Muy presentes en la discusión pública, los conceptos de desarrollo, sustentabilidad y bienestar, tienen en estos momentos un lugar importante en la agenda pública, gubernamental y política de los países.
Si bien estos conceptos surgen en el Siglo 20, se van adaptando de acuerdo a la experiencia y noción de desarrollo desde una visión economicista, según explica el economista Keith Griffin, como el proceso de enriquecimiento material a través de la producción de bienes y servicios para alcanzar el desarrollo en la acumulación de capital físico. A mayor producción, más renta y a más renta mayor bienestar económico. Una visión que tiene como objetivo impulsar el crecimiento económico.
Al paso del tiempo a la idea de desarrollo se le irían agregando conceptos como social, humano, sustentable o sostenible, organizacional o institucional, entre otros. Estos nuevos agregados buscan mejorar las condiciones productivas y de vida de los habitantes de una sociedad considerando el medio ambiente.
Han pasado entre 70 y 30 años en lo que se ha ido resolviendo el entendimiento de desarrollo y su impacto en la vida social y ambiental. Por ejemplo, en la década de los 70 el Banco Mundial registra que el aumento de la producción en sí misma, no reduce los índices de pobreza ni garantiza alcanzar el desarrollo en los países del tercer mundo.
Por otra parte, al final de la Guerra Fría la mayoría de los países se que suman a la economía global, empiezan a notar los efectos no sólo económicos y culturales, sino también de impacto ambiental, un periodo en el que la escala global de producción y el consumo se vuelven una amenaza para la conservación de los recursos naturales y ecológicos en el mundo.
Así nace el concepto de desarrollo sustentable, que según Griffin, es sinónimo de sostenible, término que se acuña por la política noruega, Gro Harlem Brundtland, en su discurso “Nuestro futuro común”, pronunciado en la ONU en 1987, en el que llama a satisfacer la necesidad de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro. Para ello menciona tres pilares fundamentales: la economía, el medio ambiente y la sociedad. De la necesidad de que exista un desarrollo económico y social respetuoso con el medio ambiente.
En las últimas décadas se han discutido los temas sobre contaminación ambiental, pobreza y distribución de la riqueza, aspectos esenciales en el concepto de desarrollo, que de acuerdo a cada país, se ubican las prioridades y se atienden de según su realidad social específica.
Sobre el cuidado al medio ambiente es que nace en 1992 la “Cumbre de la Tierra” en Río de Janeiro, y se adopta el Convenio Marco de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, para estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero. Con este acuerdo casi todos los países del mundo se reúnen en cumbres mundiales sobre el clima, conocidas como las “COP”, que se refiere a la “Conferencia de las partes”.
Según la ONU, en estos encuentros se revisa el cumplimiento del Protocolo de Kioto de 1997 que definió lo límites de emisiones para las naciones desarrolladas que debían alcanzarse para 2012; y el Acuerdo de París, adoptado en 2015, en el que todos los países del mundo acordaron intensificar los esfuerzos para intentar limitar el calentamiento global. Precisamente en estos días se lleva a cabo la reunión de la COP26 del 31 de octubre al 12 de noviembre en Suecia, en la que México participa.
De igual forma, en 1987 se gesta el acuerdo internacional denominado “La Carta de la Tierra”, documento con dieciséis principios que impulsan un movimiento global y ético para construir una sociedad global más justa, sostenible y pacífica en el Siglo 21; inspirada en los pilares del respeto y cuidado de la comunidad de vida, integridad ecológica, justicia social y económica, democracia, no violencia y búsqueda de la paz.
Por otra parte, como resultado de la Asamblea General de la ONU en 2015, se promulgó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que impulsa 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que incluye, entre otros puntos, erradicar el hambre y lograr la seguridad alimentaria; garantizar una vida sana y una educación de calidad; lograr la igualdad de género; asegurar el acceso al agua y la energía; promover el crecimiento económico sostenido y adoptar medidas urgentes contra el cambio climático; promover la paz, facilitar el acceso a la justicia y reducir las desigualdades.
Como podemos darnos cuenta, el desarrollo sustentable o sostenido busca resolver de principio tres problemas sociales de nuestra época: cambio climático, justicia social y distribución de la riqueza. Tres temas que sin duda son fundamentales para generar bienestar social.
A pesar de que nuestro país forma parte de estos tres grandes propósitos internacionales, se requiere no sólo del compromiso signado y del conocimiento pleno de los conceptos de lo sustentables, sostenibles o de los principios de la Carta de la Tierra, se requiere esencialmente del fortalecimiento de una estructura institucional capaz de coordinar los esfuerzos y de servidores públicos y actores sociales que surjan de la convicción de asumir el compromiso de tales propósitos.
Hasta aquí mis comentarios, lo espero en este espacio el próximo martes.
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