El adiós a Estrada, aviso a los siguientes. Para todos, juicio político o revocación

OBSERVATORIO
    Cuando el procedimiento para desaforar al Alcalde de Culiacán entra a la fase concluyente y hace adivinable la sentencia de quitarle el cargo en definitiva a Jesús Estrada Ferreiro, el Gobernador Rubén Rocha Moya les dijo, ‘sin querer queriendo’, al resto de los presidentes municipales que seguirán ese mismo camino si cometen algunos de los tres pecados capitales de la llamada Cuarta Transformación: mentir, robar y traicionar. Y evitando afirmarlo, pero induciéndolo a la vez, puso en la mira al gobierno que encabeza Luis Guillermo Benítez Torres en Mazatlán.

    Cuando el procedimiento para desaforar al Alcalde de Culiacán entra a la fase concluyente y hace adivinable la sentencia de quitarle el cargo en definitiva a Jesús Estrada Ferreiro, el Gobernador Rubén Rocha Moya les dijo, “sin querer queriendo”, al resto de los presidentes municipales que seguirán ese mismo camino si cometen algunos de los tres pecados capitales de la llamada Cuarta Transformación: mentir, robar y traicionar. Y evitando afirmarlo, pero induciéndolo a la vez, puso en la mira al gobierno que encabeza Luis Guillermo Benítez Torres en Mazatlán.

    Ya en el cierre de la conferencia de prensa semanera que iba destinada a la insignificancia de temas tan comunes como manoseados, Rocha Moya le dedicó un buen espacio a la pregunta del periodista Marcos Vizcarra respecto a si como Gobernador tiene una lista de los funcionarios designados para ser destituidos de la función pública. “Revísense ustedes, no culpen a nadie de las consecuencias de lo que están haciendo”, les dijo a los alcaldes que les quede el saco.

    A los que indagan a estas alturas para qué sirve la decisión que tomó Rocha de ofrecer cada siete días un tiempo dedicado a los periodistas para que pregunten, cara a cara, cómo va la 4T en Sinaloa, la respuesta es obvia. Con apertura, aunque a veces con un dejo normal de molestia porque su versión discrepa de la de los medios, soporta la andanada de interrogantes y a veces hasta la gestión de reporteros en favor de grupos poblacionales.

    Esto es, hasta ahora, un fruto maduro de la libertad de expresión en Sinaloa. Las entrevistas en lo oscurito con la acostumbrada solicitud de “ayúdame con esto” a veces sellada con un buen fajo de billetes, trasmuta a la inquisición directa, honesta y abierta que es transmitida en vivo a las audiencias, sobre situaciones que son de interés popular. El periodista como voz de los sinaloenses y el gobernante en la obligación jurada de velar por el beneficio de la generalidad.

    Entonces a la necesaria vehemencia del periodista que pregunta sobre tópicos incómodos le debe corresponder la importante tolerancia hacia quien tiene la obligación de cuestionar y no de endulzarle el oído al político, así como la habilidad del estadista para hilar réplicas que atiendan el derecho a la información sin que las respuestas contribuyan a la confusión. En ese momento exacto, cuando a la interrogante precisa le corresponde la contestación debida, sin barreras, se da por consumada la libertad de expresión.

    Hay que reconocer que Rubén Rocha es un hábil polemista al hallarse frente a frente con los periodistas. Como muestra, ayer pudo molestarse cuando Vizcarra le inquirió si tenía una lista de futuros funcionarios a ser dados de baja, pero el Mandatario se deslizó con inteligencia en el tema al sacar a todos de ese inventario de ceses y meterlos por parejo a la vez. En lugar de buscar conspiradores contra ellos, “por su conducta que no es la mía”, que se pregunten si hay alguna razón de la sociedad para manifestarse en su contra, aconsejó.

    No se trata de que él no los quiera, o que sea perverso, reflexionó el Gobernador, sino de examinar cómo traicionan a la gente más amolada, roban como en los casos de corrupción que dirimen las auditorías y tribunales, y mienten “como los que dicen que soy perverso y ratero” sin denunciarlo en las instancias formales. Combatir esos que llama los tres pecados capitales de la 4T “es algo que nosotros llevamos a cabo y la única manera de que pueda extenderse el mandato del partido Morena en la medida en que no caigamos en la contradicción y abandonemos los principios”.

    Y la advertencia: “si esto se da en Culiacán o en otros municipios es señal de que nos están vigilando”. Con dedicatoria a Benítez Torres en Mazatlán, que es investigado por la Auditoría Superior del Estado porque otorgó a una empresa, sin licitar, el contrato para comprarle luminarias por un monto de 400 millones de pesos, recomendó transparentar todas las formas de adquisición con recursos públicos. “Yo no me animo a dejar de licitar una obra que me cuesta 2 millones de pesos y lo digo por aquellos que sí se animan a hacer compras directas por muchos millones más”.

    “Que no busquen enemigos fuera si ellos son el enemigo de sí mismos”, emplazó a los alcaldes que sientan ser los siguientes en procesos de destitución. Les recordó que el juicio político y la revocación de mandato existen para evitar que “si algún funcionario no está haciendo bien las cosas siga así hasta que termine su periodo”. Y enfatizó en lo que ya ha solicitado en otras ocasiones: “yo estoy empezando y a mí ya me tienen que dar seguimiento en lo que voy”.

    Este es el Gobernador que exige ser vigilado y al menos debe reconocérsele que afronta las consecuencias de tratar en público, ante periodistas, medios y audiencias, asuntos que significan gobernabilidad o inestabilidad, antes manejados con tenebrosidad en los sótanos palaciegos. El que está llamado, a propósito del Día de la Libertad de Expresión, a colocarse en la vitrina nítida en que los sinaloenses desean deletrearlo y, además, comprender que periodistas y medios enfrentan las crueles circunstancias que trae implícitas el oficio de informar.

    Reverso

    Será por las listas de Rocha,

    O por la justicia y su espada,

    Pero el caso es que ya Estrada,

    Quedó colgando de la brocha.

    Uno que por su boca cae

    Por fin, Jesús Estrada Ferreiro optó por la estrategia inteligente de pedir licencia como Alcalde de Culiacán, no obstante que de todos modos sale por la puerta trasera del poder y traiciona la promesa que hizo de no dejar el cargo, el cual de manera definitiva podría retirarle el Congreso del Estado. Después de la desafortunada pérdida del autocontrol que exhibió el viernes ante Los Noticieristas de Luis Alberto Díaz, el Presidente Municipal entendió lo que tanto se le dijo: los berrinches serían, tarde o temprano, su tumba política.

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