Dios es enemigo del paternalismo

LETRAS DE MAQUÍO

Respecto de la subsidiariedad, se me viene a la mente la forma en que Jesús, antes de hacer cualquier milagro, le pide a las personas pongan de su parte. En las bodas de Canaán les dice a los criados que llenen las siete tinajas de agua para luego él convertirlas en vino.

En la multiplicación de los panes y los peces les pregunta cuántos panes y peces tienen y luego él los multiplica. Y en la pesca milagrosa les ordena que lancen las redes. Siempre que el Señor hace un milagro nos pide que seamos copartícipes del mismo. Él es tan buen padre que no nos entrega las cosas hechas, sino que pide nuestra colaboración.

Si pensamos un poco más en la creación del mundo, nos daremos cuenta de que Dios nos pide que seamos cocreadores del universo conjuntamente con él, cuando nos ordena que dominemos la Tierra y la poblemos.

Por otro lado, siempre he pensado que la oración carece de valor si no viene acompañada de alguna acción. O sea que, el viejo refrán mexicano de “A Dios rogando y con el mazo dando” tiene mucho de cierto.

Dios es tan buen padre que jamás nos dará el dulce peladito y en la boca. Siempre quiere que nosotros hagamos nuestra parte. Es enemigo del paternalismo.

No me cabe la menor duda de que educar en la libertad y la responsabilidad es mucho más difícil que hacerlo en el paternalismo y el autoritarismo. Un viejo refrán esquimal dice que “Los esclavos se hacen regalos, así como los perros del trineo con el látigo”.

En México nos han educado a una buena parte con dádivas y látigo.

Mucho más difícil es hacerlo con el diálogo y respetando la libertad, sobre todo porque el entorno es autoritario y paternalista. Sin embargo, a pesar de lo difícil que es respetar a los hijos irresponsables, aniñados o agresivos, el resultado final es mucho mejor cuando se educa en la libertad y el diálogo que cuando se hace en el paternalismo y el látigo.

Si el objetivo final es formar personas responsables libres, el camino a seguir tendrá que ser el de tomarles en cuenta y platicar de sus anhelos y temores.

Estas reflexiones de carácter personal y familiar son valederas, estoy seguro, también en el ámbito cultural (en la escuela), económico (en la empresa) y político (en la vida cívica).

Olvidemos que por un milagro nuestros hijos serán mejores, o nuestros colaboradores en el trabajo lo harán más eficientemente, o el pueblo mexicano será más responsable y solidario si seguimos у fomentando las soluciones mágicas que nos harán mejores por arte de magia, porque no es así.

En esta vida todo cuesta y nosotros como familia o empresa, sociedad o pueblo, tendremos que pagar el precio de madurar. Nada se nos va a dar gratuitamente. El espejismo de la riqueza petrolera ha venido a demostrárnoslo. Por haber actuado como nuevos ricos hoy tenemos crisis, corrupción, represión y pérdida de libertades.

Roguemos a Dios no para que quite los problemas de nuestro camino, sino para que nos dé la suficiente calidad humana para saber sortearlos y afrontarlos con madurez y entereza.

Jueves 3 abril, 1986.

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