ignorarlo desde su pedestal del encono.

    La paradoja imperdonable para Estrada es que Vargas Landeros brilló ayer en la tribuna del Congreso al llamarles la atención a los alcaldes que planteaban subirles el Impuesto Predial a los sinaloenses. “Se me haría un crimen que nosotros viniéramos a solicitar incrementos desproporcionados; no se vale, no se puede, no se debe”, dijo el Mandatario ahomense en dirección opuesta a su homólogo de Culiacán cuya estrategia consistió en descalificar al Poder Legislativo y arremeter de paso contra el Gobernador Rubén Rocha Moya.

    En contraste con Vargas Landeros que se plantó en la postura de que “subir los impuestos no es manera de entregarle más dinero al Gobierno, es la manera más fácil de lastimar al pueblo”, Estrada Ferreiro llegó al recinto parlamentario malhumorado, y con su acostumbrado rictus de enfado acusó a la 63 Legislatura de cuidar los intereses de los ricos. Iba decidido a imponerse en su lógica de “el Alcalde propone y el Congreso obedece”, el “ustedes no me mandan” y “si quiero les vuelvo a ganar con la controversia constitucional”.

    Para el asombro público, al edil de Ahome se le vio como un político contento, centrado, del lado de la ciudadanía; el de Culiacán apenas entró a Salón de Plenos se aferró a su rol de intratable, corajudo y tomó a Rocha Moya como blanco de su hosquedad. “Lo malo es que el Gobernador declaró públicamente que ni en el 5 por ciento estaba de acuerdo. ¿Qué tiene en la cabeza? No entiendo por qué hace ese tipo de declaraciones, son absurdas. Son declaraciones que dañan al pueblo, está traicionando al pueblo”.

    Enseguida, en su turno en la tribuna, prosiguió con la espada de la ira desenvainada. Acusó al Congreso de violar la libertad de expresión al prohibirle el paso al total de sus 40 colaboradores que lo acompañaban para echarle porras, así como señaló de traidores a los diputados de Morena por no atender al pueblo ni escuchar al Presidente Andrés Manuel López Obrador que ha recomendado no olvidar la actualización de los impuestos prediales con base en la inflación.

    Como chivo en cristalería embistió a la anterior y actual Legislatura. Regañó los diputados de su partido, una y otra vez, llamándolos a no ser demagógicos, ni perder la dignidad, y de paso “con el corazón en la mano” acudió a la frase juarista de “malditos aquellos que con sus palabras dicen defender al pueblo y con sus hechos lo traicionan”. A veces se exaspera, reconoció, y les advirtió que si no le aumentaban el Impuesto Predial como él lo quería estaban regalando algo que no es de ellos. A los demás alcaldes que estuvieron en pódium camaral los llamó falaces. “Se les llena la boca de primero los pobres; la Cuarta Transformación no es la 4T, es transformar al país y la vida política”. En fin, les arrojó más bilis de las que cualquier Congreso debe tolerar.

    ¿Y todo para qué? Quizás tengan más eco los gritos de cualquier perdido en el desierto que la perorata que el Alcalde de Culiacán hizo y que no encontró resonancia en el Legislativo. El fastidioso retintín estradista se quedó allí sin mayor significancia, en el mismo lugar donde él ha librado otras batallas con saliva contra anteriores asambleístas, a quienes les falta al respeto sin que pague consecuencias por ello.

    Pero aún con todas las reprimendas que recibió, el Congreso desechó la propuesta de Estrada Ferreiro de aumentar el Impuesto Predial conforme a la inflación de 2021, del 7 por ciento. Aunque la anterior Legislatura le habían rechazado iguales planteamientos, la de ayer representó la peor derrota política a quien acudió irreverente a la “casa del Pueblo” y salió humillado y derrotado por sus propios correligionarios políticos.

    Enfrentado con los diputados y el Gobernador, lo más que le queda es la notoriedad que obtiene con sus destemples y ocurrencias. La única batalla que puede pelear la perdió frente a sus propios soldados porque sus armas son la altisonancia y la desfachatez, sin entender que en las guerras el parapeto de la intolerancia acaba siendo la barricada de los vencidos.

    Reverso

    A él ya no lo cautiva nada,

    El poder le sabe amargo.

    Pero si le va de la patada,

    ¿Por qué no renuncia al cargo?

    El eslabón fracturado

    Caló hondo en la Secretaría de la Defensa Nacional el tema de la descoordinación que ocurre en Sinaloa entre el Ejército y Guardia Nacional y la Policía Estatal Preventiva y corporaciones municipales, después de que se han conocido hechos donde la fuerza pública desiste en la detención de delincuentes al rebasar éstos táctica y numéricamente a los elementos policiacos. Al mando castrense le da mala espina que siempre suceden tales situaciones, de dejar ir a grupos de civiles armados, cuando el personal de tropa no participa en los operativos. ¿Ruptura o reconfiguración?

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